El ambiente en el vestuario antes del partido contra el Equipo Y era tenso. Sabíamos que nuestras posibilidades de seguir en Blue Lock dependían de este encuentro. Kuon, con su habitual aire de superioridad, se puso en el centro del círculo que habíamos formado para darnos instrucciones.
—El jugador más peligroso del Equipo Y es Hibiki Okawa —dijo, señalando con su dedo a un esquema del equipo rival que había dibujado en una pizarra improvisada—. Es su delantero estrella. Si podemos neutralizarlo, tendremos una gran oportunidad de ganar.
Kuon se veía confiado, casi demasiado confiado, mientras nos explicaba la estrategia que había ideado. Según él, cada uno de nosotros tendría un período definido en el que deberíamos brillar, mientras los demás apoyaban. Su plan, que rotaría entre nueve jugadores (excluyendo al portero), dejaba fuera a Chigiri, quien seguía sin revelar su "arma". Había algo en esta decisión que no me terminaba de convencer. Kuon se aferraba a su plan como si fuera una fórmula infalible, pero en Blue Lock no existen tales garantías.
Cuando comenzó el partido, Bachira tuvo la primera oportunidad. Su control del balón y su habilidad para driblar lo habían convertido en una amenaza constante en nuestros entrenamientos. Sin embargo, el Equipo Y estaba preparado. Tres jugadores lo rodearon rápidamente, neutralizando su arma antes de que pudiera causar daño. La situación se repetía con Kunigami, que también fue bloqueado por la defensa organizada del rival.
Observé a Okawa, pero había algo que no cuadraba. No se comportaba como el líder que Kuon nos había descrito. En lugar de dirigir a su equipo, parecía estar esperando algo, como si no necesitara intervenir hasta que fuera absolutamente necesario. Entonces, lo vi. En realidad, el verdadero cerebro detrás del Equipo Y no era Okawa, sino Niko, quien al recibir el balón hizo que todo el equipo se movilizara. Era un jugador que parecía moverse en las sombras, controlando el flujo del juego sin llamar demasiado la atención.
El primer gol llegó de manera inevitable. Okawa, aprovechando la excelente jugada organizada por Niko, metió el balón en la red, dejando el marcador en 1-0 a favor del Equipo Y. Mis compañeros no parecieron darse cuenta de lo que estaba sucediendo realmente, pero sentí la mirada de alguien sobre mí. Era Okawa, quien me observaba con una intensidad inquietante, como si supiera que había descubierto la verdad.
Durante el resto de la primera mitad, no importaba qué estrategia intentáramos, el Equipo Y siempre tenía una respuesta. Era como si supieran exactamente lo que íbamos a hacer antes de que lo hiciéramos. Algo andaba mal, y aunque aún no tenía pruebas concretas, una teoría comenzaba a formarse en mi mente. Necesitaba más tiempo para confirmar mis sospechas.
En el vestuario, durante el descanso, intenté plantear mis dudas.
—¿Realmente crees que este plan va a funcionar, Kuon? —pregunté, intentando sonar más curioso que confrontacional—. Si no podemos usar nuestras armas, este plan no sirve para nada.
Chigiri, quien había estado en silencio la mayor parte del tiempo, finalmente habló para respaldarme.
—Hunter tiene razón. Si nos limitamos a seguir este plan, no tendremos ninguna oportunidad.
Kuon, sin embargo, no estaba dispuesto a ceder.
—Cambiar la estrategia ahora sería arriesgado. Debemos confiar en el plan. Solo necesitamos más tiempo para que funcione.
La segunda mitad comenzó con Gagamaru casi logrando un gol. Pero, para nuestra desgracia, el balón salió fuera. Fue entonces cuando decidí que era hora de poner en marcha mi propio plan. Ya había analizado al Equipo Y lo suficiente como para saber cómo iba a reaccionar. Y también me di cuenta de que Isagi había llegado a la misma conclusión que yo: Niko era el verdadero líder.
Cuando vi a Isagi posicionarse para interceptar un pase, supe que él también estaba listo para hacer su movimiento. Con una rapidez sorprendente, robó el balón a Niko, y comenzó a avanzar hacia la portería. Los defensores del Equipo Y intentaron detenerlo, pero en el último momento, Isagi decidió pasar el balón. Era la oportunidad que había estado esperando. Llegué a tiempo para conectar con el balón en el aire y, con un remate limpio, lo envié al fondo de la red. El marcador se igualó, 1-1.
Mis compañeros me felicitaron, pero mi atención estaba en otra parte. Vi cómo Niko intercambiaba palabras con Isagi, y al mismo tiempo, sentí de nuevo la mirada de Okawa fija en mí. El juego estaba lejos de terminar.
El tiempo corría, y ambos equipos sabían que el siguiente gol sería decisivo. En el último minuto, el Equipo Y se movilizó para un ataque final. Hunter vio a Isagi, paralizado, sin saber cómo detener el avance rival. Me posicioné cerca de él y le susurré:
—Ve.
Como si esas palabras hubieran liberado algo dentro de él, Isagi corrió con una velocidad increíble y logró robarle el balón a Okawa justo antes de que éste pudiera rematar a la portería. Un pase largo de Bachira llevó el balón de nuevo al campo del Equipo Y, e Isagi, con un disparo certero, marcó el gol de la victoria. El marcador final fue 2-1 a nuestro favor.
Cuando el pitido final sonó, vi a Isagi acercarse a Niko, quien estaba derrumbado, llorando por la derrota. Me acerqué con la excusa de acompañar a Isagi, pero en realidad, solo quería ver de cerca la frustración en los rostros del equipo rival. Sin embargo, antes de que pudiera llegar, alguien me detuvo. Era Okawa.
—Te he estado observando —dijo, con una voz que destilaba desconfianza—. Sé que sabías quién era el verdadero líder de nuestro equipo. Lo descubriste, pero no hiciste nada al respecto. ¿Por qué?
Lo miré directamente a los ojos y le sonreí, una sonrisa que no alcanzó mis ojos.
—Porque no hay mayor placer que ver cómo alguien se desmorona cuando piensa que tiene el control.
Las palabras parecieron calar hondo en Okawa. Su expresión cambió a una mezcla de temor y comprensión, como si acabara de darse cuenta de que, a pesar de su derrota en el campo, había algo mucho más oscuro en juego.
Mientras nos alejábamos, sabía que había dejado una marca en él, una cicatriz invisible que podría llevar consigo mucho después de que saliera de Blue Lock. El partido había terminado, pero la verdadera batalla apenas comenzaba.
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No os voy a mentir, de lo q llevo de historia este ha sido de mis capítulos favoritos de escribir, y aunque ahora parece q Hunter no esta aportando mucho a la historia poco a poco lo iré metiendo más. También dije que haría como 3 capítulos por día, pero oye, igual hay días que hago 5 y otros que haga 1. No por nada, simplemente por q me apetece más o menos, pero tampoco quiero dejaros colgados sin capitulo (que tampoco lo esta leyendo mucha gente, pero bueno, para la poca gente q me lee por lo menos lo hago bien sabes).
Muchas gracias por leer y espero q os este gustando la historia <33
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Supervivencia en Blue Lock
FanfictionHunter Slade, un joven futbolista japonés de origen mixto, ha pasado su vida soñando con convertirse en el mejor delantero del mundo. A diferencia de otros jugadores que se enfocan en la pasión por el fútbol o el trabajo en equipo, Hunter está más i...