Después de unos largos días de ver departamentos y mansiones de lujo para la estadía de su hijo menor quienes en unos días se irá durante cinco años a los Estados Unidos, Simone se encontraba sentada esperando el siguiente vuelo para Alemania, junto a su hijo menor que se encontraba sentado muy tranquilo a su lado.
Ella le iba a decir unas palabras a Tom cuando recibió un mensaje de su esposo.
Mensaje....
Jorg: Bill todavía sigue en casa hoy.
A través de la ventana, su esposo tomó una foto y se la envió. En la fotografía aparecía Bill en la sala de cine que tenían en la casa, probablemente viendo una película o durmiendo. Recientemente había dejado de salir, excepto cuando iba a hacer ejercicio a una hora bastante regular. A Simone, más que darle gusto, le resultaba extraño que su primer hijo, que había estado mal humorado desde que nació, estuviera tan tranquilo en casa por primera vez en su vida.
Si este hijo suyo hubiera tenido una personalidad más madura, sin dejar la escuela y sin decidir no ir a la universidad, todo habría sido distinto. Ahora, repentinamente Bill que ayudaba ocasionalmente con el negocio de restaurantes o pasatiempos de sus amigos, estaba viviendo una vida saludable y bastante decente. No podía creerlo.
Tal vez Bill también había caído de algún lugar y su mente iba y venía como la de Tom. Ese pensamiento reflejaba la ansiedad que no podía ocultar.
Ella le había dicho a Tom que considere que la casa que comprará en Estados Unidos sería su hogar por cinco años, así que lo mejor sería una mansión o un lujoso apartamento. Mientras pensaba sobre esto y aquello, la voz de Tom la sacó de su burbuja.
— Mamá, ¿por qué hiciste esto?.— Tom, que estaba sentado en el sofá del salón leyendo una revista tranquilamente, preguntó.
A medida que sus recuerdos comenzaron a regresar hasta el punto de recuperar su memoria por completo, se volvió mucho más confiable que el mismo Bill, a Simone le preocupaba que fuera demasiado amable y de buen corazón, pero a pesar de todo, su hijo menor no perdía la compostura en ninguna situación, actuando siempre relajado y tranquilo, por lo que podía confiar en él y dejarlo a cargo de asuntos importantes. Siempre había pensado que Tom era muy diferente a su hermano, sin embargo, mientras pasaba más tiempo con él en los Estados Unidos mientras buscaban una residencia, sintió que miraba a un hijo que ni siquiera ella, su propia madre, conocía realmente. Sobre todo, le comentaba a preocupar el interés que Tom expresaba por Bill de una manera extraña.
— Sí, te estoy hablando a ti.
La mirada que hace un momento observaba tranquilamente la revista, se enfocó aterradoramente en su madre. Simone sonrió con torpeza porque no le era familiar la intensa mirada que en ese momento le dedicaba su hijo, con una expresión que nunca había visto.
La mirada aguda, como si sostuviera un cuchillo, eliminaba toda la gentil dulzura de su rostro. Tom cerró la revista que estaba leyendo y se sentó derecho con ambas manos entrelazadas.
— Mamá, lo vi cuando conocí a ese agente y le entregué unos documentos.
— ¿Eh?...... ¿Qué documentos?.
— ¿Por qué nunca dijiste que no eras mi madre?.— Simone se puso rígida ante la repentina pregunta, su rostro comezón a palidecer con miedo, y al ver si reacción Tom sonrió suavemente y se relajó en su asiento con los ojos bien abiertos. — Me enteré de que mi padre tuvo un niño fuera del matrimonio. Me sorprendió ver el registro de adopción porque ustedes siempre me han tratado mejor que a Bill.
La mirada de Simone parpadeó incontrolablemente. Para no ser atrapada, se había asegurado de guardar todos los documentos que la delataran, y se sintió tranquila cuando Tom encontró un agente que no tenía que revisar todos sus papeles para hacer los negocios, pero, ¿Cómo pudo ser tan descuidada?.
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Dulce Pecado (Toll/Tws) +18
RomanceLos hermanos Bill y Tom Kaulitz que nacieron y se criaron en una familia que otros envidiarían, no mantenían una relación cercana, llegando al punto de no dirigirse la palabra a menos que sea necesario durante más de diez años. Pero, un día, debido...