Un cuento

1.2K 33 4
                                    

-¿Así que veías el programa? -Bautista preguntó curioso, antes de pasarle el primer mate.

La habitación era bastante amplia. A la cama matrimonial y el escritorio se le agregaba un pequeño juego de sillones que es donde estaban instalados.

-Si, siempre me gustó el reality -Confesó Denisse.

-¿Quién era tu favorito?

-No tenía favoritos. -Admitió demasiado rápido como para sonar convincente.

-¿Alguna vez te dijeron que sos muy mala mintiendo? -Cuestionó divertido.

Denisse lo miró ofendida.- Para tu información soy muy buena mintiendo. Pero ya que insistís, el chino me caía muy bien. -Exclamó después de unos segundos.

-Ah, osea que eras una bro. -Señaló triunfante.

-Digamos que me parecían divertidos. Me gustaba como hacían estrategias sin bardear a nadie.

Bautista sonrió orgulloso. Sin lugar a dudas, más allá de cualquier premio, lo mejor que se llevaba de esa casa eran sus amigos.

-¿Y yo cómo te caía? -Siguió con su interrogatorio.

Denisse se quedó en silencio por unos segundos pensando como responder.

Cuando decidió borrar su video de casting para ingresar, se había prometido a sí misma que no iba a ver el programa. Sin embargo, era un poco difícil escaparle al prime time de Telefe. Eso sin contar que todos sus conocidos lo veían y el algoritmo de sus redes se lo mostraba constantemente. Al final se había rendido y para cuando quiso darse cuenta estaba enganchada.

Lo cierto es que adentro le había caído muy bien. Bautista había sido un jugador tranquilo, mental, no le había faltado el respeto a nadie y muy pocas veces se había enojado. Como espectadora, Denisse había preferido la actitud de Martín de haber sido más directo con su juego, pero eso mismo lo había dejado fuera una vez que su enfrentamiento con Furia había llegado lo suficientemente lejos. Bautista en cambio, había sido más inteligente como para saber en qué momento empezar a jugar más fuerte.

De todas maneras, ni siquiera era eso lo que había llamado la atención de Denisse. Cuando el programa llevaba ya unos meses de emisión, un sábado cualquiera Bautista había quedado solo en la casa al haber sido el único en no estar nominado. En regalo, le habían ofrecido una guitarra y se había sentado contra el ventanal de la casa a cantar algunas de sus canciones.

Cuando cantó una en particular, que después supo que se llamaba "la canción más triste", se había quedado embobada escuchándolo y bastaron esas pocas horas para comprobar lo talentoso que era. A partir de ahí había escuchado algunos de sus temas en Spotify y lo había seguido en Instagram. Cuando quedó en la final con Emma y Furia la decisión para ella era obvia.

Cuando ganó, se alegró genuinamente por él y tuvo la intención de seguir sus pasos en el afuera expectante a cómo seguiría su carrera. Vaya desilución cuando dejó de reconocer a ese chico que había visto en la casa para pasar a ver a un hombre que salía malhumorado en las entrevistas, que llegaba tarde a los programas por haber salido la noche anterior y que ya casi ni agarraba su guitarra; reemplazando sus canciones de siempre por otros sonidos más comerciales.

-Me caías bien. -Admitió finalmente. ¿Qué sentido tenía mentirle?

-En pasado. -Señaló él.

-Vos me preguntaste cómo me caías en la casa y y yo te dije que bien. Además ganaste y eso es lo único importante, ¿o no?

Bautista miró para abajo ante la última frase de Denisse. Reconocía las palabras porque él mismo las había pronunciado en lo que recordaba como una de sus peores entrevistas.

Baunisse. Para hacer bien el amor hay que venir al sur.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora