Capitulo 4. Cuatro años después...

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MODIFICANDO

Él amarraba las trenzas de mis deportivos azules con blanco, eran esos que encendían luces amarillas cuando pisaba el suelo. Ya no cantaba la canción de las trenzas de zapatos, aunque mi padre la canta sin pena. Acomodó mis medias blancas y monito azul. Dijo "listo" cuando termino y extendió sus brazos delgados para ayudarme a bajar del mesón de la cocina. Me lance hacia esos bracitos con toda la confianza del mundo. Contenta me dejo llevar al suelo y me quedo pegada oliendo su rico aroma de su ropa escolar. Olía a menta, limón, cilantro y canela. Parecía que estuviera en frente de una bebida fresca y cítrica (caliente o fría) daba igual. Era un aroma fresco que provocaba catarsis pacífica del alma. Camino experto sin perturbar mi comportamiento de koala pegada a su rama de eucalipto, tomo mi mochila grande de color verde manzana transparente (es decir, que podías ver el interior de la mochila con tonalidad de un verde manzana eléctrico).

— ¡Vamos, turno de manzanita!— Dijo y me despegue, le ofrecí mi espaldita, moví mis bracitos para ponerme la mochila — ¡Listo!

— ¡Listo!— Repito contenta, estaba feliz porque desde ese día nos iríamos juntos sin padres, ya papá o mama no nos llevarían. Recuerdo que se llego a esa conclusión porque papa viajaba con frecuencia y mamá retornaba a trabajar en una empresa en horario completo. Había decidido renovar su vida, dejar de trabajar en casa (como profesional independiente y ama de casa). El motivo, se requería un mayor ingreso para ahorrar para el futuro universitario de Jim.

Era septiembre, primera semana de clases, iniciaba el cuarto grado en mi colegio privado católico. Jim, ya estaba en el high school cursando el décimo grado a sus 12 años, uno privado igual de católico que el mío. Era el más joven de su clase, considerado superdotado o polímata (altas capacidades intelectuales), su capacidad favorita y resaltante (música) aunque dominaba a la perfección otra áreas (artes, ciencias y filosofía). Me resultaba fascinante las habilidades geniales que le fluía con una facilidad extraordinaria (que no le costaba hacer) y que trataba de imitar. Algunas veces lo conseguía sin mucho esfuerzo, Jim concluyo que posiblemente gozará de una alta coeficiencia intelectual. Mi madre no considero necesario averiguar y mi padre le faltaba tiempo para confirmarlo. La verdad, padre buscaba excusa para no averiguar la medida real de mi inteligencia. Temía que cayera en el mismo destino exigente de Jim. Quería una infancia normal para mí. Creo que fue una buena decisión salvo que en bastantes ocasiones me aburría en clase, solo Jimmy comprendía y me ayudaba a su manera. Con él, mi aprendizaje era divertido. Me enseñaba piano, lectura de libros de aventuras y fantasía. Lectura de poesía y poemas (practicas), clase de pintura y juegos didácticos. Era tan feliz en esos momentos.

Mi madre (Sophie) terminaba de arreglarse, ya había preparado, tomado el desayuno y limpiado todo. Igual que nosotros, aunque a veces desayunábamos en el colegio. Ella me peino y vistió, no sé como organizo el tiempo pero le dio el chance de estar lista para irse a trabajar. Mi padre no se encontraba en casa, estaba en Montreal en una exhibición de su arte encima diseñando el escenario de una obra de teatro (Edipo). Volvería en tres semanas. Jimmy tomaba sus cosas y me aviso que ya debíamos irnos porque ya llegaría la Sra. Collins. Me apure, tome su mano y nos despedimos de mamá.

Mi vida durante los cuatros años han sido maravillosos y lo expreso con todo lo malo y lo bueno. Al fin, pude saborear que es vivir en familia. Los Brandon, eran una familia unida y conservadora, pese que poseían almas modernas, de mente abierta. Los vecinos acudían a ellos para consultas, colaboraciones, actividades y ayuda de cualquier tipo. Gozaban de buen respeto. Mi madre líder del grupo religioso de damas en la parroquia del sector (El mismo que el tío abuelo Jacob maneja). Mi padre solo cumple de vez en cuando las actividades o asiste a misa los domingos. Realmente, no está de lleno en el asunto, dice que discrepa de muchas cosas pero cree en Dios, respeta la fe de su esposa. Por eso, que su asistencia no era fervientemente asidua, su excusa, el trabajo. En cuanto a Jim, si era un miembro activo, a veces era monaguillo o estaba en el coro o tocaba el piano o violín, y tenía clase de catecismo para tomar la confirmación. No se, como lograba abrir espacio para asistir a dichas actividades. Jim para aparentar ser un ferviente activo de la iglesia, también discrepaba como papá sobre algunas cosas de la biblia y los reglamentos. Su mente aguda se alimentaba de los misterios y huecos de la biblia de varias religiones, libros escandalosos y el tabú de que Jesús era pareja de María Magdalena con una descendencia. Temas que no hablaba con cualquiera. Aun así, de mente rebelde, iba a la iglesia católica. Los sacerdotes le encantaban esa mentecita. Siempre rodeado de adultos y, de su edad casi nulo. No era del tipo de trivialidades tonta de su generación, más bien gozaba de un alma vieja. Por ese motivo que estoy aquí. Jim necesitaba de la compañía del alma infantil para que permitiera amistades juveniles. Diré, que si funciono un poco, ahora acepta la presencia de chicos en su círculo (adolescente del colegio). Cosa que ha provocado una nueva preocupación familiar, la influencia de los jóvenes en su hijo pre puberto (Ya despertó el interés hacia el otro sexo). Dilemas del desarrollo hacia adolescencia. Lo que conlleva que se arregle y perfume cuando va a la escuela. Mi intuición femenina, sospecha que le gusta una chica de su salón de clase. Cuando pienso en ello, se siente un apretón en el pecho y un ardor en las orejas, luego tiro cosas llena de una rabia irracional. Una santa noche lo mordí en la pierna cuando mencionó un nombre femenino ajeno al mío, con cariño. Me miro perplejo y se molesto porque no me disculpe. No entendía mi atentando menos yo, pero lo único que me quedaba claro que no me gustaba nada que nombrara a una chica.

Margarita en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora