Capítulo 4

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Aellin me acosa tres días después.

Odiaba el calor, odiaba la incomodidad de sudar y odiaba no poder usar ropa cómoda.

Y en estos momentos odiaba a mi prima.

- ¡Azahara dime! - Súplica mientras me aplasta sobre los cojines del harem.

- Ya te dije que no , quítate de encima, pesas. - Exijo empujándola, pero había quedado con las manos aplastadas debajo de mi cuerpo, mientras ella se acostaba de espaldas sobre mí.

- No hasta que me digas. Yo te vi hablando con él en la fiesta de la reina, no puedes mentirme.

- Ya te dije que no me pidió nada, Asim solo estaba molestando ¡Aellin quítate que hace mucho calor!

- Eres egoísta, nunca me cuentas nada a mi. Somos familia, pero no hablas conmigo. - Se queja mientras me muevo intentando quitarla de encima. Al final, tengo éxito cuando safo uno de mis brazos y lo uso para jalar su cabello.

- ¡No, espera, espera, eso duele! - Dice rodando hacia un lado para que la suelte. Me levanto quedando sentada a su lado, y respirando hondo. Casi me ahogo .

- Estás loca, casi muero asfixiada. - Recrimino tomando uno de los pequeños cojines y golpeándola con el.

Me había visto salir con Asim de detrás de la columna, antes de que Hadara me llamara para bailar frente a la reina. Ahora me fastidiaba preguntándome el porqué.

Aellin, mi prima menor por un año. Era infantil e inmadura cuando así se lo proponia. Y muy chismosa. Mientras yo trataba de saber lo menos posible y ser lo más discreta, ella prefería la atención si eso le proporcionaba buenas historias.

- Cuéntame lo de Asim, vamos. Salieron de las columnas muy sospechosas ¿Acaso tienen un romance en secreto? - Pregunta moviendo las cejas de manera insinuosa. Le doy otro golpe con el cojín antes de ponerme de pie.

- Eres insoportable. - Gruño, pero la ayudó a ponerse de pie.

- Y tu eres egoísta. -Dice siguiéndome. Salimos del harem y cruza su brazo con el mío mientras caminamos por los pasillos.

Kralice me había enviado a buscarla para prepararla y enviarla con el emperador.Era mis castigo por negarme a ir con el, obligarme a verlas prepararse y entrar a sus aposentos. Aellin al verme, había insistido con lo de Asim, y ya íbamos retrasadas. Kralice estaría enloqueciendo seguramente.

Rio al verla imitarme, cuando de nuevo ruedo los ojos por lo de Asim. En casa, creían que éramos mellizas. Yo soy mayor por un año, pero no más alta que ella. Ambas teníamos el cabello negro y largo, con la diferencia, que el mio era un cabello delgado, mientras que el de Aellin era mas abundante y grueso. Y totalmente envidiable.

Y mientras mis ojos eran de un azul mar, los de ella eran más verdes que azules.

- Esta vez voy a ordenar más vestidos en lugar de joyas. Quiero tener algunos listos para las próximas fiestas. - Dice mientras caminábamos hacia los baños.

- También lo haré. - Digo y me mira de reojo. - Ya sabes. Las criadas de Krilece y la reina tenemos ciertos favoritismos. - Aclaro y le guiño el ojo. - Rueda los ojos.

- Claro, porque es todo un honor limpiar los baños. - Dice riendo, pero su mirada decía lo contrario. Me encojo de hombros cuando me lanza una desdeñosa mirada.

- Es mejor que tener que limpiar los establos. - Digo restando importancia.

- Como digas Aza. - El pichón de vergüenza no se hace esperar. Pero finjo no darle importancia a la manera en que mira mi trabajo. Para ellas, debería estar sentada en el harem, esperando a que el rey me llame cuando le plazca. A diferencia de ellas, como criada tenía oportunidades mejores que el hecho de pelear por llegar a ser una de sus concubinas favoritas.

Azahara. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora