Bill entró a la cocina de la casa que había sido abandonada por sus dueños. Al costado del estante de cereales al cual Georg se acercó por la mañana, se encontraba una repisa llena de botellas de alcohol. La mitad de ellas había desaparecido debido a la fiesta de ayer, pero aún quedaban tantas que el cambio no era realmente visible.
Entre toda la variedad, Bill eligió abrir una botella azul y sirvió dos copas de cóctel mezcladas con agua mineral. Incluso con la mezcla, el sabor a alcohol era demasiado puro, como una bebida sobrecargada de licor. Bill se bebió de un trago el contenido de una de las copas, empujó el recipiente vacío a un lado y tomó la otra. Mientras tanto, Tom entró del porche, cruzó la sala de estar y se sentó en una de las sillas que ocupaban el lugar.
— Bebiendo tan temprano.
—¿Piensas que podré follarte en mis cinco sentidos?.— Bill respondió después de vaciar la segunda copa.
—¿Estás diciendo eso para lastimarme? Fue muy malo. No me dolió ni un poco.
— Deja de decir tonterías.— Dijo Bill preparando otro cóctel idéntico a los anteriores y saboreó el fuerte alcohol. — Es asombroso cuando eres atravesado por la polla de un hombre, pero también sufres una severa conmoción. Ponerlo o recibirlo, ambos son lo mismo, pero es difícil disfrutarlo estando sobrio. A excepción de ti.— Dejó de hablar y miró a Tom de arriba hacia abajo.— Ni siquiera tienes el cuerpo para que finja que eres una mujer, así que necesito estar bien preparado.
El vientre de Tom se sentía pesado mientras miraba a Bill, que era exactamente lo opuesto a él.
A diferencia de Tom, quien tuvo que renunciar a su verdadera personalidad y usar una máscara para poder caminar por el camino de la gente de élite, Bill era un alma de espíritu libre que había vivido toda su vida sin preocuparse por cómo lo miraban los demás. ¿Podía tal alma ser cautiva de una sola persona? Si se pensara, cualquiera respondería. De ninguna manera. No había nadie que pudiera retenerlo por la fuerza. Solo había una forma de hacer que Bill eligiera a Tom, incluso renunciando voluntariamente a la libertad de la que había estado disfrutando.
Pero Bill tampoco podía renunciar a una pareja sexual que lo hacía disfrutar demasiado del sexo, no estando satisfecho con nadie más, y Tom lo sabía mejor que nadie que él siempre iba a estar a su alcance para ayudarlo a aliviarse.
— Hermano, ¿te gusta el sexo?.— Pregunto Tom.
Bill, que había agarrado la botella de alcohol, subió las escaleras hasta el segundo piso.
— Sí.
— ¿Por qué?.
— Se siente bien.
—Antes todas tus parejas eran mujeres. ¿Se sentía bien ponerlo, sacudirlo y tenerlo envuelto por un lugar cálido?.
— Estuvo bien, pero el sexo no se trata del acto en sí, se trata del estado de ánimo, la reacción de la otra persona y la temperatura corporal.
— Entonces, ¿qué tal el sexo conmigo?.
En lugar del cóctel mezclado con agua mineral, Bill bebió el alcohol directamente de la botella. Tomó un sorbo de la fuerte bebida y le sonrió a Tom, que comenzó a subir las escaleras.
— Tú eres todo lo contrario. Haces que me enamore del sexo mismo.
Tom parecía no saber que el trato especial de Bill era peligroso. Rápidamente subió al cuarto piso junto a el, quien caminaba tambaleándose. El cuarto piso tenía un ambiente muy diferente al de los otros pisos. Hasta el tercer piso, se le proporcionaba a los invitados un espacio disponible libre, sin embargo, el cuarto piso era la habitación privada de George. A diferencia de los pisos de abajo, que eran de tonos blancos y de estilo europeo, el cuarto piso era lujoso con azulejos dorados y de mármol. La cocina y el baño también tenían una apariencia muy distinta a la de los otros, incluso la cama tenía un dosel. Gracias al diseño del resort de lujo, Bill se mareó y se tambaleó como un borracho, dejándose caer en el sofá de habitación.
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Dulce Pecado (Toll/Tws) +18
Storie d'amoreLos hermanos Bill y Tom Kaulitz que nacieron y se criaron en una familia que otros envidiarían, no mantenían una relación cercana, llegando al punto de no dirigirse la palabra a menos que sea necesario durante más de diez años. Pero, un día, debido...