Capitulo 3.1

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En proceso.... 2024. Reyelendo borrador (SIN EDITAR)

La semana transcurrió con demasiada prisa y variedad. Roger cargaba una sonrisa perenne sin importar las protesta de Sophie, su corazón permanecía hechizado con las travesuras y caprichos de Maggie; la observaba embelesado cuando se reía al embarrarse la boca de chocolate cuando mordía un trozo de torta y se chupaba los dedos al terminar su manjar de los dioses pasteleros. Era un encanto verla devorar emocionada el trozo que Sophie tuvo que preparar obligada para evitar un berrinche demencial (ataque de ansiedad) por la ausencia de Jim.


— Espero que pronto consigas ese cupo en el kindergarden porque me va volver loca — se quejo Sophie mientras se quitaba el delantal medio estresada tratando de acomodar algunos pelos fuera de lugar de su moño.— Estoy en eso, aunque me sugieren que la inscriba para septiembre porque en un cerrar de ojos llega el verano y vacaciones —Dijo Roger sereno y divertido sin quitarle los ojos a Maggie que seguía riendo traviesa.— No me importa si estará pocos meses, ella debe estar en el colegio, quiero de vuelta el orden de mis mañanas... No estoy obligada a cuidar y soportar esos berrinches cuando estoy de lo más inspirada — refutó cruzándose de brazos.— Oye, tenías que decirlo enfrente de mi princesita — le dijo mientras tapaba con sus manos los oídos de Maggie, quien los miraba confundida y medio herida.Sophie noto que la nena escucho y proceso sus palabras porque aquellos ojos grandes infantiles se abrían y cerraban cristalinos. La viva expresión de un cachorro regañado y rechazado.—Lo siento! Tenia que decirlo — remato sin compasión y se retiro de la cocina para ahorrarse otras explicaciones. Roger suspiro hondo.— Lamento que tuvieras que escucharlo — le dijo con tono suave a la cachorra herida — A veces se pasa con las palabras por culpa del estrés — explico tratando de hacerle creer que Sophie si la quería.— Quieres decir que mami no lo hizo con mala intención — Dijo con voz gutural y finita. Roger le limpio las lagrimitas que no pudieron contenerse.— Exactamente... Ella solo necesita tiempo y tranquilidad— contesto rascándole la nariz. Maggie sonrió esperanzada. Que fácil era distraer su pena y convenirla en alegría gracias a la improbable esperanza de obtener el amor de Sophie. Apenas había pasado una semana. Había que darle tiempo a las dos —Es decir, que debes portarte bien. Ella adora las nenas que se portan bien.—Prometo portarme bien para que mami me quiera — dijo alegre y firme.—Amen — remato la promesa como si fuera una oración de un deseo para Dios. Roger anhelaba que Sophie fuera una madre para Maggie, desde el fondo de su corazón.


Recogieron y limpiaron lo que ensuciaron luego se la llevo a su taller para mantenerla entretenida (distraída) y no moleste a su esposa, quien se metió a su cuarto de trabajo. Le daba las acuarelas que ya no iba usar o los creyones que le compro unos días atrás junto con un cuaderno de dibujos en blanco y para rellenar. Maggie lo observaba y copiaba o intentaba copiar las líneas de sus bosquejos a marcadores en su hoja poniendo la misma expresión seria y concentrada tatareando la pieza clásica de ambiente (Para Elisa de Beethoven). Era increíble como se quedaba quieta dibujando, olvidando por un rato la llegada de su querido Jimmy, reía traviesa cuando la línea le salía torcida o la estatua parecía una cosa amorfa con joroba y piernas flacas. Roger se carcajeaba alto y trataba de ayudarla guiándola con sus manos la forma para tener pulso. Ella se maravillaba por la destreza de esa mano grande sobre la suya bailando suave y preciso sobre su arte infantil, le explicaba que no era necesario afincar menos pensar demasiado en si se va salir del margen escogido. Hacer una línea era como bailar o caminar en una dirección, rápido pero suave sin meditar como mover el musculo. Después de tantas repeticiones de líneas para su disque columnas, logro conseguir que dos le salieran derechas, su padre la felicito y se sintió orgullosa.


— Se lo mostrare a Jimmy cuando regrese — dijo contenta adorando su dibujito enrollado.— Le va encantar tu progreso — complemento sonriente. Estaba seguro que su hijo no se pondría exigente con su hermanita. Le sobo la cabecita.

Margarita en la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora