Dos días después persigo a Meleti a través de los pasillos. Adham detrás de nosotros me insiste en que me comporte, mientras me cuelgo del brazo del Senescal.
No era la primera vez. Meleti era de los pocos hombres en el palacio que no me causaban terror, quizás era por su indiferencia hacia mi, o porque simplemente sabía que nunca me haría daño. Me había quedado sola con él por horas, las primeras veces siempre me causaron inseguridad o incomodidad. Pero fue desapareciendo conforme lo conocía, a él y su estúpida personalidad.
- Pareces una garrapata así. - Dice cuando rodeo su brazo con mis manos.
- Una garrapata emocionada. - Le digo sonriéndole. Rueda los ojos exasperado, pero un atisbo de sonrisa se asoma y se que no le molesta.
- Una garrapata infantil. - Dice Adhma y giró la cabeza, sacándole la lengua. - Si, muy madura. - Dice mientras hace lo mismo.
Río y salto tratando de seguirle el paso a Meleti. Giramos hacia la derecha, entrando a un ala del palacio en la cual nunca había estado. Un jardín interior destechado, nos saluda y casi tropiezo lo hermoso del pequeño jardín.
- No, tenemos trabajo. Después te dejaré que recorras el lugar. - Dice Meleti con su mano sobre las mías , jalándome hacia adelante. Sonrío más emocionada que nunca y me pegó en su brazo. No, no era porque parecía tener toda una armadura de músculos debajo del uniforme.
En esta zona no había más habitaciones, ya que era el limite entre el palacio interior y las residencias, con el resto del palacio exterior, donde el verdadero motor del reino se encontraba.
Eran divididos por muros que se camuflaban como paredes entre los palacios, y eran conectados por este tipo de espacios y pasillos. Ya no estábamos en el Harem.
Rodeamos el jardín interior hacia la izquierda, entrando a otro pasillo, este sí, lleno de habitaciones, para luego entrar a un enorme salón con techo abovedado. Una puerta doble se encontraba al fondo y los guardias al vernos las abrieron, dejando entrar todo el resplandor del sol.
Voy a llorar.
Meleti ríe a carcajadas cuando me suelto de él y corro hacia las puertas gritando suavemente de la emoción.
- Azahara, no te vayas a caer. - Advierte Adham cuando salgo por las puertas, y lo que mis ojos ven, no tiene nombre.
La enorme extensión de tierra y césped, adornada con arbustos llenos de botones de rosas y hortensias de todos los colores. Margaritas, orquídeas, flores medicinales y muchas otras.
El lugar parecía hecho de diamante con las flores blancas brillando, y las fuentes que adornan creaban la atmósfera perfecta. Suspiro conmocionada, era más hermoso de lo que imaginaba. Se dividía en tres niveles, escaleras de mármol conectaban cada uno, y al final un largo camino que llevaba a un bosque perfectamente simétrico. Grito interno.
- Son sólo flores. - Dice Meleti a mi lado, pero no puedo hacer nada más que llevar mis manos a mi pecho.
- ¿No había flores de donde vienes? Pareces mi sobrina cuando le llevo un juguete nuevo. - Secunda Adham al otro lado. - Ven, hay que trabajar. - Dice ponchando mi burbuja. Ya me estaba imaginando un picnic en este lugar.
Bajo los escalones siguiéndolos y casi tropiezo en el último.
- ¡Espera Meleti! ¿ Podremos estar aquí el día de la fiesta verdad? - Pregunto mientras me cuelgo de su brazo nuevamente.
- Dependerá. - Responde.
- Dependerá ¿Dependerá de que? - Pregunto y lo abrazó fuerte mientras lo jalo para que deje de caminar y me mire.
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Azahara.
RomanceCampanilla. Han pasado unos meses de que Azahara llego al Harem del emperador, del imperio del Crisol. Y aunque abandonó la idea de matarse y decidió seguir adelante, los fantasmas de su pasado no la dejan. Ahora está concentrada en convertirse en...