⊹ฺ Capítulo 9 ⊹ฺ

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Maratón
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   Mirándolo frente a él, Yoongi contemplaba a su sirviente profundamente dormido, con su respiración calmada haciendo subir y bajar su hombro al estar recostado en su costado izquierdo

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   Mirándolo frente a él, Yoongi contemplaba a su sirviente profundamente dormido, con su respiración calmada haciendo subir y bajar su hombro al estar recostado en su costado izquierdo. Acurrucado en posición fetal con ambas manos bajo su mejilla y sus labios sutilmente fruncidos, Yoongi se aprendía cada centímetro de su piel, las leves imperfecciones y las sutiles marcas de acné que seguramente no se había cuidado.

Pero a pesar de eso, seguía luciendo muy lindo pensaba en silencio, casi contando cada pestaña que cobijaba sus párpados.

Sin poder reprimirlo, estornudó, causando que Hoseok despertara deprisa y muy asustado.

Se sentó al borde de la cama y lo miró.

—Hoseok, discúlpame —sorbió la nariz pero su voz se escuchaba rara gracias a la congestión nasal—, no quería asustarte. No te levantes, aún es temprano.

—Amo, discúlpeme, ¿se encuentra bien? Me quedé dormido pero ahora mismo voy a preparar su café...

—No no —tomó su mano y lo jaló suavemente para que se acostara—, no quiero café ahora, no te preocupes. Perdóname por despertarte así...

Sintiendo el frío de la mañana, Hoseok volvió al calor debajo de las mantas.

—No se preocupe usted, amo, ¿se resfrió? Seguramente fue porque anoche se mojó con la lluvia.

—Y todavía sigue muy gris el cielo... Estabas durmiendo tan profundamente, estúpido estornudo... Quería que siguieras durmiendo.

Cubriéndose la mitad de la cara con la sábana, Hoseok podría sentir sus mejillas calientes.

Sonrió con timidez y negó.

—No puedo dormir hasta tarde, se supone que debo levantarme antes que usted para estar a su servicio. ¿Tiene hambre? Puedo ir a buscarle algo de comida.

Estirando los brazos por encima de su cabeza para estirar los músculos, su amo rió bajo.

—Siempre tan servicial, eres un gran empleado, definitivamente te daré un bono gordo de fin de año.

Juntando las cejas, el sirviente se quitó las sábanas de encima y se sentó en el mismo lugar. —¿Un qué? —preguntó causándole risas.

Pero no risas de burla, sino de pura ternura que le causaba inconscientemente.

—Un bono, ¿nunca recibiste uno? ¿De qué trabajabas antes de llegar aquí?

—Oh, bueno —sintió vergüenza y bajo la mirada—, antes me daban monedas por barrer y lavar entradas de las casas de los vecinos con mucho dinero. A veces también me pedían hacer mandados, cargar bultos y llevar basura.

La sonrisa de Yoongi se borró al escuchar, porque en definitiva no conocía al chico más que de vista y su nombre, y evidentemente él también tenía mucho que contar, y con seguridad aceptaba internamente que quería escucharlo.

Trouble -YoonSeok-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora