El silbato inicial del partido contra el Equipo W resonó en todo el estadio, y desde el primer momento quedó claro que los gemelos Wanima serían una amenaza. Su velocidad y coordinación eran impecables, pero el Equipo Z tenía un as bajo la manga: Kuon, que sorprendió a todos anotando tres goles en la primera mitad. El marcador 3-0 a favor del Equipo Z llenaba de esperanza a todos... menos a Hunter, quien observaba el desarrollo del partido con una creciente sensación de expectación.
Durante la primera mitad, Hunter había notado algo extraño en la sonrisa de Kuon. Era una sonrisa que no reflejaba satisfacción por los goles, sino algo más oscuro, más siniestro. Y cuando el descanso llegó, su teoría se confirmo al recordar cómo los gemelos Wanima parecían conocer cada movimiento de su equipo.
El partido reanudó, pero esta vez todo cambió. Los gemelos Wanima, en un giro inesperado, anotaron tres goles consecutivos, igualando el marcador 3-3. Hunter observó con fascinación cómo Kuon, quien había sido el héroe en la primera mitad, comenzaba a cometer errores tan obvios que no podían ser casualidad. Estaba confirmado: Kuon estaba saboteando a su propio equipo.
Finalmente, Hunter no pudo contenerse más. Con una expresión de tristeza fingida pero una chispa de malicia en sus ojos, levantó la voz para que todos en el campo pudieran escuchar:
—Kuon... ¿eres un traidor?
Las palabras cayeron como una bomba. Los jugadores del Equipo Z se detuvieron, atónitos, mientras los gemelos Wanima se acercaban con sonrisas arrogantes.
—Sí, es un traidor —confirmó uno de los gemelos—. Nos vendió toda la información sobre su equipo a cambio de que le dejáramos marcar esos tres goles. Quería asegurarse de ser el número uno del ranking, incluso si su equipo perdía. —agregó, dirigiendo una mirada venenosa hacia Kuon.
La revelación fue devastadora para el Equipo Z. La ira comenzó a crecer entre los jugadores, y Raichi, incapaz de controlar su furia, se lanzó contra Kuon, tratando de golpearlo. Los árbitros intervinieron de inmediato, mostrando a Raichi una tarjeta roja como aviso.
—Ahora será un partido de 12 contra 10 —declaró Kuon con desdén, entregando el balón a los gemelos Wanima, quienes rápidamente anotaron otro gol, dejando el marcador 4-3 a favor del Equipo W.
Hunter observaba todo con una mezcla de emoción y cálculo. Era el momento de cosechar lo que había sembrado. Con el marcador en contra y la moral del equipo por los suelos, Isagi tomó el balón, pero inmediatamente fue rodeado por los jugadores del Equipo W. Algo en Isagi cambió en ese momento; un instinto primal tomó el control, permitiéndole esquivar a los oponentes con una agilidad sorprendente. Sin embargo, antes de que pudiera avanzar más, Hunter apareció a su lado y le arrebató el balón.
—Es hora de que alguien más tome el control —murmuró Hunter, pasando el balón a Chigiri.
Chigiri recibió el pase, pero antes de que pudiera moverse, Hunter se le acercó con una mirada gélida.
—Si no vas a hacer nada, entonces no estorbes —le dijo, su tono era bajo pero cortante—. Si solo vas a quedarte ahí paralizado por el miedo, entonces quítate del medio y deja que alguien que realmente quiera ganar se encargue.
Las palabras de Hunter eran como veneno, pero lograron despertar algo en Chigiri. Su orgullo, su deseo de ser algo más que un jugador herido, comenzaron a arder nuevamente. Con una explosión de velocidad, Chigiri superó a todos los presentes en el campo, dejando atrás a sus oponentes mientras corría hacia la portería con una determinación implacable.
—¡Corre, Chigiri! —gritó Isagi, su voz llena de esperanza.
Chigiri llegó al balón y, con un disparo impecable, anotó el gol del empate. El marcador mostraba un 4-4, y el equipo estalló en celebraciones, rodeando a Chigiri con felicitaciones.
Hunter se acercó lentamente a Chigiri, quien, aún jadeando, le agradeció por haberle ayudado a superar su miedo.
—Gracias, Hunter. Sin ti, nunca habría tenido el coraje de hacer esto. Pero no te equivoques —añadió Chigiri, con una sonrisa desafiante—. No voy a dejar que seas el mejor. Te venceré.
Hunter le devolvió la sonrisa, pero en su mente, el propósito de ayudar a Chigiri era mucho más oscuro. La satisfacción de destruir a alguien es mayor cuanto más alto se encuentran, y ahora, con Chigiri volviendo a su antigua forma, finalmente era digno de ser destruido.
Mientras el equipo celebraba, Hunter vio cómo los jugadores del Equipo W comenzaron a golpear a Kuon, acusándolo de no haberles dado toda la información. Isagi y Kunigami intervinieron para detener la paliza, permitiendo que Kuon escapara. Pero antes de que se fuera, Hunter lo miró con una sonrisa arrogante, como si Kuon no fuera más que una hormiga bajo su bota.
Kuon, aterrado por la mirada de Hunter, huyó rápidamente, sin esperar ese comportamiento de alguien que hasta entonces había considerado insignificante.
Después del partido, el Equipo Z se reunió en los vestuarios. La charla giró en torno a la importancia del trabajo en equipo y cómo, gracias a Hunter, Isagi no habían perdido el balón. Isagi, aunque sabía que sus compañeros tenían razón, no podía dejar de pensar en Hunter. Había algo en él que lo intrigaba profundamente. De alguna manera, Hunter siempre parecía estar en el lugar correcto, haciendo los movimientos correctos, como si supiese todo lo que estaba pasando en el juego.
Más tarde, en el comedor, se encontraron con Kuon intentando vender su información a tres jugadores del Equipo V, contra quienes jugarían el último partido. Los tres jugadores lo ignoraron, lo que sorprendió al Equipo Z. Sin embargo, cuando se levantaron para irse, uno de ellos, un chico llamado Nagi, comentó con desdén:
—Los tipos débiles que tienen que esforzarse mucho para ganar son un fastidio.
Las palabras encendieron la furia de Isagi, quien enfrentó a los jugadores del Equipo V con una determinación renovada, declarando que él sería quien los derrotaría.
Mientras tanto, Hunter observaba la escena con calma, pero su interés no estaba en Nagi, sino en el chico de pelo morado que lo acompañaba, Reo. Había algo en él, una presencia que prometía algo más interesante. Hunter sonrió para sí mismo, anticipando el próximo movimiento en su juego.
La batalla en Blue Lock estaba lejos de terminar, y Hunter ya estaba planeando su próxima jugada.
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Supervivencia en Blue Lock
FanfictionHunter Slade, un joven futbolista japonés de origen mixto, ha pasado su vida soñando con convertirse en el mejor delantero del mundo. A diferencia de otros jugadores que se enfocan en la pasión por el fútbol o el trabajo en equipo, Hunter está más i...