CAPITULO 9. El amor de un padre. Parte 2

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2024 BORRADOR SIN EDITAR (COPIADO Y PEGADO TAL CUAL, FALTA MODIFICAR)


Cuando estuvimos en el ático, mi corazón palpitaba rápido, seguía meditando si decirle unos datos privados e importante que Jim me confeso. Datos que podrían ayudar a comprender lo que previamente pasaba por la mente de Jim antes de recibir la mala noticia de la cancelación de su participación. Necesitaba que mi padre comprendiera como estaba el corazón de Jim para que así supiera que decirle para curarlo. Urgía detener un posible rencor.

— ¿Por que me trajiste aquí, princesa? — Pregunto confuso. Yo lo observaba atenta con mis grandes ojos de pupilas dilatadas causada por la oscuridad del ático.— Porque es el lugar correcto para confesar unos cuantos secretos —Dije suavecita jugando con mis dedos.— ¿Secretos? Oh princesa me encantaría escuchar esos secreto pero justo ahora me urge hablar con tu hermano —Dijo algo exasperando dando a entender que estaba siendo inoportuna — podemos dejarlo para dentro de un rato — niego con la cabeza, mi padre resopla y pone sus manos en las caderas — Por favor, mi amor— rogo, volví a negarme.— Esto es importante — Dije seria, el me miro serio —Tiene relación con Jimmy... Secretos de Jimmy— Solté para conseguir retenerlo pero parece que tuvo el efecto contrario.— Mi amor, siempre he dijo que es una falta de respeto contar los secretos ajenos —Dijo molesto.— Lo se, papi.— Perfecto. Entonces no rompas el código, no traiciones la confianza que te brinda tu hermano.— Pero papi...— Pero papi nada — refuto cortante negando con sus brazos — comprendo las intenciones, sin embargo, es inaceptable. Ahora olvidemos que esto paso — dijo tomando mis hombros para girarme en dirección a la puerta — Necesito hablar ya con tu hermano.— ¡No, papi! No puedes hablar con Jimmy sin antes haberme escuchado — lo detuve quitando sus manos de mis hombros girando para enfrentarlo de paso extendiendo mis brazos para bloquear cualquier paso de fuga. Realmente fui contundente que mi padre después de procesar los hechos decidió escuchar — Ponte cómodo, por favor papi— solicite, miro alrededor, vio un banquillo alto viejo posiblemente dañado, repaso su mano sobre el cabello.— Estoy bien aquí — soltó encogiéndose de hombros. Acepte su elección, no quería molestarlo siendo quisquillosa tampoco retenerlo, se notaba que deseaba hablar con Jimmy. Suspiro hondo.— Comprendo la indignación de aceptar escuchar cierto secretos que Jimmy me confió pero créeme papi que lo pensé muy bien... Quiero ayudarlos... Quiero que se reconcilien... Que hablen y se comprendan... Jimmy es demasiado reservado y mi adorado padre es bien abierto, para no decir un libro —Dije, él se río.— Ni tanto, también tengo mis pequeños secretos — Confeso medio cómplice y mi cuerpecito vibró, secretos, papá tiene secretos repetí en mi mente con cierto éxtasis curioso, una voz interna pidió sin pudor que ojalá le cuente unos de esos pequeños secretos. Mi padre era alguien interesamente apasionado — ¡Oh no me mires así! Continua — pidió para cortar mi ensoñación— ¡Oh si! — Exclame firme — Estaba explicando el motivo que decidí confesar cierto secretos de Jimmy para ayudarte a entender por completo o al menos tengas una idea fuerte de como se esta sintiendo ahora mismo... Quiero evitar que te odie y se aleje de ti— Entiendo... Tratas de decirme que si voy hablar con Jimmy sin saber ciertos datos, no saldrá nada bueno —Dijo serio cruzado de brazos y yo asiento, entrecerró los ojos algo molesto — sabes, creo que me has subestimado... Conozco a tu hermano desde que usaba pañales, se como dirigirme a él — baje la cabeza y lo mire como cachorro castigado.— Lo se, papi pero...— ¿Pero?— Pregunto muy serio.— has dicho que no sabes como dirigirte a él sin que se enoje... Que estas desesperado por comprender o saber que pasa por su cabeza.— Si lo he dicho— Bueno. Esto es muy importante para que puedas comprender que esta pasando por su mente— objete. Él siguió observándome silencioso algunas veces puedo ver esos ciertos gestos parecidos en el rostro de Jim. Una mirada fija y profunda.— Dime lo que tengo que saber — Dijo finalmente. Lance un suspiro de alivio.— ¿Tienes alguna idea del porque le traje aquí, padre? — Pregunte con la intención de descubrir que tan conectados eran los dos. Y papá se encogió de hombros.— Porque hay cosas guardadas, recuerdo... Secretos.