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-Desnúdate- ordena Will que está sentado en uno de los sillones individuales de su estudio, me quedo helada por su orden y aunque no es primera vez que me vería en ropa interior me da demasiada vergüenza.

-Vamos Sophi te di una orden y me gusta la obediencia- su voz es baja, con las manos temblorosas bajos las tiras del vestido por mis hombros y este cae al piso dejándome expuesta, aunque no del todo.

-Acércate- tiene su mano en la barbilla y su mirada brilla, sus pupilas están dilatadas.

A pasos lentos me acerco a él hasta quedar entre sus piernas, sus manos viajan a mi cadera y me sujeta de forma firme, mi corazón late desenfrenado.

-Sé que eres virgen y por la misma razón iremos lento- una de sus manos baja y empieza a jugar con la tira de mis bragas, me tenso -Esto ya me empieza a molestar- dice y rápidamente baja mi braga, intento de taparme, pero su mano atrapa las mías.

-Si vuelves a cubrirte te amarraré las manos- mi cara está roja y me siento excitada y avergonzada, siento su mano subir por mi muslo, mi piel se eriza por su tacto.

Suavemente pasa su mano por mi sexo y respiro profundamente, empieza a jugar con su dedo, se abre un poco camino y toca mi clítoris suelto un jadeo y vuelvo a sonrojarme.

-Mírame- niego con la cabeza, soltando suspiros por sus caricias.

-Mírame- vuelve hablar su voz me asusta y lo miro.

-Esto me pertenece a mí- gimo cuando mueve su dedo más rápido -Yo soy el único que puede tocarte y hacerte sentir así- mi respiración es irregular. Chillo cuando lentamente introduce un dedo en mí, con su dedo pulgar masturba mi clítoris y con su dedo corazón me penetra, vuelvo a gemir fuertemente cerrando los ojos, siento su mano tomarme de las mejillas y acercarme un poco a su cara.

-Quiero que me mires, que mires a quien le perteneces- por mucho que me asuste no puedo evitar admitir que me excita, aumenta la velocidad de su otra mano y suelto un grito cuando alcanzo el orgasmo.

Rápidamente me toma en sus brazos mientras los efectos del reciente orgasmo van desapareciendo, mi cuerpo tiembla un poco, me siento un poco cansada, si no me hubiese recostado en sus piernas, me habría caído.

- ¿A quién le perteneces? - pregunta y no quiero responder, su mano se posiciona en uno de mis pechos y aprieta, suelto gemido de dolor.

-A usted, mi señor- respondo rápidamente y deja de ejercer presión en mi pecho.

-Dilo de nuevo- ordena y me siento humillada.

-Le pertenezco a usted, mi señor- le digo mirándolo a los ojos y él me mira profundamente.

- Así es, cariño, eres mía y te adiestraré para que lo seas completamente- mi corazón sigue desenfrenado, pero me empiezo a relajar a medida que Will acaricia mi cabello, haciendo que cierre los ojos.

Me despierto y estoy en mi habitación, me levanto y me doy cuenta de que estoy completamente desnuda, siento mi cara ardiendo y me dirijo rápidamente al armario intento de abrir la puerta, ésta no cede, está con llave, bufo enojada. Siento pasos y corro a la cama para cubrir mi desnudez.

La puerta se abre y aparece Will, quien me mira con una ceja en alto.

-Quiero mi ropa- murmuro se acerca y bajo la mirada.

-Ponte de pie- demanda y niego con la cabeza.

-Ahora- su mirada es profunda.

-Pero...-

-Ahora- me interrumpe y su voz suena molesta, me levanto lentamente de la cama dejando expuesta mi desnudez ante él, siento mi cara ardiendo por lo roja que ésta debe estar, siento mi labio temblar, esto es humillante.

-Acércate- vuelve a ordenar, pero su voz ya es más suave.

Quedo frente a él, con la mirada baja siento sus manos posicionarse en mis hombros y me tenso, una de sus manos sube por mi cuello haciendo caricias suaves hasta mi cabello en donde hace una coleta y tira suavemente hasta subir la mirada, sus ojos taladran hasta lo más profundo de mí y me intimida, realmente me siento un insecto al lado de él.

-Mi señor... ¿puedo vestirme? - pregunto sutilmente, aún con las mejillas rojas.

-No cariño, es más, después de almorzar te irás a mi oficina y ahí estarás sin ropa hasta que yo lo decida- lo miro impactada y aprieto la mandíbula pero no digo nada y sólo asiento con la cabeza tratando de procesar esa información.

-Mientras tanto, jugaré un rato contigo y después te daré un vestido- dice y se acerca peligrosamente a mi mejilla, deja un beso en esta y va bajando, llega a mi cuello y lo lame de forma lenta, me hace estremecer, suelto un suspiro, eso se siente muy bien.

Siento como mi sexo se va humedeciendo. Will posa su mano sobre mi sexo y vuelvo a sentarme.

-Recuéstate boca arriba, en la cama- hago lo que me dice, para no hacerlo enojar.

Me acuesto mirando el techo. Will toma mis piernas y las abre bastante, se posiciona entre ellas, dejando besos en mis muslos, su boca se acerca cada vez a mi sexo, hasta que siento su lengua acariciar suavemente mi clítoris, suelto un gemido que me hace sonrojarme y llevar las manos a mi boca.

-Eso es cariño, quiero escucharte disfrutar- dice y sigue lamiendo.

Soy todo gemidos y jadeos, Will lame, succiona y muerde mi clítoris, esto me hace erizar la piel y curvar la espalda, siento la misma sensación de hace rato formándose en la parte baja de mi estómago. Will sigue lamiendo y grito cuando llego al orgasmo que me deja con el pulso acelerado y respirando agitada.

Will está de pie y me mira sonriendo.

-Me encanta lo sensible que eres, cariño- dice lamiendo sutilmente su labio, tapo mi cara con mis manos para esconder mi cara roja por la vergüenza.

-Mírame- ordena y niego con la cabeza, siento que la cama se hunde a mi lado.

-Quiero verte cariño-su voz ahora es más suave, siento una de sus grandes manos tomar mi brazo, pero lo hace de forma delicada y descubre mi sonrojada cara.

Me mira y sus ojos brillan, quizás de ¿cariño?, su mano recae en mi mejilla y me da caricias en ésta, nos acomodarnos de tal forma que quedamos de lado mi cabeza queda a la altura de su cuello donde puedo oler claramente su delicioso perfume, Will me atrae más a él y acaricia mi cabello y un poco de mi desnuda espalda, nos quedamos ahí por varios minutos. En este momento se me olvida completamente todo, de que fui secuestrada, que estoy desnuda... Me siento en paz, tranquila, siento cariño y protección en los brazos de Will, dos cosas que nunca había sentido de forma tan potente.

Esto se siente demasiado bien, tan bien que nubla mis pensamientos. Y si ¿Will no es malo? y solamente sus gustos no son como los normales... y esta es su forma de demostrar su cariño... que estupidez Sophi, si realmente me quisiera no me haría daño, pero a veces igual es lindo conmigo...

~Jul~

Sí, mi señorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora