Mierda... ¿Cómo carajo ya estamos en la semana que viene esa maldita? ¿Por qué carajos no pude escapar antes...? ¡¿Por qué?! ¡¿POR QUÉ?! (Se la pasaba comiendo y bebiendo té con su criada).
De verdad tengo que distraerme con algo que no sea la comida, porque estoy engordando lentamente... Leila... No, Emely... ¿Enserio te pasaste una semana entera comiendo y bebiendo té con tu criada? ¿Por qué hicimos esooo?
Y si sigo así no podré conseguir dinero para irme de esta maldita capital. ¿Por que carajos el papá de Leila no me quiere dar dinero? Soy muy ahorrativa. (Se comió el dinero de su mesada en las galletas y en el té).
—Princesa... Ya es hora de ir a la academia—. Dijo una de las criadas.
—Ah... Esta bien, iré en un segundo —Sonreí— Muy bien, Leila, vamos a deborar, no ayunar.
Me di motivación para poder salir de mi habitación e ir al carruaje qué estaba esperando en la puerta principal de la mansión Alcalá.
—Leila, ¿por qué duraste tanto? ¿No me digas que estabas planeando algo para atacar a la amante del príncipe—. Había dicho mi ahora hermano mediano.
Tengo que decir que en nuestra familia no tenemos esa "conexión" qué dicen otras familias que tienen... la familia de Leila es más de groserías y jalarse el cabello entre sí.
Y se me había olvidado decirles que antes de que fuera a cancelar mi compromiso, la protagonista de la historia había aparecido en la vida del príncipe. Es por eso que ella irá a la academia de los nobles porque por sí sola no podrá por su estatus qué era hija ilegitima de un conde y una sirvienta.
—Flin... Cállate, no me interesa esa puta —Subí al carruaje— Sube o llegaremos tarde por tu culpa y no por la mía.
—Ja, ni tú misma crees que no te interesa—. Río mientras subía al carruaje.
—Maldito Flin... —Susurre.
—Te escuché.
Y por desgracia, habíamos llegado a la academia de nobles... cuando el carruaje nos dejo frente a la escuela, Flin y yo bajamos de este, mientras que miraba mi alrededor con una cierta sorpresa, dos chicas aparecen de la nada frente a mí.
—Oh... pero si esta no es el demonio de la capital... ¿Qué haces aquí? —Sonrío.
—Mmm... ¿a tomar educación? Cosa que tú en este momento no tienes, querida—. Sonreí mientras entraba a la academia.
Las chicas de antes solo me miraron con odio antes de darse la vuelta e irse. Dios... actualicen sus ofensas.
Llegué a la clase que tenía asignada ese día y me siento en uno de los asientos de la parte trasera al lado de la ventana.
—Oh... ¿esa no es la amante del príncipe? —Susurraban las personas.
Sinceramente no quiero ver a esa perra hoy...
—¡Oh, Dios! Se está acercando al demonio—. Había gritado un chico, haciéndome enojar pero unos segundos después escuchó una voz amable.
—Oh, hola—. Sonrió mirándome.
Volteé mi cabeza para verla, ahs... Como no la soportaba. Tenía la tez blanca y el cabello del mismo color con la cara de una perra angelical.
—M-me llamó Isabel—. Sonrió con timidez.
Solo me la quede mirando hasta que un entrometido se metió en nuestra conversación en la cual solo hablaba ella, hablo del príncipe.
—¿Te comió la lengua el gato? ¿Por qué no le respondes? —Se acercó a mí.
Nuevamente me quede en silencio, ¿Estás personas no entienden que tengo que salir de la capital sin ningún problema o que?
—La señorita no quiere responder, ¿También es obligatorio responderle a su amante, majestad? —Había interrumpido otro idiota, osea Mateo... ¿era mateo?
—Duque Emilio... no era necesario que usted respondiera por la princesa Leila.
—Y-ya, por favor... no hay necesidad de que se peleen por mí... —Hablo la sucia.
Solo suspiré y me pusé de pie para ir al baño, esto era muy película de Estados Unidos para mi gusto. Solo le faltaba decir "Noah, tú no eres así, yo lo sé" y ahí verdaderamente vómito.
La pregunta es... ¿Dónde diablos está el baño?
—¿Por que te fuiste? —Apareció de repente el príncipe heredero.
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¡¿Dónde está mi maldito romance ficticio?!
Historical FictionEmely fue transportada a una novela romántica de la Edad Media, que por cierto, no había leído y que tampoco, era la protagonista. Era la villana. Ningún hombre la miraba por ser malcriada, mal hablada, sin educación y la loca obsesionada con el prí...