— Jimmy y yo solemos venir aquí a jugar un poco, antes era más seguido, ahora es de vez en cuando... La ultima vez que estuvimos aquí fue cuando recibió la invitación de tocar con la BSO en un concierto especial de aniversario. Tu estabas regresando de viaje. Esa tarde, me conto muchas cosas con cara tan feliz... Cotorreaba sin parar buscando unos discos negros y grandes... No se como se llaman— Discos de acetato— Eso, discos de acetatos— chasquee los dedos y papa sonrió con sus ojos, eso me dio mucho ánimos para narrar la historia.Jim rebuscaba las cajas medianas que se encontraban en el fondo en un rincón del ático. De madera y techo inclinado en vertical iluminado por los rayos de sol, sin cortina en las pocas ventanas llena de polvos, era una lastima de espacio desperdiciado con puro cajas, baúles olvidados. De la caja saco un aparato rectangular ancho de color vino tinto, de tapa transparente de color opaco, dentro tenia forma de un circulo de 12 pulgadas con un palito delgada con una aguja. Eso lo deposito sobre la vieja silla oxidada, él sonreía como si hubiera descubierto un tesoro perdido, después siguió buscado otras cajas sin preocuparse si el polvo ensuciaba su franela azul claro de manga larga oscuras. Mientras hacia todo esos movimiento me contaba una historia.«Cuando tenia unos dos años, el tocadiscos solía estar funcionando todo el tiempo en el viejo taller. Cerca había un montón de álbumes de discos de acetatos de música de Bruce Springsteen (Born in the USA), David Bowie, the Rolling Stone, Elton J, Michael Jackson, the Beatles, y otros más. Pero mis favoritos no eran esos grandes artistas modernos, sino los clásicos, Beethoven, Mozart, ya sabes... Cuando la abuela quería bailar, ella era una bailarina reconocida, bueno colocaba el lago de los cisne, cascanueces para que la viese desde el sofá escarlata con su traje negro entallado al cuerpo y su moño bien arreglado, mientras en el otro lado, mi padre instalaba su caballete, bastidor, paleta, óleos, espátulas, pinceles y banquillo. Se arremangaba la camisa y se coloca ese delantal oscuro con el dibujito del gato con botas lamiéndose de patas abiertas. Era tiempos divertidos, ellos a su modo me sacaban las sonrisas con sus morisquetas o tatareando. Era maravilloso... Entonces recuerdo que papá dijo que no hay nada mejor que escuchar la BSO, la mejor orquesta del mundo. Pilas de discos de la BSO siempre sonando en el taller, en el auto, el casa y de la nada pidió un deseo en las tantas veces que compartimos tiempo que algún día tocara junto con la BSO. Respondí que así será y que él estaría orgulloso viéndome desde el mejor lugar de Hall, jamás me sentí tan satisfecho hasta que por fin llego este día» conto con extasis sacando disco tras discos con portadas de lugares naturales y orquestas; escogió el que se titulaba "El lago de los cisnes" dirigido por Seijo Ozawa con la BSO. Saco de su envoltura el gran disco y se dispuso a ponerlo en el tocadisco. Jim era toda felicidad, movió la palanquita del aparato y comenzó a girar el disco, tomo el brazo de metal que sostiene la aguja llevándolo para que hiciera contacto con el disco giratorio. A los segundos el precioso vals de Swan Lake inundo todo el lugar; Me tomo de las manos desplazándome en una suave danza en el espacio libre del ático, en ese momento viaje al pasado imaginando que era una chica rusa de la alta que danzaba con un príncipe en el salón de baile. La música me invadía el alma sobre todo la fuerza dramática de la interpretación de la orquesta «Es un sueños casi real tocar el piano bajo la dirección con el mismo B. Ozawa» revelo brillante « ya me veo en la tarima con un lindo traje blanco tocando con pasión, y mama, papá y tu sentados en los balcones del frente embelesados con la melodía... Estas llevando puesto un vestido de princesa de color verde, un peinado elaborado que hacer que tus rizos se noten coquetos brillando con tu coronita de cristales aplaudiendo orgullosa cuando culmino y agradezco al publico mandándote un beso» Dijo ya casi alucinado como yo, imaginando la escena siendo la misma rusa vistiendo la ropa que su amor le regalo para que luciera en esa noche importante. Nos abrazamos emocionados por la dicha de compartir sueños y posibles éxitos, promesas de un arduo estudios, de no parar si papá no pudiese asistir «Si papa no pudiese acudir al concierto, juro que igual tocare con todo el alma para inmortalizar en los palarte y pantalla del televisor que utilice para verme. Lo hare sentir dichoso de ser mi padre» afirmo rotundo. El ardor de obtener el reconocimiento paterno mezclado de recuerdo compartidos de la infancia para llegar a su corazón. Era como un hambre de recobrar el amor de alguien que siente que esta perdiendo.

Margarita en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora