© Maldito Infierno [JJK] (2)

19. Yo Misma Lo Haré

Adelaida

Ni siquiera sé cuánto tiempo ha pasado ya; minutos, horas, no lo sé.

Llevo sentada en la sala de espera una eternidad. No me gusta la gente, peor si alguna de esas personas trabaja camuflada en la mafia.

París es un país hermoso, lleno de historia y bellos paisajes; pero también esconde un lado oscuro, algo que quizá el gobierno no quiere ver o se preocupa por callar: mafiosos a la vuelta de la esquina. Todo lo bello se empobrece con la mafia, dejando lo peor del ser humano con ella.

Minutos pasan hasta que por fin una enfermera llega y me da noticias de Jimin, me lleva hasta su habitación, Bastián se queda en la entrada y según los médicos Jimin estará bien, solo tuvieron que hacerle una pequeña intervención quirúrgica para repararle la nariz.

Veo como Jimin se queja del dolor apesar de tener anestesia, sus ojos parpadean y me ve confuso.

—Ya era hora. —dice la enfermera —Su esposo está despierto.

El médico apunta algunas cosas en su historia clínica mientras mis ojos miran a Jimin con frialdad. Es idiota, enserio lo es. Trae su cara vendada, sus pómulos hinchados y la sangre seca cubierta en pequeños esparadrapos.

—Señora, Park. —me llama el médico dándome la mano. —Soy el doctor Gérard —dice aún mirando a Jimin. —Su marido estará bien, pero necesita descanso. El golpe que le dieron en la cara fue letal.

—Fue un asalto. —digo, mirándolo bramar. —Solo intentaba protegerme.

—Es lo menos que puede hacer un hombre por su esposa.—me dice con gentileza —Tardará algunos días en cicatrizar, le he recetado algunos analgésicos para el dolor. Estará bien. Debería salir de la clínica en un par de días.

—Me importa una mierda sus días. —Jimin interviene —Me voy hoy.

El médico me mira hastiado.

—No se preocupe. —le doy una sonrisa —Es el shock después de lo de hoy, me disculpo. —le digo y se va sin sospechar nada.

—Necesito ver a Jungkook, lo mataré. —dice lleno de ira.

—No. Tú te vas a quedar quieto.

—Quieto mi pie. Necesito acabar con él de una vez por todas.

—¿Qué tienes en la cabeza? ¿Mierda tal vez? ¡Piensa! No ganarás nada con esa actitud. Estamos en problemas muy serios, necesito tu ayuda.

—La policía de París no me ayudará. —me informa angustiado —Jungkook los tiene en el bolsillo.

—¿Qué? ¡Es imposible! Tiene que existir gente corrupta. París es el puto país más corrupto de todos.

—Intenté sobornarlos, pero no funcionó. Así que la carga irá por aire hoy en la noche. El vuelo ya está listo, mis hombres solo necesitan abordar.

Exhalo conteniéndome, teniéndole paciencia.

—Necesitamos una solución. —empiezo a desesperarme —No es posible que esto esté pasándonos ¡No a nosotros!

—¿Ves por qué quise y quiero romperle la cara a ese infeliz? —espeta enfadado.

—La carga tiene que llegar a salvo o estamos acabados.

—Llegará, estoy seguro.

—¿Y te vas a quedar tranquilo? ¡No podemos relajarnos hasta que esa carga llegue a su destino!

—Por supuesto que no me quedaré tranquilo, ese tipo rompió mi nariz. Estoy esperando una llamada, es un piloto aviador que dirigirá ese vuelo, esa llamada me asegura que la carga está segura y me confirme una vez que llegué a su destino. Es nuestra última esperanza —suena irritado. — No quiero que vayas, ¿lo entiendes? Lo solucionaré.