IV

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|POV ANDY|

—¿Fuiste solo a ver a tu madre? 

Aunque aquel hecho fuera algo lamentable, no se podía evitar, sin embargo el ver a tu amigo en aquel estado tan deplorable era algo tan consternante también. Cada visita al nosocomio siempre lo solía dejar cada vez más abrumado e insatisfecho.Siempre todo era para peor, ocasionando que toda su fortaleza se marchitara.

—Ya no queda nada de ella,—admite infeliz. 

Pobre, Leslie, pensaste mientras observabas la dolencia emocional de él. Está abatido.

Nadie lo sabe pero su vida es un verdadero infierno, uno tan parecido a un maquiavélico laberinto que parecía no tener fin. ¿Todo su sacrificio de qué había servido si su madre no sólo no mostraba mejoría sino que cada vez parecía estar peor? Quiere llorar, pero no lo hace, debe contenerse. Nadie sabe por lo que está pasando y nadie debe saberlo. ¿Para qué cambiar eso? Sólo sería para peor.

Deja de lado su café y te observa desolado. Te duele su dolor. Él no merece estar pasando por tanto. Está recientemente casado con el hombre que profesa amar y aún así su dicha parece estar totalmente ausente, ¿Cómo podría ser feliz si su madre parece apagarse cada vez más? Lo comprendes.

—¿Y si buscas otra opinión? Hace más de un año que está en esa clínica—alegas en un intento inconsciente por darle aquella esperanza que ni siquiera tú tenías—quizás otros médicos especialistas la puedan ayudar.

Está agotado, no había dormido en toda la noche. Thelonious había exigido tanto de él la noche anterior. Había sido muy gentil y cuidadoso con él, como si se tratara de un cristal a punto de romperse, pero aquel trato tan especial no cambiaba el hecho de que habían sido muchas veces en una sola noche.

—¿Quieres que te ayude a buscar otro lugar?,—le ánimas.

—Si, por favor—seguramente Thelonious estaría de acuerdo con aquella idea, después de todo el dinero no era un problema para alguien como él.

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|POV Amber|

—Si, doctor, dígame,—tu impecable jefe, se desajusta la corbata. Había sido una mañana muy cargada. Era bueno que ya faltará poco para ver a Cyrus—¿Mi esposo fue esta mañana? Mmm entiendo…¿Hubo algún problema?... Gracias por avisar.

Trataré de que no vuelva a caer de imprevisto de nuevo.

Cuelga la llamada y se comienza a masajear la cien. Sostener tantas mentiras a la vez debe ser muy agotador. Pero él no parecía querer darse por vencido.

—¿Quieres un café?

—Trae a Cyrus, aquí,—te ordena tajante—Ahora, Amber.

Exclama, al verte tranquila en tu lugar.

—¿Sucedió algo? En ese estado podrías asustarlo.

Se levanta de su escritorio. Había hecho el amor tantas veces con él la noche anterior y aun así había tenido la fuerza para levantarse esa mañana e ir no sólo a visitar a su madre, sino también de interrogar a todo el equipo médico que le brindaba atención, ¿Estaría sospechando algo?


Dominación consensuada -Tyrus-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora