Estoy en mi habitación, enojada, ya han pasado algunos días desde lo ocurrido, Will fue demasiado tierno y cariñoso después de nuestro... eh... después de que él me tocó. Desde antes de ayer Will me ha llevado a su estudio una hora o dos y debo estar completamente desnuda ante él, él dice que es para que deje mi vergüenza, pero yo lo encuentro muy humillante, de todas maneras, a él le importa bien poco lo que yo piense de algo.
Volviendo al tema anterior... estoy enojada por esa misma razón, porque él no me escucha y de verdad que eso me frustra y enoja.
Me pongo rápidamente la ropa que hay sobre la cama, que consiste en ropa interior y un vestido, también hay unas bailarinas, pero prefiero estar descalza, me siento en mi tocador y me peino mi cabello que ahora está más largo, pero tiene más brillo, a través del espejo veo entrar a Will. Lo ignoro y me concentro en peinarme.
-Mírame- ordena, pero no le obedezco.
-Sophi...- su voz se vuelve más baja y me asusta, subo la mirada y nuestras miradas chocan a través del espejo, él se acerca y me da vuelta en la silla, levanto mi cabeza.
-Nadie dijo que podías salir de mi estudio- me regaña y en su voz sólo hay enojo, sé que debo intentar que mi respuesta sea lo más suave porque en estos momentos cualquier palabra no meditada puede hacer detonar a Will y por ende, ganarme un castigo.
-Usted no me escucha, mi Señor- murmuro y bajo la cabeza mirando mis manos, siento mi labio temblar y mis ojos húmedos.
-Sí te escucho, pero debes obedecerme- con una mano toma mi cabello y lo jala haciendo que de nuevo nuestras miradas se junten, su mirada se suaviza un poco y siento unas lágrimas bajar por mis mejillas.
-Debes aprender a estar desnuda y sin vergüenza alguna frente mío- acaricia mi mejilla, pero alejo la cara, el no dice nada y cambia de tema.
- ¿Por qué andas descalza? - pregunta cuando me siento nuevamente en el tocador y me sigo peinando.
-Se me es más cómodo- respondo brevemente, Will se acerca y toma el cepillo de mi mano y con una suavidad increíble cepilla mi cabello, hasta desenredarlo completamente.
-Tienes un cabello realmente hermoso, Sophi- comenta, más para sí, pero eso por alguna razón me hace sonreír.
Son las 23:00 hrs de la noche y se supone que debería estar durmiendo, pero no puedo conciliar el sueño, mañana comenzaré a ir a clases, estoy demasiado nerviosa y ansiosa, tal vez podría tener la oportunidad para escapar, pero no sé, Will en la cena me dejó bien claro que mis posibilidades eran nulas y si hubiera, aunque sea una el castigo sería horrible.
Pero no recibiría castigo si logro escapar a la perfección y por eso debo planearlo bien, debo hacer que Will confíe en mí para poder irme, pero no sé cuánto demorará eso y espero que en ese tiempo no logre encariñarme de él, porque, aunque no lo quiera admitir a viva voz, sé que ya lo empiezo a querer, esto puede ser parecido al síndrome de Estocolmo, pero Will a veces es cariñoso, claro, cuando no está castigándome.
01:00 am, sigo despierta y frustrada por no poder dormir, me levanto de la cama y me dirijo a la habitación de Will.
Toco suavemente la puerta y espero unos minutos antes de que ésta sea abierta.
-Disculpe, mi señor- susurro con la cabeza gacha, Will me toma del brazo y me hace entrar a su habitación que está levemente iluminada por la lámpara de la mesita de noche.
- ¿Qué haces despierta a esta hora? - su voz es autoritaria, hace que me ponga nerviosa.
-No puedo dormir, mi señor- murmuro, él se acerca y toma mi cara para poder mirarlo.
- ¿Alguna razón a tu falta de somnolencia? - me mira con una ceja en alto, está serio y me intimida.
-Estoy muy nerviosa mi señor- admito y el relaja su expresión.
-Ven cariño, puedes dormir conmigo- me acerco y me acuesto en un lado de la cama.
Will se acuesta a mi lado y me atrae hacia él, quedamos de lado, él detrás mío, pasa una de sus manos por mi cintura y entrelaza nuestras piernas.
-No debes estar nerviosa, cariño, yo siempre te cuidaré donde quiera que estés- susurra en mi oído y acaricia mi cabello, su confesión me hace sonreír y cierro los ojos al fin sintiendo sueño.
A quién demonios se le ocurre usar un uniforme tan ridículo, ese es mi principal pensamiento al ver la ropa que debo usar.
Es una escuela privada y por eso debo usar un patético uniforme, Will me mira del marco de la puerta con sus brazos cruzados esperando que me digne a vestirme, porque estoy con la toalla alrededor de mi cuerpo, recién salí de la ducha.
-Vamos Sophi, que esperas- lo miro a él y después al uniforme, como si la suma no me cuadrara. Se acerca un poco molesto y quita de un tirón la toalla haciéndome soltar un chillido por la sorpresa.
Will terminó vistiéndome y aprovechó de darme unas nalgadas por mi falta de cooperación, según él, para vestirme.
Al patético uniforme se le combina unas medias del mismo color de la falda y unos zapatos negros, bastante lindos, a decir verdad, lo unico de lindo que tiene este uniforme, el resto es una blusa blanca con una falda gris, una corbata y para rematar un blazer, me siento ridicula vestida así.
Ya estamos en el auto, Will va manejando y yo miro por la ventana, cada vez nos empezamos acercar más a la urbanización, Will vive bastante alejado de todo.
Llegamos a lo que creo que es el instituto y es enorme, con una arquitectura moderna, a primera vista hay muchas áreas verdes, con pasto perfectamente cortado con árboles bien cuidados.
-Bien cariño, aquí es- dice mirándome con una sonrisa.
-Como ya te dije en casa, no quiero problemas, tampoco malas notas y no intentes escapar, no te gustará para nada el castigo que eso obtendrá- dice enumerando con sus dedos y mirándome bastante serio por su última aclaración, yo solo asiento en respuesta.
-Suerte en tu primer día- besa mi frente.
-Nos vemos en unas horas-
-Adiós mi señor- murmuro bajándome del auto.
Camino a la entrada de la institución, hay muchos alumnos que parecen sacados de revista, todos con sus uniformes impecables, todos deben ser de familias adineradas, me siento fuera de lugar estando aquí, miro para atrás y el auto de Will ya desapareció, inhalo profundamente y me encamino a buscar la sala de secretaría para obtener mi horario.
Llevo 4 horas aquí y me siento demasiado incómoda, hasta ahora nadie se ha acercado a hablarme, lo cual agradezco porque no sabría qué decir.
Las primeras clases fueron de lengua y literatura y la siguiente fue de biología celular, mucha materia que no entiendo, ellos deben ir mucho más adelantados que los institutos normales en el ámbito académico, ahora me toca matemáticas, asignatura que me va fatal.
Entro al aula y me siento en la fila al lado de la ventana en el tercer asiento. Saco una agenda y unos lápices para tomar apunte, me quedo mirando la ventana esperando a que llegue el maestro, sé que es hombre porque mis compañeras no dejan de alardear lo guapo que es.
-Buenos días alumnos, disculpen la tardanza- la voz se me hace conocida.
Volteo la cabeza y se me abre inevitablemente la mandíbula al ver a Will frente a toda la clase.
~Jul~
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Sí, mi señor
Rastgele¡Por favor déjenme ir! - vuelvo a gritar sollozando. No sé hace cuanto estoy acá para está oscuro y huele muy mal, tengo mucho miedo, sólo quiero volver a casa, mi cabeza me duele mucho y tengo hambre. -Por favor, sólo quiero irme a casa- digo a la...