Emely fue transportada a una novela romántica de la Edad Media, que por cierto, no había leído y que tampoco, era la protagonista. Era la villana. Ningún hombre la miraba por ser malcriada, mal hablada, sin educación y la loca obsesionada con el prí...
Hijo de la grandisima puta qué te parió, ojalá que tus hijos no salgan como tú, para que no los maté a ellos también por la MIERDA que hiciste. (Eso le quería decir).
—Lo siento... —Miraba hacia otro lado por que sabía que estaba muy molesta por esa mierda que hizo.
—¿Por qué lo hizo? —Lo miré molesta— Dijimos que lo iba hacer en el baile de primavera... espere este día por meses y miré la mierd- —Suspiré— Lo que hizo... —Sonreí con la boca cerrada apretando los dientes y empezaba a caminar de un lado a otro para poder calmarme.
—De verdad lo siento... es que... se me había olvidado el trato en ese momento... —Miró a otro lado— Y también los funcionarios estaban muy felices en la fiesta que ni quise molestarlos para que escucharan malas noticias de su futuro emperador...
Mi perro que solo sabe ladrar, dice mejores excusas qué tú cuando me muerde el zapato.
Estaba entrando en desesperación con este puto hombre.
¡¿Ves universo?! No tengo suerte en conseguir un hombre que sirva.
Solo apreté mis dientes mientras lo veía... este se acerco a mí, tomó mi mano y la apretó para "calmarme".
—Lo solucionaré, lo prometo... —Miró mis ojos.
No reaccioné a su toque, al contrario, quería hacerle una llave en ese momento pero sentía que alguien nos estaba viendo, por eso no intente nada que pudiera perjudicarme e involucre la palabra "calabozo" en ello.
—Príncipe...
Había dicho la cualquiera con alegría a lo lejos al ver al príncipe hablando "solo" en el lugar que se conocieron, pero al ver con quien estaba solo soltó un risa con poco agrado, cuando vio que él tomó mi mano, solo hizo que apretara un poco la suya.
Susurro algo antes de acercarse con una sonrisa tímida en su rostro.
—P-príncipe —Dijo con timidez para después mirarme— L-lo siento... Creo que interrumpí algo... Lo siento... De verdad...
—No te preocupes... Isabel... —La miró.
Solo hice una mueca de desagrado y quité la mano del príncipe qué estaba sosteniendo la mía.
—Tengo que irme... príncipe, si me disculpa... —Hice una reverencia antes de irme del lugar con molestia, pero antes volteé a verlos cuando estaba un poco lejos. Ella abrazaba al príncipe, diciéndole algo que no llegue a escuchar.
No sé, pero siento vibras extrañas al estar cerca de ella...
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—¡Eso es! Conseguiré un novio—. Dije cuando estaba en él carruaje.
—¿Un qué? —Me miró confundido.
Algunas veces se me olvidaba que estaba dentro de esta mierda de novela y que algunas palabras que conocía en mi otra vida, no existen todavía aquí.
—Q-quiero decir... —Dije con nerviosismo— un amante—. Sonreí.
El Duque sonrió mientras me miraba pero luego rasco su garganta.
—Mmm... ¿Ya esta pensando en mi propuesta, señorita? —Sonrió mientras se le subían los humos.
—Guácala, no, aléjate. —Pusé mi mano en su cara para alejarlo.
—¡¿Qué?! Pero soy el mejor candidato—. Me miró molesto.
—Eres feo. Y ya hay alguien que quiero... —Sonreí mientras me acordaba de Ricardo.
Era el único personaje qué me acordaba ya que su descripción era de mi tipo ideal.
Aunque es uno de los pretendientes de la Isabel esa, siempre fue mi personaje favorito porque no era tan molesto y tan idiota con Leila, la podía entender. Ya que el Duque solo hablaba con ella de vez en cuando y solo cuando iban a eventos que no prohíban la presencia de Leila, pero siempre él desviaba la mirada al verla cuando hacían contacto visual.
—¿Quién es? Lo voy a matar—. Dijo molesto al verme sonreír por Ricardo.
—No lo conoces, no te preocupes—. Le sonreí antes de bajar del carruaje.
—¡¡PRINCESA LEILA!! —Dijo furioso al verme bajar del carruaje al llegar a mi destino.