MODIFICANDO
Roger y Jim parte 2
Maggie fue agarrada infraganti saliendo de la habitación de Jimmy a las 6am. Abrió los ojos muy asustada cuando vio a su padre con su traje deportivo que usa para trotar. Se olvido que su padre trotaba muy temprano, días alternados a la semana. Calculo mal el día y la hora. Se levanto feliz y confiada, con demasiadas ganas de mear que no reparo si se chocaría con alguien en el pasillo tan temprano en un domingo. Nerviosa, con un maulló finito se fue corriendo asustada al baño, olvidando de cerrar la puerta. Se tranco rápido, atolondrada y el corazón a mil, llenita de miedo que su padre tocara la puerta y le cuestionara sobre su presencia en la habitación de Jimmy a semejante hora. A según, le fue prohibido desde hace ocho meses, y desde ochos meses menos tres días que dormía en desobediencia y en secreto. Espero quieta pegada a la puerta la ira del padre pero no llego. Aguanto por miedo, olvidándose que su vejiga reventaba, agudizó los oídos para escuchar alguna voz reclamante pero nada, silencio. Respiro hondo al rato e hizo lo que vino hacer aunque seguía procesando que explicación inventar a su padre. Al salir e inspeccionar si no había nadie alrededor, corrió de regreso al cuarto, la puerta estaba cerrada, no recordaba haberla cerrado, abrió y hallo a Jimmy sentando en la cama de brazos cruzados despertando de sus profundos pensamientos. Ambos se miraron con esos grandes ojos infantiles nerviosos, se transmitieron el mensaje sin hablar. «Nos descubrieron, estamos en problemas». Maggie corrió asustada a lado de Jimmy, lo abrazo para tranquilizar el miedo de perder la hora de dormir. La ansiedad de una adicta que le van a quitar su droga amada, estaba convencida que le hacia bien y si no lo tenia, la destruía. Chillo temblorosa sobre el pecho del chiquillo que acariciaba su cabecita mientras la apretaba en su pecho.
— Tranquila Gi, hallaremos otra manera de estar juntos... Por ahora vamos acordar lo que se le va a decir a papá... — Dijo con voz serena y Maggie con sus ojitos llorosos observaba los azules que se mantenían tranquilos, como si lo ocurrido no le afectara nada, entendió que no había que temer, Jimmy iba a solucionar el asunto. Ella seguiría gozando de su calorcito en las noches, acepto firme y segura las instrucciones.
Maggie sin que nadie le pidiera nada, quiso ser muy atenta con su padre en el desayuno, una atención con una dosis alta de encantos. Ella suele ser amorosa con Roger pero esa mañana, debido a la cachada, altero su amor para librarse de un regaño. Se hizo una coleta alta con un gran lazo escarlata decorativo, aquel que le trajo de España; se puso vestido rosa coral de tirantes con pequeños lunares y tirantes en color blanco, con volante rizado en el bajo y gran lazo en la espalda a juego. Sandalias abiertas blancas. Si, se vistió coqueta y se comporto muy coqueta, desplayando su experta habilidad de una mini anfitriona versión endulzada de Sophie.
— ¡Que bella esta mi princesa!— Alago el padre cuando Maggie le trajo sus tostadas con huevo y tocino que Sophie le entrego para que lo llevara a la mesa. Y Jim colocaba la jarra de jugo de naranja en la mesa con el mismo semblante de todas las mañanas, normal.
— ¡Gracias papi! — Respondió sonriente y pestañeando.
— ¿Va a salir, princesa?— Pregunto Roger muy feliz e interesado por el desborde amoroso.
— ¡Si papi, voy a salir! — respondió afanosa. Roger puso cara de sorpresa y miro de reojo a Jim que se sentaba en la mesa cuando puso la mermelada de mora cerca del plato.
— ¿Con quién? No recuerdo que me pidieras permiso —Pregunto y aviso con un leve tono celoso divisando la expresión del hijo que se puso a dar gracias a su desayuno antes de echarle diente. Maggie observo el reojo de su padre hacia Jim y cantarina se sentó en las piernas de su padre luego lleva sus bracitos al cuello.
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Margarita en la oscuridad
Teen FictionCuando el amor no puede salir a la luz. Borrador de Alas Borrascosas. Cambio de Nombre y orden de evento. Es una historia que llevo años en mente y que suelo reorganizar. Casi no suelo estar satisfecha en el orden que deseo contar la novela. Me deci...