¿Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde?
Yoongi y Hoseok, dos almas destinadas a encontrarse para unirse y sanar juntas el dolor acumulado a lo largo de sus vidas, pero cada uno lo sobrelleva de diferente manera: Hoseok no deja que su corazón s...
Maratón dedicado especialmente para mí, ¡feliz cumpleaños, susope! 🥳🥂💜 1de 3
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Guardando el contenedor de la hamburguesa a medio comer que su amo Jungkook y Jimin le habían comprado en el restaurante, Hoseok observó que solo había podido comer un par de mordiscos antes de sentirse lleno, pues la hamburguesa tenía dos porciones de carne y además, estaba acompañada de papas fritas y un refresco de limón.
Había comido un poco y luego tuvieron que pedir el resto para llevar a casa porque Hoseok no había podido terminarlo.
Guardó la comida en el refrigerador después de haber dejado todas las bolsas con las compras que la señorita Jimin le había ayudado a seleccionar: desde cremas reparadoras para piel, protector solar, hasta ropa interior y zapatos cómodos para que pudiera continuar trabajando.
Un montón de lindas cosas que lo habían mantenido sonriendo todo el día, y no había dejado de olfatear todas las muestras de perfumería que habían aplicado en sus brazos aunque, por supuesto, todos los olores estuviesen mezclados.
Llegaron al anochecer, pero Jungkook lo dejó en casa y luego él se marchó con su novia al departamento de ella.
Así que Hoseok se dirigió a la cocina para conservar la deliciosa comida, bebió un poco de agua y luego se dispuso a buscar a su amo Yoongi.
Taehyung estaba con Nam reparando las indicaciones que había dado Jungkook acerca de la suciedad en los ventanales del jardín trasero, por lo que el interior de la casa estaba en silencio, a excepción del ruido de la lluvia y los truenos retumbando en el exterior.
Salió de prisa de la cocina y caminó por el extenso espacio del corredor hacia las escaleras pero, al cruzar el recibidor principal, la puerta se abrió.
Detuvo su paso y lo vio entrar, su amo Yoongi se veía húmedo de la ropa y del cabello gracias a la lluvia, y aunque estaba presentando atención a su amo, podía escuchar a su corazón calmar la angustia por él, que había permanecido todo el día mientras lo pensaba.
—Amo... buenas noches —saludó deteniendo su paso al pie de la escalera.
—Consígueme un café caliente y llévalo a mí habitación —ordenó sin mirarlo y solo pasando a su lado hacia las escaleras.
El olor de su perfume lo envolvió al sentir su presencia tan cerca pero, aunque le agradaba oler en silencio el aroma artificial, aunque se sentía más tranquilo al verlo, obedeció las órdenes.
A pasos rápidos se dirigió a la cocina y, luego de recordar cómo preparar café gracias a que Taehyung le había enseñado, colocó agua en la cafetera y vertió del café granulado favorito de su amo: el más fuerte y aromático.
Sirvió en una taza grande y luego con cuidado se encaminó a la habitación, pensando si acaso su amo podría tener hambre. No le importaría tener qué compartir de su hamburguesa pero, evidentemente su amo no aceptaría comer algo que ya había sido tocado con sus manos y mucho menos por su boca.
