6

93 6 3
                                    

Ya habían pasado dos semanas y aquel muchacho no se había pronunciado, de ninguna forma, así que ____ no tuvo otra que darlo por perdido y concentrarse en estudiar, aunque no había día en el que no pensara en él. Su amistad con Namjoon era más cercana con el paso de los días, se sentaban juntos, a veces después de clases iban a comer a Mcdonald's o a la biblioteca a hojear libros, hablaban de muchas cosas y temas interesantes, quejándose de las mismas situaciones y problemas de la sociedad.

Ya era jueves en la noche, ella estaba sentada en su sofá estudiando algo de histología, tenía una taza de café a su lado y Jazz antiguo sonando en su computadora, la noche estaba tranquila, al día siguiente sólo tenía clases en la tarde así que no iba a ser necesario que se levantara tan temprano, los jueves eran su punto favorito de la semana. Su momento de paz fue interrumpido por dos golpes en la puerta.

-¿Papá?- pensó.

Tenía puesto su pijama de osos, sus lentes y un peinado mal hecho. Se sacudió un poco yendo a abrir, esperando encontrarse con su padre, pero al abrir vio que era un señor de unos 50 años, un poco mas alto que ella, llevaba un traje, camisa y corbata, bien planchados y totalmente negros, llevaba unos lentes transparentes típicos de adulto mayor y una cara seria pero con una pequeña sonrisa.

-Buenas noches dama ____.

-Aah, buenas noches- habló confundida.

-Soy Song, el chofer y asistente personal del señor Jungkook, él me envió a buscarla.

Su estómago se revolvió -¿Jungkook?

-Sí- dijo luego recogió una bolsa lujosa, era color crema y unas letras en negro que ____ no había alcanzado a leer -Tome, póngase eso y la llevaré.

Tomó la bolsa y leyó el nombre "Dior", sus ojos se abrieron, no sabía que hacer ni como reaccionar -Gracias, ahora salgo- dijo rápidamente y cerró la puerta.

Caminó rápidamente hacia el baño y se apoyó en el lavamanos. No sabía si iba a vomitar, llorar, reír o huir, se miró al espejo y se maldijo a sí misma.

-Mierda- dijo agachando la cabeza -no me lavé el pelo- dijo agarrando su cabeza -no hay tiempo para llorar- dijo pegándose suavemente dos cachetadas.

Ella improvisó un peinado en su cabello, colocando un moño negro al principio de una media coleta y dejando dos mechones sueltos en los costados. Se lavó el rostro y se aplicó un poco de corrector y polvo suelto para igualar el tono de su piel. Luego, eligió unas sombras de ojos en tonos suaves de rojo anaranjado, un delineado pequeño y negro y pestañas enruladas. Finalizó con un delineado y brillo de labios en un tono café rojizo, fue hacia la sala y abrió la bolsa, dentro había una caja negra, la sacó y la puso sobre el sillón para abrirla, al abrirla vio dentro un hermoso vestido rojo de seda, era corto y agradeció haber usado falda ese día y tener las piernas rasuradas, mientras recordaba eso, pensó.

-¿Por qué es tan difícil ser mujer?- dijo entre dientes.

El vestido que se puso le sentaba perfectamente, acentuando sus curvas y resaltando aún más su figura, haciendo que se sintiera linda y segura. El corte y el diseño del vestido eran perfectos para ella, acentuando sus mejores atributos y esconder cualquier pequeña imperfección. Al verse en el espejo, sintió una oleada de confianza y belleza, lista para la velada que se avecinaba. No tenía tacones porque nunca pensó que sería necesario gastar dinero en algo así de incómodo, ahora se dio cuenta de que si, era necesario. Rendida solo tomó sus converse negras y sacó una chaqueta de cuero, era un par de tallas más grande, por lo que le quedaba muy linda y sorprendentemente, combinaba. Sacó un pequeño bolso negro y echó su celular, gloss, billetera y un espejo. Terminó poniéndose perfume y después de una ardua carrera de "arréglate en menos de veinte minutos" salió.

Entre sombras y secretos - Jk & Tú [Pawsishes] (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora