Era una noche oscura y tormentosa en la ciudad, con truenos resonando en la distancia y relámpagos iluminando brevemente el cielo. Freddy y Gustabo estaban en casa, disfrutando de una cena tranquila cuando la tormenta comenzó a arreciar.
La lluvia golpeaba con fuerza las ventanas, creando un ambiente que, aunque un poco intimidante, también era perfecto para una noche acogedora en casa. Después de la cena, Freddy notó que Gustabo estaba un poco inquieto. Aunque nunca lo admitía, las tormentas solían ponerlo nervioso. Freddy lo observó en silencio mientras limpiaba la mesa, y decidió que haría algo para distraer a Gustabo y hacer que se sintiera más cómodo.
-¿Qué te parece si vemos una película y nos acurrucamos en el sofá?- sugirió Freddy, acercándose a Gustabo con una sonrisa tranquilizadora. Gustabo lo miró, agradecido por la propuesta, y asintió.
-Me parece una gran idea. Así no me concentro tanto en la tormenta.-Freddy preparó rápidamente el salón, sacando mantas suaves y asegurándose de que el sofá estuviera lo más cómodo posible. Gustabo se unió a él poco después, llevando un bol de palomitas de maíz que habían preparado juntos.
Se acomodaron en el sofá, y Freddy envolvió a Gustabo con una manta antes de sentarse a su lado. Cuando la película comenzó, Gustabo se acurrucó instintivamente más cerca de Freddy, buscando su calidez y seguridad.A medida que la tormenta se intensificaba afuera, Freddy pasó un brazo alrededor de Gustabo, manteniéndolo cerca y brindándole un sentido de protección.
-No te preocupes por la tormenta, tabito. Estoy aquí contigo,-susurró, dándole un suave beso en la frente.Gustabo suspiró, relajándose un poco más en el abrazo de Freddy.
-Gracias, Freddy. Contigo aquí, me siento mucho mejor.-La película seguía adelante, pero la atención de Gustabo estaba dividida entre la pantalla y el sonido de la tormenta. Freddy, dándose cuenta de esto, comenzó a acariciar suavemente el cabello de Gustabo, susurrándole palabras tranquilizadoras y manteniendo su foco en la película y en el momento que compartían.
Finalmente, después de un rato, la tormenta empezó a calmarse, y Gustabo se dio cuenta de que ya no estaba tan nervioso. Estar acurrucado junto a Freddy, escuchando su voz suave y sintiendo su calor, había hecho que la tormenta pasara desapercibida. Cuando la película terminó, Freddy apagó el televisor y se giró hacia Gustabo, quien todavía estaba acurrucado a su lado, pero ahora con una expresión mucho más tranquila.
-Te sientes mejor ahora?- preguntó, con una sonrisa suave. Gustabo asintió, sonriendo también.
-Sí, mucho mejor. Gracias por cuidarme, Freddy.- Freddy sonrió y lo abrazó más fuerte.
-Siempre estaré aquí para cuidarte, Gus. No importa lo que pase, siempre puedes contar conmigo.-Gustabo levantó la cabeza para mirarlo y le dio un pequeño beso en la mejilla.
-Lo sé. Y yo también siempre estaré aquí para ti.- Se quedaron así, abrazados en el sofá mientras la tormenta finalmente se alejaba por completo.
A pesar del mal tiempo afuera, el calor y la seguridad que sentían en el abrazo del otro hicieron que la noche fuera perfecta. Pronto, ambos se quedaron dormidos, acurrucados bajo las mantas, con el sonido lejano de la lluvia como única compañía. Y aunque la tormenta había sido fuerte, la conexión y el amor entre ellos eran mucho más poderosos.