⊹ฺ Capítulo 2 ⊹ฺ

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   Su estómago protestando de hambre lo hizo despertar, así como su boca seca y el ardor que le provocaba el roce de sus heridas con las cobijas rasposas y viejas

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   Su estómago protestando de hambre lo hizo despertar, así como su boca seca y el ardor que le provocaba el roce de sus heridas con las cobijas rasposas y viejas.

Sintiéndose mareado, Hoseok se levantó de su cama y observó en la otra a su madre dormida; su padre no estaba, así que sintió mucho miedo por eso, por las amenazas de su mamá.

En silencio y con lentitud buscó en la caja de cartón que funcionaba cómo su clóset, algo de ropa limpia y un poco más presentable para poder buscar un empleo.

Encontró un pantalón negro de franela que había sido de su padre y, aunque le quedaba grande, decidió usarlo. Así como una camisa del mismo color y otro suéter más lindo y nuevo que había encontrado el año pasado en la basura.

Con la ropa limpia, salió del cuarto y se dirigió al baño que estaba al lado. No tenía luz, por lo que tuvo qué asearse con la poco iluminación de afuera.

Dejó sus prendas en el suelo justo en la entrada y rompió en llanto recordando los golpes y las palabras que habían lastimado su alma.

Se abrazó a sí mismo mientras un montón de pensamientos e ideas llegaban a su cabeza; pensamientos e ideas que había comenzado a tener cuando tenía nueve años.

Porque sabía que esa salida era la mejor y además, así terminaría con su sufrimiento y el sufrimiento de sus padres; así ya no estorbaría y dejaría de ser un inservible.

En un rincón estaban las navajas de afeitar de su padre y de él, así como un trozo de espejo, se acercó y se sentó a un lado mientras seguía llorando.

Cerró los ojos e intentó recordar al menos un solo recuerdo feliz de su vida, pero no había uno solo que pudiera darle paz. Su vida había estado llena de desprecio e indiferencia, y ni siquiera sabía lo que se sentía ser apreciado por alguien, por su propia madre.

Pero estaba normalizado en su día a día, pues jamás los tratos habían cambiado. Pero al convertirse en un adulto, podía descubrir todo lo que añoraba y necesitaba emocionalmente, y había aceptado que sus padres jamás le darían ni un solo gramo de amor.

Pese a eso, los amaba, no sentía rencor hacia ellos y solo ansiaba no darles más problemas.

Sin darse cuenta, su mano derecha ya sostenía el pedazo de espejo y jugaba peligrosamente cerca de su otro brazo.

En medio de la poca luz de la madrugada, arremangó el suéter y la desición de hacerlo se hizo más fuerte.

Entre su antebrazo y la muñeca, presionó el borde del espejo mientras que las palabras de su madre daban vueltas en su cabeza.

Aquella no había sido la primera vez que su madre le hablaba de esa manera, lo hacía desde siempre, pero seguía doliendo, porque eso no solo se trataba de un momento de furia, sino que ella realmente lo sentía.

Trouble -YoonSeok-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora