Capítulo 14 «Nivel dos»

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Renjun despertó temprano por la mañana para preparar el desayuno de ambos, demostrando que la guerra entre mejores amigos había terminado con un final feliz.

Se dio una ducha mientras se daba palabras de ánimos para comenzar el día sin tener deseos de golpear a su jefe o comerle la boca por ser tan idiotamente hermoso. Salió del baño, encontrándose con su mejor amigo.

—Buenos días, Junna. ¿Cómo dormiste?

Renjun sonrió de inmediato, abrazando a Haechan. —Dormí muy bien, Chanie.

Haechan entró al baño y Renjun fue directo a preparar las cosas que había hecho. El día comenzaba bien gracias a su mejor amigo y todo estaba bien.

Bajó del autobús y se encontró con la sorpresa de que sus nuevos amigos lo esperaban con un vaso de café para él.

—Los amo, si necesitan donación de sangre, soy su chico.

—No sabía que eras tan buena persona, Renjun —sonrió Ten, divertido—. Vamos, el día está helado y mi bufanda fue "extraviada"

Yangyang al entender la expresión pérdida de Renjun, le explicó de inmediato. —Se refiere a que lo hizo a propósito para que Kun la encuentre y se la devuelva. Creo que ese plan ha estado más elaborado que mis fotografías.

Entraron a la galería encontrándose de frente con un grupo de hombres que hablaban animadamente con las recepcionistas. Renjun se sentía algo culpable de que las buenas personas que trabajaban con él no supieran de la realidad del jefe.

—Buenos días, chicos —saludaron ambas, llamando la atención de aquel grupo particular que miraron de inmediato al castaño de nariz roja.

Yeji se levantó de su asiento y se acercó a los tres. —Renjun, ¿podría hablar contigo un segundo?

Los otros dos entendieron de inmediato, así que con sus cejas juguetonas se marcharon a sus lugares.

—¿Sucedió algo? —la expresión de Yeji no parecían ser buenas noticias.

—Lamento molestarte, iba a llamarte justo cuando entraste. ¿Sería mucho pedir que fueras a la oficina del señor Na? No ha querido recibir a nadie y los caballeros tienen una reunión con él.

—¿Por qué yo?

Yeji le dio una mirada que decía saber más de lo que él pensaba.

—¿Por favor? —pidió la chica, tratando de sonreírle.

—De acuerdo.

Caminó rápidamente hacia la oficina del diablo y golpeó la puerta con suavidad. —No me molestes, Hwang Yeji —gritó Jaemin detrás de la puerta.

—No soy Yeji, señor Na —respondió, tratando de no llamar la atención de la nombrada.

Jaemin abrió la puerta de inmediato, sonriéndole a Renjun.

—No esperaba tan grata visita, por favor entra.

El castaño respiró hondo y entró. El lugar estaba completamente destrozado y su portafolio se encontraba sano y salvo en un pequeño sofá, alejado del desastre.

—¿Es en serio? —levantó una de sus cejas, juzgándolo de inmediato—. ¿Qué pasó ahora?

Jaemin estaba muy apegado al cuerpo de Renjun, respirándole en el oído. —Nada —fue todo lo que dijo, sin apartar su mirada intensa de los labios ajenos—. Estaba algo estresado, eso es todo.

—Espero que no tenga nada que ver conmigo, sería la tercera vez.

—De hecho, es la décima vez, pero ¿quién las cuenta?

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⏰ Última actualización: Sep 05 ⏰

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