Capitulo 7

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- Cada vez que necesite de tu ayuda, iré al jardín. - Dice conociéndome bien. Brindamos felices y aliviados. Adham podría ir a ver a su familia la próxima semana, tendría una licencia de dos días de estancia. Me sentía tan feliz por él.

La fiesta avanzó entre risas, bromas y regaños de Kralice. No nos movimos del fondo del salón en ningún momento. Observando el baile de las chicas y el movimiento de los invitados que aún se mantenían en el palacio. Reímos cuando el príncipe más pequeño, derramó su vino sobre las faldas de una de las tantas mujeres, que se acercaban al rey. Y Kralice nos regañó cuando el alcohol comenzaba a hacer efecto.

Meleti apareció pasadas las diez de la noche.

- Odio las fiestas en definitiva. - Se quejó tomando mi copa y empinándose todo el vino.

- ¡Oye, eso era mío!

- Era. - Dice y me devuelve la copa vacía. Animal.

- ¿Y, ya estás feliz Drusst? - Pregunta e instintivamente sonrió.

- Estoy feliz, pero no gracias a ti. - Respondo con la cabeza algo nublada.

- Claro que es gracias a mi, si no fuera por mi, no lo habrías logrado. - Dice. - Deberías agradecerme. - Agrega y acerca su cara a la mía.

- ¿Quiere un beso o qué? Quítate, hueles a alcohol. - Digo empujando su cara con una mano.

- Mi hieres Zaza, juegas con mis sentimientos a sabiendas que estoy enamorado de ti. - Dice con ironía, llevando una mano a su pecho dramáticamente.

- Lo siento, mi corazón ya le pertenece a otro. - Respondo siguiendo el juego.

- Pues supongo que Adham es muy afortunado de tenerte.

- Ay no, a mi no me metan en sus tontos juegos, es mi primer día y ya van queriendo crear chismes. - Dice Adham balanceándose con el vino. - Créeme querida, si tuvieras la dicha de tenerme. - Hipa - No me dejarás ir nunca, soy una paja entre agujas. - Bromea y no logró contener la risa al ver su seria expresión.

- Creeme Adham, si tu tuvieras siquiera la oportunidad de tenerme a mi. - Me acerco jalandolo hacia mi. - No podrías volver a tocar a ninguna otra mujer sin pensar en mi.- Digo y su expresión asustada me hace reír de nuevo.

- Mi turno. - Dice Meleti jalandome hacia el.

- Tu turno nada. - Lo empujo.

Las bromas solo siguen por varios minutos, quizás horas. Pero en algún momento terminamos sentados en una de las mesas del fondo, alejados de la mayoría. Más de algún guardia ríe continuamente por nuestras estupideces, pero la risa se vuelve incontrolable cuando Adham termina cediendo sobre la mesa por el alcohol.

- Patético ¿Y me cambiaste por él?

- Ya callate Meleti, el pobre está muerto de cansancio. - Digo acariciando el cabello de un inconsciente Adham.

- No me lo imagino en el campo de batalla, donde nunca puedes dormir. - Dice y llama mi atención. Meleti no parecía una persona que hubiese luchado en la guerra. No podía tener más de treinta años, pero el sol había dejado mella en su piel. La guerra siempre dejaba huellas.

- ¿Enserio abogaste por mi? - Pregunto refiriéndome a mi nuevo cargo. Me mira por un momento, antes de desviar su mirada hacia adelante, hacia donde la familia real se encontraba. Parece debatirse entre responder o no, o quizás buscaba la manera de admitirlo sin sonar cursi. Al final asiente.

- Si, lo hice. Convencí al emperador que debías hacerlo, claro. Kralice y Asim también lo hicieron. Te lo mereces. - Dice y mi corazón se encoge enternecido. - Además, así ya no tendré que vigilarte todo el tiempo, por fin descansaré de tantos problemas. - Dice suspirando aliviado , pero se que solo intenta disimular.

Azahara. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora