Luego de haber bajado del autobús, comenzó a caminar mientras pensaba cómo iba a volver a casa y qué explicación le daría a su madre. Sabía que le iría muy mal, porque su mamá tenía palabra, y siempre cumplía con sus amenazas, y si su padre decidía no volver, entonces estaba perdido.
Pero entonces, ¿qué iba a hacer? No tenía a nadie, no conocía a nadie más y todas las personas en su comunidad no eran las más respetuosas con él.
Así que, abrazándose a sí mismo para mitigar el frío de la noche, lloraba en silencio en tanto sentía demasiado miedo y angustia por no saber su destino.
Había caminado tanto que sus pies ardían, empezaba a sentirse muy débil y su boca estaba más seca que nunca.
Podía darse cuenta de que ya era muy tarde, porque ya no habían tantas personas afuera y, en el área a donde había llegado, la mayoría de las casas ya tenían las luces apagadas.
Y mirando con más atención, las casa eran más bien enormes mansiones que alguna vez había visto en los periódicos de su padre.
Pese a que el ambiente nocturno le estaba dando muchos escalofríos, aquella zona se sentía bastante segura.
Continuó caminando el largo trayecto de la calle nueva que descubría y, mientras lloraba y seguía abrazándose, al intentar cruzar la calle, un auto estuvo a punto de impactarlo gracias a su poca concentración.
Pero el auto se detuvo a tiempo, frenando de golpe para evitar lastimarlo. Y totalmente aturdido y asustado, Hoseok permaneció petrificado en medio de la calle, iluminado por las luces delanteras, escuchando solo un pitido largo y lejano que obstaculizaba su sentido y no lograba escuchar nada más.
Y del auto, rápidamente salió un hombre para averiguar qué el chico estuviese bien. Dejando la puerta abierta, corrió hacia él sintiéndose también muy asustado por casi atropellarlo.
—¡Chico! Oh, santo cielo, ¡¿estás bien?!
Su respiración se alteró en tanto volvía en sí y miraba al señor frente a él, con sus ojos todavía inundados de lágrimas.
—Yo... yo no... —balbuceó.
Pero el hombre, al verlo en ese estado tan desgarrador, con su gesto de angustia y sus lágrimas, decidió ayudarlo.
—Chico, ¿estás bien? Lamento asustarte, estaba distraído en el teléfono y no te vi, ¿te puedo llevar a algún lado? —sacó su billetera y comenzó a buscar entre sus billetes una compensación por el susto pues definitivamente había sido culpa suya—. Toma, por favor lo siento mucho...
Hoseok miró en su mano los billetes que jamás en su vida había visto y evidentemente jamás había tocado, así que rápidamente negó, porque no había hecho nada para ganarse esa exuberante cantidad.
—No no... yo solo... estoy perdido —musitó con la voz tan débil como su cuerpo.
El hombre se sintió confundido y por más que le ponía atención, no podía reconocerlo pues nunca lo había visto en esa área, ¿acaso era familiar de algún empleado doméstico?
ESTÁS LEYENDO
Trouble -YoonSeok-
Fanfiction¿Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde? Yoongi y Hoseok, dos almas destinadas a encontrarse para unirse y sanar juntas el dolor acumulado a lo largo de sus vidas, pero cada uno lo sobrelleva de diferente manera: Hoseok no deja que su corazón s...