6

1.5K 85 12
                                    

Capítulo 6

-No quiero, ¡no quiero! - sollozo y sigo llorando, Will me mira entre preocupado y cabreado.
-Sophi... estas acabando con mi paciencia- suelta un suspiro y se acerca, suelto un chillido y salgo corriendo por la casa sin dirección alguna.

Veo una puerta y no dudo en abrirla y esconderme ahí, giro y es una habitación simple, que debe ser de invitados. Tiene un armario grande, me acerco a él y me escondo dentro. Ya no estoy llorando, odio los cambios de humor tan fuertes que tengo.

La puerta se abre y lo primero que veo son las piernas de Will, suelto un sollozo fuerte y me echo a llorar de nuevo, él me toma suavemente en sus brazos y me carga hasta mi habitación, me remuevo y doy manotazos al azar. Se sienta conmigo en sus piernas y con una mano toma las mías y me mira a los ojos.

-Ya cariño, basta, relájate ¿sí? - asiento y respiro pausadamente como alguna vez me enseñaron.

-Eso es, muy bien- dice y deja un beso en mi frente, me abraza con fuerza y me relajo completamente.

-Vamos a ir al doctor, ¿está bien? - niego con la cabeza y él suspira.

-Mi señor, no me gusta ir al doctor- digo en voz baja.

Él no dice nada sólo se levanta de la cama y me deja sentada en la cama, lo veo entrar al armario, después de unos minutos sale con ropa en la mano.

Luego de la odisea para que Will me cambiara de ropa y que me ganara unas nalgadas, estamos en el auto rumbo al doctor. Estoy molesta, voy con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

-Ve a sentarte mientras hablo con la secretaria- ordena y yo sólo lo miro a los ojos enojada, alza una ceja y me doy vuelta, me siento como ordenó.
Después de unos 15 minutos en los que Will estuvo intentando entablar una conversación, que no llegó a más de tres palabras por mi falta de sociabilidad, la secretaria nos avisa que podemos pasar a la consulta.
Pasamos y el doctor nos hace sentar, es una habitación amplia con un escritorio un librero, al lado derecho cerca de la puerta hay dos sillones y una mesa pequeña entre ambos, hay varios cuadros abstractos, mi mirada recae en una plaquita de color dorado "Dr. Lean Brown, doctor infantil y adolescente".

El doctor llega y empieza hablar, pero no pongo atención en lo que dice, después de unos 5 minutos o más llega una enfermera y me toman unas muestras de sangre y saliva. Han pasado unos 20 minutos y Will me toca el brazo.

-Sophi, ¿puedes esperarme afuera? - pregunta Will yo asiento con la cabeza y me dispongo a salir, camino a la puerta escuchando un fragmento de su conversación.

- ¿Tiene lo que le pedí? - de parte de Will, suspiro y me acerco a la salita de espera.

Estoy sentada en una silla, al frente mío hay una anciana, hay un ventanal muy grande donde se puede apreciar otros autos, edificios, personas... el resto de la ciudad. Pero no sé dónde estoy, me gustaría poder escapar y volver con mamá, pero a donde iría, ni siquiera tengo dinero. Froto mis manos en mi cara en modo de frustración y unas lágrimas salen, escucho la puerta abrirse y sale un muy tranquilo Will me paro acercándome a él, me toma la mano y bajamos.

Al llegar a casa nos dirigimos a la sala, Will recibe una llamada y yo aprovecho esa instancia para poder escabullirme a mi habitación y poder recostarme un poco.

-Vuelve aquí Sophi- la voz de Will me hace temblar, me doy la vuelta y vuelvo a sentarme en uno de los sofás.

-Sophi debías decirme que te sentías mal, está en las reglas, no debía enterarme por el doctor o los exámenes médicos- su voz es suave, miro mis manos. Cuando estábamos en la consulta del Dr. tuve que admitir que me sentía un poco mal y me hicieron unos exámenes y ahora tengo que tomar vitaminas y un medicamento.

-Al parecer a usted no le interesa como yo me siento- murmuro.

-Te recuerdo que está en las reglas y lo necesito saber para poder cuidarte- su voz está tensa, sé que estoy jugando con fuego, pero ahora no me importa quemarme.

-Si realmente le importara me dejaría volver con mi familia- elevo un poco la voz, veo como su mandíbula se tensa.

-Te estoy haciendo un favor, Sophi-

- ¡Un favor que yo no le pedí! -exclamo parándome, su mirada está más oscura indicando que está furioso.

-Bájame el tono- su voz es baja pero amenazadora.

-Usted sólo me trajo como un capricho- le digo mirándolo a los ojos.
-Oh sí, me siento solo, ¿qué pasa si traigo a una mocosa para hacerla hacer cosas tontas? - digo haciendo un todo de voz más grave intentando de imitar el suyo, Will se levanta del sofá.

-Claramente es muy fácil decir que me hizo un favor cuando a usted no le han arrebatado ¡NADA! - digo gritando lo último y sintiendo mis ojos mojados.

- ¡A USTED NO LO SEPARARON DE SU FAMILIA, A USTED NO LE OBLIGAN HACER COSAS O QUE ESTÚPIDA ROPA VESTIR! - grito y creo que debería parar, estoy llorando a mares y no dejo de sollozar, Will me toma del antebrazo y me lleva casi arrastrando a su oficina.

Se sienta en su silla y deja mi abdomen sobre sus piernas, sé lo que viene ahora, me castigará y yo sólo puedo llorar.

-Ve a esa esquina y no te moverás de ahí hasta que yo te lo diga- su voz es muy dura, me levanto a duras penas de sus piernas sollozando, me dirijo a la esquina.

Creo que éste ha sido el peor castigo, realmente siento que mis nalgas van a explotar de dolor. Por más que lloré y supliqué él no paró.
Apoyo mi frente en la pared y sigo llorando, lo escucho teclear cosas en su portátil como si no le importara que esté llorando de dolor.

-Deja de llorar- ordena y aguanto los sollozos, mis piernas tiemblan.

Han pasado alrededor de 30 minutos y Will sigue tecleando, en la habitación sólo se escucha eso, dejé de llorar hace un buen rato, debo encontrar una forma de salir de aquí.
Escucho la silla moverse y me tenso, siento los brazos de Will, empiezo a respirar más rápido por el miedo.

-Ven, te llevaré a dormir- dice y me carga, no me muevo para no hacerlo enojar, al llegar a mi habitación me baja y quita mi vestido, yo sólo miro mis pies mientras espero que vuelva con uno de esos patéticos camisones.

-Buenas noches, mi Señor- murmuro frente a él, me ayuda a acostarme en la cama, donde me hago un ovillo y cierro los ojos mientras escucho sus pasos saliendo.

~Jul~

Sí, mi señorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora