El tiempo se deslizaba como arena en una habitación de hotel cargada de emociones crudas. El aire se volvía denso, embriagado por el sudor de dos cuerpos que, al liberar sus deseos, se habían convertido en bestias desatadas. Tras un nuevo momento de descanso, la razón regresó lentamente, mientras el e ichika yacían agotados sobre la cama.
"Diablos... creo que nos dejamos llevar demasiado..." murmuró Futaro, su voz aún entrecortada por el agotamiento. La realidad comenzó a asentarse en su mente, trayendo consigo una oleada de honestidad que no podía reprimir. Con Yotsuba habían compartido solo besos y caricias y solo 2 veces lo habían hecho, y después de la primera vez, Futaro había descubierto una emoción tan intensa como ganar un campeonato nacional. Pero también había sentido la frustración de no poder repetir ese momento tan a menudo como deseaba, ya que Yotsuba, siempre tímida, rechazaba más intentos ya que esos 2 momentos se dieron en situaciones muy excepcionales además que ella siempre estaba ocupada porque no perdía la costumbre de aceptar encargos deportivos porque ella era la más atlética de la escuela.
"Jeje... sí, nos dejamos llevar bastante, Futaro," respondió Ichika, su cabeza descansando sobre el pecho de Futaro, en un gesto de profunda satisfacción. Por fin, había dejado de fingir sus sentimientos, y la dicha de ser correspondida la inundaba.
Futaro acariciaba el cabello de Ichika, sus ojos ahora cargados de un deseo que nunca había sentido por Yotsuba. No eran los mismos ojos que solía tener para ella. Este deseo era total, absoluto, por la chica que había sido su pilar desde el principio, cuando las demás rechazaban su ayuda como tutor. Ichika, la hermana mayor en espíritu, había sido la primera junto con Yotsuba en darle su apoyo durante las crisis con Itsuki y Nino.
"¿Nos quedamos un rato más, Ichika?" sugirió Futaro, aún sin percatarse del tiempo que había transcurrido y de que hacía muchas horas que debería haber estado en la carrera de Yotsuba.
"Me encantaría, Futaro, pero no deberíamos arriesgarnos más..." respondió Ichika con un susurro, sin embargo, el deseo de prolongar ese instante era casi tangible en el aire que compartían.
A unos kilómetros de distancia, Yotsuba seguía vagando, impulsada por la inercia, buscando a Futaro en cada rincón de la ciudad. Ya no sabía por qué caminaba ni a dónde se dirigía; su mente estaba difusa, como si sus pensamientos se disolvieran en el aire.
El amanecer de esa primavera cálida comenzó a teñir el cielo de tonos suaves, y los primeros rayos del sol acariciaron su rostro. Al contemplarlos, un pensamiento aliviador, quizás un autoengaño, invadió a Yotsuba.
"¡Qué tonta soy! Seguramente Futaro ya está en casa, y yo aquí, buscándolo sin razón. ¿Por qué no me di cuenta antes? Desconfío sin motivo, jaja..." Se dijo a sí misma, esbozando una sonrisa que intentaba ser reconfortante. Sin embargo, mientras se reía, su mano, casi por instinto, comenzó a rascar su cuello con los dedos índice y medio, primero suavemente y luego con mayor insistencia.
"Desconfío sin razón..." repitió en un murmullo, sin darse cuenta del gesto nervioso que hacía. Algo profundo y oscuro había despertado en ella, algo que había estado latente desde su infancia, un rasgo que solo se había manifestado brevemente durante su época en la secundaria, y que ahora regresaba con fuerza.
(Síndrome de Hinamizawa en Yotsuba: Nivel 2)
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YOTSUBAYASHI-HEN
Fiksi Penggemar-¿Podrías pedirle a Futaro que me enseñe de nuevo? Por favor. Ese pedido de Ichika y el buen gesto de hermana por parte de Yotsuba serán los ingredientes que desencadenarán una sucesión de hechos lamentables y tal vez sangrientos. Estos eventos exp...