Descuentos

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Durante unos segundos, Denisse miró a Bautista fijamente antes de soltar una carcajada. Sin embargo, al ver que él no se sumaba a la risa se puso seria de repente.

-¿Me estás hablando en serio? 

-¿Me ves cara de estar haciendo un chiste? -En la mente de Bautista, que había resuelto todo en pocos segundos, parecía una idea maravillosa. Por lo que se sintió un poco ofendido de que Denisse no pensara de la misma manera. 

-Bauti, no tiene sentido lo que me estás ofreciendo. ¿De qué manera te podría ayudar yo a vos que seguramente tenés todo un equipo de trabajo dedicado a eso? E incluso si pudieras darme una mano con algún contacto para modelar, no quedaría nunca. -Intentó explicarle con calma.

Cuando le había dicho que tenía un trato su cerebro había quedado en blanco sin saber exactamente que esperar. Si bien no lo conocía en persona hacía mucho, nada en realidad, había pasado el tiempo suficiente para darse cuenta que por momentos se comportaba como un nene. Se entusiasmaba con la misma rapidez que su hermana menor y también era la persona más curiosa con la que había hablado. Así que Denisse dejó que la sorprendiera.

Sin embargo, nunca se había esperado lo que tenía para ofrecerle. Según Bautista, él podía recomendarla a algunos de sus contactos en Buenos Aires para trabajar como modelo y ella a cambio lo podía aconsejar sobre como recuperar el rumbo de su carrera.

-Al parecer mi equipo de trabajo no es tan bueno como creía porque no pudieron hacer nada para evitar que llegue al punto en el que estoy. -Objetó él. -Además, no sé por qué decís que no te iría bien. Sos hermosa. 

Denisse sintió que se le estaba formando una sonrisa en la cara, por lo que decidió concentrarse en el primer comentario para no perder el foco.

-¿No te parece un poco inmaduro responsabilizar a tu equipo de trabajo por las decisiones que tomas vos? 

Creyó que con ese comentario bastaría para que Bautista se ofenda y se arrepienta de la oferta. Lejos de eso, aplaudió entusiasmado ante sus palabras.

-¡Ajá! Ves. Eso es lo que necesito. Un poco de sinceridad. Tengo gente de marketing atrás mío, pero... ¿Sabes cuantas veces me dijeron que estaba actuando mal? -Bautista la miró serio. -Ninguna. Mi representante me cuida y me reta, sí, pero también cree que escondiéndome acá vamos a solucionar todo. La única que se atrevió a decirme las cosas hasta ahora fuiste vos, Denu. 

El apodo nuevamente escapó con facilidad y Denisse sintió calidez. Por lo general su familia y amigos siempre la habían llamado "Deni" o "Den". Nunca Denu. Y que sea Bautista de todas las personas el que le dio un nuevo apodo la ponía contenta, por alguna razón que no podía entender.

-Sigo sin entender cuál sería mi rol. No tengo seguidores en mis redes, no estudié publicidad o marketing. Ni siquiera sé mucho sobre el mundo del espectáculo. 

-Solamente quiero tener a alguien a quien pedirle un consejo. Una guía -Reconoció él. -No tenés miedo o vergüenza de decirme lo que pensas, y eso ya es mucho más de lo que tengo actualmente en mi vida. 

-¿Te das cuenta que estás pidiendo un amigo, básicamente?

-Bueno si lo decís así suena un tanto patético. -Se río avergonzado. -No sé, pensé que ya que voy a estar unos días acá en Trelew podía aprovechar para recomponer un poco mi carrera en lugar de solo esconderme como me dijo alguien por ahí. 

Denisse estaba segura que llegado un punto se iba a arrepentir de lo que estaba por hacer, pero mirando en el estado en el que estaba no pudo hacer otra cosa más que extender su mano.

-Acepto. 

Bautista la miró sonriendo y le correspondió el apretón de manos. -No te creas que vamos a dejar lo tuyo de lado, eh. En Buenos Aires conozco a mucha gente. A ver, pasame tu Instagram. 

Baunisse. Para hacer bien el amor hay que venir al sur.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora