Azahara.

Capítulo 5

Magia. Los Drusst mantienen el lugar de esta manera. El domo - señala con su barbilla. - Es más bien una barrera mágica y no es visible por fuera. - Explica y por un momento debo pellizcarme , ante lo fantasioso que sonaba aquello.

- ¿Por qué no se ve por fuera? -

Pregunto observando atentamente las flores.

- Esto es exclusivo de la familia real. Mi tatarabuelo mandó a construirlo, para una de sus amantes en su reinado.Lastimosamente ella nunca llegó a verlo, así que ha pasado de reina en reina. - Ah. Bueno, que buena visita.

- Significa que no debería de estar aquí. - Digo haciendo una mueca. - ¿por qué me trajo aquí?

- Kralice dijo que eras buena con las flores, pero eres alérgica a muchas de ellas. - Ay - A pesar de eso quieres cuidar del jardín exterior y ser parte de los Drusst.- Pero qué chismosa eres Kralice. - Supongo que ibas a conocerlo en algún momento. - Dice encogiéndose de hombros.

- Yo…

- Ademas, queria ser yo quien viera tu expresión, al verlo por primera vez. - Ay como le gusta matar el momento. Ruedo los ojos haciéndolo reír.
Sigo recorriendo el lugar y me atrevo a meter los pies desnudos, en el agua fría del riachuelo. Suspiro ante la temperatura cálida. A pesar de estar a días de la primavera y que el calor había empezado a ser casi intolerable, aún había días fríos, y mis pies solían sufrir más de la cuenta.

Decido dirigirme al centro del domo, donde la estatua en forma de crisol roto se convertía en una fuente que alimentaba todo el lugar. Me sorprendió aquella imagen del crisol agujereado, pero aun de pie, parecía una metáfora bastante triste. El crisol era conocido por soportar muy altas temperaturas sin romperse. Por eso era el símbolo del reino, ver un crisol roto, o agujereado, no era para nada algo agradable a los ojos de nadie.
Pero por alguna razón, creía saber porqué estaba así.

Mi tatarabuelo mandó a construirlo, para una de sus amantes en su reinado.Lastimosamente ella nunca llegó a verlo.

Un crisol roto ¿Cómo debió sentirse después de la muerte de su amada? ¿Habrá ella muerto de alguna manera trágica para materializar aquella imagen? Un crisol roto, alimentando a todo un jardín que se mantiene vivo con magia.

¿Quién habrá sido aquella mujer que conmovió tanto al emperador?

¿Habrá sido feliz siendo una de las tantas amantes del rey? o ¿Quizás no lo soporto?

Un nudo se forma en mi garganta de nuevo, al imaginar a aquella mujer peleando por el corazón del rey. Puedo casi imaginarme llorando cada día que no era ella la llamada, y siento asco y lastima.

Los pasos del emperador suenan acercándose ¿Se habrá dado cuenta ella, como aquel hombre la amaba?

- ¿Cómo murió? - Pregunto hacia el rey sin voltearme. Mi mano aprieta la falda de mi vestido al oírlo suspirar, y mi corazón bombea cuando se acerca hasta quedar justo detrás de mí.
Me doy cuenta que el silencio se prolonga y decido voltear para enfrentarlo. Tengo que levantar la cabeza para verlo estando tan cerca, pero por primera vez no retrocedo. El rey observa la estatua sin expresión alguna, como si viese algo sin sentido por milésima vez. Pero es su postura tensa lo que lo delata y se que la respuesta no me gustara.

- ¿La mató? - Pregunto y logró atraer su atención, casi me infarto ante la dura mirada que me lanza, que por un momento me debato entre pedirle perdón y salir corriendo, o tirarme al piso y llorar suplicando perdón. Pero no me muevo, ni siquiera cuando su mano se alza para poner un mechón tras de mi oreja, o cuando después de eso toma mi quijada entre su pulgar e índice.