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Es lunes nuevamente y sólo faltan 30 minutos para que la clase de química termine, después de esto, Will me llevará al ballet o eso dijo, no puedo contener mi emoción. Los minutos pasan lentísimo y la clase es demasiado aburrida, he intentado de tomar apuntes y prestar atención a lo que dice la maestra, pero, se me hace demasiado difícil.

-Si le aburre tanto mi clase puede retirarse, señorita Anderson- la voz de la maestra me asusta y rápidamente mi atención recae en ella que está frente a toda la clase, mis mejillas se tiñen de rojo y murmuro una leve disculpa y ella continua con la clase.

Se escucha el timbre sonar y tomo mis cosas para salir veloz del aula, veo el auto de Will estacionado, con la misma rapidez me acerco y subo.

-Hola, mi Señor- lo saludo sin poder ocultar mi sonrisa.

-Hola cariño, ¿cómo te fue?- pregunta mientras pone en marcha el auto.

-Bien y ¿a usted?- le digo omitiendo el llamado de atención de la bruja de química, a Will se le forma una pequeña sonrisa en los labios.

-Bastante bien en la oficina- Will tiene su empresa de arquitectos y esas cosas que no entiendo y además está haciendo clases por un "reemplazo" yo digo que lo hace para mantenerme controlada.

Llegamos a mi clase de ballet, Will me deja dentro de la sala y se va sin antes advertirme de la nula posibilidad de escapar, besa mi frente y lo veo marcharse.

Me quedo viendo la puerta unos minutos con ganas de abrirla y salir corriendo, pero primero debo hacer que Will confíe en mí, para poder escapar sin mucha dificultad, porque nada me asegura que si salgo ahora él no esté en su auto afuera del edificio y eso conlleva a que no me dejaría salir de casa, inhalo profundamente despejando mi cabeza, giro para encontrarme con bastante chicas, algunas de mi edad, otras menores y otras mayores.

La clase de ballet ya finalizó y me estoy cambiando de ropa, salgo y Will está parado en medio de la sala, me acerco feliz a él, se gira y su mirada está seria, me toma de la mano sin decir nada y salimos, subimos al auto en un ambiente tenso y el camino a casa es igual. No sé qué pasó realmente, o sea para que se enoje así de la nada... está loco.

Llegamos a casa y empiezo a caminar en dirección de mi habitación, pero, al dar unos pasos la mano de Will sostiene mi brazo de forma brusca, siento la sangre abandonar mi cuerpo, me conduce a su estudio y siento como el miedo me consume, mierda me va a castigar y ni siquiera sé la razón, aunque conociendo a Will tiene miles de razones según él. Cierra la puerta y se sienta en su silla, detrás del gran escritorio.

-¿Hay algo de lo que deba enterarme?- su pregunta me deja confundida, lo miro con la cabeza ladeada, lo cual indica mi confusión, además de estar nerviosa por esta situación.

-No me mires así y responde- su voz es firme y me hace temblar, niego de forma rápida con la cabeza, él me mira levantando una ceja, de este punto de vista Will se ve más intimidante de lo normal y eso que está sentado en su silla, si se pone de pie me orinaba encima del miedo.

-¿Estás segura, Sophi?- se para lentamente de la silla, no, quedate sentado, esto es malo, pienso. El recuerdo de la reprimenda de la maestra de química pasa rápido por mi cabeza, tengo a Wil frente a mí, su mano tira mi cabello para subir mi cabeza y mirarlo.

-La maestra de química me regañó por estar distraída- murmuro y veo sus ojos oscurecerse un poco, trago saliva asustada.

Me toma del brazo y me hace caminar rápido hasta su silla, donde él vuelve a sentarse y de forma inesperada mi abdomen termina sobre sus piernas, mi corazón empieza a latir rápido por lo que sé que viene ahora, sube mi falda y sin preámbulos azota con fuerza mi trasero, grito y él me vuelve a azotar, vuelvo a gritar entre sollozos y me da dos más, me retuerzo del dolor, Will me sigue azotando unas veces más, en las cuales grite y rogué que parara, sin embargo, como siempre, me ignora. Por fin para, me levanta y me sienta con delicadeza sobre sus piernas, fue un castigo corto a comparación con otros, pero igualmente fue doloroso.

-Espero que no se repita, porque no seré tan suave la próxima vez- ¿suave? pienso, imbécil, asiento mientras controlo mi llanto, me encantaría poder pararme y gritarle muchas cosas, pero no tengo la valentía.

Will acaricia mi cabello y susurra cosas lindas, cosa que me confunde, porqué tiene que ser una mierda y después tratarme lindo, me sigue acariciando cosa que hace que mi enojo y llanto se calmen.

Estamos terminando de cenar, son cerca de las 20:40 y me siento demasiado cansada como para siquiera comer, esto tiene enfurecido al diablo de Will, pero no me ha dicho nada, lo cual me tiene entre sorprendida y asustada, él sólo se mantiene demasiado serio, aunque a veces me mira de forma reprobatoria. Se para de la silla, se acerca y mi pulso se dispara, pone una mano en mi barbilla y sube mi cabeza.

-Si no piensas comer nada te puedes ir a dormir- su voz es dura, yo sólo asiento y me paro de la silla para ir a esconderme a mi habitación.

Al llegar a este suspiro, no me di cuenta que estaba conteniendo el aire por el susto, me acerco al baño para ducharme y poder relajarme un poco de lo tensa que fueron las últimas horas. Al salir del baño encuentro a Will sentado en el borde de mi cama, esperándome.

-Quiero que duermas conmigo esta noche- se acerca y quita de mi cuerpo la toalla de un tirón, se me escapa un chillido por la sorpresa e intento de cubrirme, Will me toma de las manos y las aleja de mi cuerpo, me acerca peligrosamente al suyo.

-No te tapes, eres mía y puedo verte cuando a mi se me plazca- sus palabras me dejan helada y sólo bajo la cabeza avergonzada.

-¿Entendido?- pregunta y asiento levemente con la cabeza sin poder mirarlo a los ojos.

-¿Entendido, Sophi?- vuelve a preguntar, esta vez su mano jala de mi cabello para mirarlo.

-Sí, mi Señor- respondo rápido para evitar su enojo y que deje de jalar de mi cabello.

Me guía a la cama donde hace que me acueste, él se da la vuelta y se acuesta detrás mío, me atrae a él, quedando pegados, entrelaza sus piernas con las mías y uno de sus brazos se apodera de mi cintura apretando un poco, empieza a acariciar mi cabello y deja pequeños besos en mi cien y me voy relajando cada vez más, hasta cerrar los ojos.

~Jul~

Sí, mi señorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora