Slytherin boy's react

Les dices algo hiriente y los haces llorar

(Segunda parte)

Theodore Nott

Los días siguientes a la devastadora pelea pasaron con una lentitud insoportable para ti. Cada rincón de Hogwarts parecía recordar el dolor de tus palabras y la tristeza en los ojos de Theo. Lo buscabas con la mirada en los pasillos y en las clases, pero él te evitaba hábilmente, manteniéndose siempre a una distancia segura.

El peso de tu arrepentimiento crecía con cada momento que pasaba, y finalmente decidiste que debías enfrentarlo. Debías hablar con Theo, disculparte sinceramente y tratar de enmendar tu error. Sabías que no sería fácil, pero no podías soportar la idea de perderlo para siempre.

Una tarde lluviosa, encontraste a Theo en uno de los jardines interiores, un lugar tranquilo y apartado donde se refugiaba para leer o simplemente pensar. La lluvia caía suave sobre las hojas, creando un murmullo constante que casi parecía un susurro de consuelo.

Theo estaba sentado en un banco de piedra, con un libro abierto en su regazo, aunque sus ojos no seguían las líneas de texto. Parecía perdido en sus pensamientos, su rostro reflejando una mezcla de tristeza y melancolía.

Con el corazón latiendo con fuerza, te acercaste lentamente, tus pasos amortiguados por la hierba mojada. Al llegar a su lado, tomaste una profunda respiración antes de hablar.

"Theo," comenzó con voz suave, casi temblorosa, "¿podemos hablar?"

Theo levantó la vista, y viste el dolor en sus ojos. Pero él asintió lentamente, cerrando el libro y dejándolo a un lado. No dijo nada, solo esperó. 

Te sentaste a su lado, dejando un espacio prudente entre ambos. "Quiero pedirte disculpas," dijiste finalmente. "Sé que lo que te dije fue horrible y cruel. No debí dejar que mi enojo me llevara a decir cosas que realmente no siento. Estoy tan, tan arrepentida."

Theo te miró en silencio durante lo que parecieron siglos. Finalmente, habló, su voz baja y contenida. "T/n, me lastimaste de una manera que nunca pensé posible. Tus palabras... no solo fueron hirientes, sino que hicieron que cuestionara todo."

"Lo sé," respondiste, con lágrimas comenzando a llenar tus ojos. "Estaba tan enojada y no supe controlarlo. Pero te juro que no pienso esas cosas de ti. Eres todo para mí, y la idea de haberte hecho daño me destroza."

Hubo un largo silencio, roto solo por el suave sonido de la lluvia. Theo suspiró, sus hombros relajándose un poco. "T/n, siempre he intentado protegerte y cuidarte porque te amo. Pero quizás he sido demasiado controlador, como dijiste. Solo quiero que estés bien."

"Y yo solo quiero estar contigo," replicaste, tu voz llena de emoción. "Necesitamos aprender a comunicarnos mejor, a entendernos sin lastimarnos. No quiero perderte, Theo."

Theo miró sus manos entrelazadas, y luego, con una decisión visible, tomó una de tus manos entre las suyas. "T/n, yo también te amo. Y no quiero que esto sea el final. Pero tenemos que trabajar en esto, juntos."

Una lágrima rodó por tu mejilla, pero esta vez no era de tristeza, sino de alivio. "Sí, juntos," repetiste, apretando suavemente su mano. "Prometo ser más consciente de mis palabras y de mis acciones. Quiero que esto funcione, Theo."

Theo te miró a los ojos, y por primera vez en días, sonrió débilmente. "Entonces, empecemos de nuevo," dijo, su voz más firme. "Ambos cometimos errores, pero también ambos podemos aprender y crecer de ellos."

Asentiste, sintiendo una cálida esperanza llenar tu corazón. Te acercaste un poco más a Theo, y él no retrocedió. En cambio, te rodeó con un brazo, acercándote a su lado.