Monet

1.4K 53 8
                                    

-¿Cómo que no me podés mostrar una foto? -Preguntó Valentina indignada.

-No nos sacamos una anoche. -Repitió pacientemente por tercera vez.

Habían vuelto del festival cantando a los gritos las canciones de Bautista -por insistencia suya, claro-. El contraste con el primer viaje en auto era gigantesco. No sabía en qué momento habían entrado en confianza tan rápido o de qué manera su opinión sobre él se había suavizado pero los cierto es que hacía mucho tiempo que no se reía así.

Cuando lo dejó en la puerta del hotel se habían despedido con un abrazo un tanto incómodo teniendo en cuenta que ambos recordaban a la perfección lo que había interrumpido su celular más temprano.

No sabía que pensar.

Objetivamente era lindo, eso nunca estuvo en discusión, pero era más fácil resistirse a su atractivo físico cuando creía que era un soberbio y un agrandado. Ahora que habían compartido más tiempo juntos y que había llegado a conocerlo al menos un poquito la cosa se hacía más difícil.

Bautista era realmente una buena persona. Quizá en el medio de su camino a la fama se había perdido un poco, pero lo cierto es que era mucho más que lo que había mostrado de sí mismo afuera de la casa.

Como sea, el punto es que estaba en problemas. Para empezar, era alguien que no vivía en Trelew. Como si eso fuese poco, era extremadamente famoso, y para coronar la situación, viendo las mujeres con las que se había relacionado claramente estaba fuera de sus posibilidades.

Lo que la lleva a la situación actual. Valentina había llegado temprano en la mañana con facturas para, según ella, escuchar todos los detalles de su noche.

Denisse moría de ganas por explicarle aunque sea un poco de su situación a su amiga para que la aconseje, el problema es que no sabía como hacerlo sin traicionar la confianza de Bautista.

-No te estoy pidiendo una foto de los dos juntos. Mostrame su Instagram, alguna foto safable debe tener. ¿O es muy feo? -Dijo abriendo en grande sus ojos.

Si supiera.

*

Para cuando tocó los últimos acordes de su guitarra sonrió satisfecho. La melodía en la que estaba pensando tomaba cada vez mejor forma y solo restaba darle sentido a la idea que tenía para la letra.

En una semana se vencía el plazo para mostrarle el avance a Lautaro y Amalia y quería tener todo perfectamente definido para que no puedan objetar nada.

Después de conversar con sus amigos por un rato se tiró en la cama sin saber qué hacer. Ni siquiera era el mediodía y ya estaba aburrido.

Llamar a Denisse para hacer algo era lo que más lógica tenía porque últimamente cada vez que tenía un rato libre, lo cuál básicamente era casi siempre, terminaba hablando con ella. Pero tampoco quería parecer desesperado.

No terminaba de entender que le pasaba con ella. Osea, que era hermosa lo supo desde el momento en el que la vió pero últimamente parecía que era casi en lo único que podía pensar.

Pensándolo bien, ayer ella lo había invitado a hacer un plan. Lo justo era que él se lo devuelva, ¿O no?

Convencido del sentido de sus pensamientos, le escribió.

*

-¿Hola? ¿Me estás escuchando?

La voz de Valentina hizo que deje de mirar el celular con una sonrisa.

-¿Es él, no? Por eso esa sonrisa de tarada. Dame eso a ver. -Antes de que pudiera darse cuenta, le arrebató el celular de sus manos.

-VALENTINA, DAME ESO. -Denisse se abalanzó para recuperarlo pero fue demasiado tarde.

Baunisse. Para hacer bien el amor hay que venir al sur.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora