Hace unos meses
Erik se despierta en un lugar extraño y oscuro, el aire cargado con un calor sofocante que le quema la piel. A su alrededor, todo parece desmoronarse en sombras que se retuercen y se mueven por cuenta propia. Su cabeza late con dolor, un eco de lo que había sucedido antes de terminar allí. Recuerda vagamente haber sido herido por la Hermandad de La Espina mientras ayudaba a los primos Halliwell. Todo fue confuso y rápido. Después de ser trasladado a la mansión Halliwell para recuperarse, algo extraño ocurrió. Una figura que permanecía en las sombras irrumpió en la mansión, y todo se volvió oscuro antes de que pudiera reaccionar.
Ahora, atrapado en este lugar desolado, Erik trata de incorporarse, sus músculos protestando por el esfuerzo. Mientras observa a su alrededor en busca de respuestas, unas criaturas horribles emergen de las sombras. Tienen formas extrañas, desfiguradas y grotescas, con ojos vacíos que lo miran fijamente. Justo cuando una de las criaturas se abalanza sobre él, varios demonios aparecen repentinamente y lo rescatan, dispersando a las criaturas con fuerza brutal.
Erik, aún jadeante y tratando de orientarse, les agradece entre respiraciones entrecortadas.
— Gracias, pero... ¿qué fueron esas cosas? — Pregunta mientras intenta estabilizarse.
Uno de los demonios, una figura robusta y con cicatrices por todo su rostro, le lanza una mirada cautelosa antes de responder.
— Esos son los Qlippoth. Criaturas que habitan en los rincones más oscuros de las dimensiones infernales. No pertenecen al Infierno tradicional, sino a algo mucho más antiguo y caótico.
Erik frunce el ceño, su mente se llena de preguntas. — ¿Qlippoth? Nunca había oído hablar de ellos. ¿Qué son exactamente?
El demonio que lo había salvado cruza los brazos, su mirada fija en Erik como si decidiera cuánto revelar.
— Los Qlippoth son entidades nacidas del desequilibrio, de las imperfecciones de la creación. Son como las sombras deformadas de lo que alguna vez fue pureza y orden. Aquí, en las partes más profundas y antiguas del Infierno, su presencia es común... pero también extremadamente peligrosa. Se alimentan de la desesperación, la corrupción y el caos. — Su voz baja un tono, casi como un susurro conspirativo. — Cuidado, humano, porque esos que viste son solo los cazadores. Los verdaderos Qlippoth no se mostrarán a menos que estés verdaderamente perdido.
Erik siente un escalofrío recorriéndole la columna, pero disimula su miedo con una mirada firme.
— ¿Dónde estoy exactamente? ¿Cómo llegué aquí? — Insiste, mientras trata de recordar más sobre lo que sucedió.
El demonio lo observa en silencio durante un momento, luego se encoge de hombros.
— Eso, humano, es algo que deberás descubrir por ti mismo. Este lugar no sigue las reglas comunes del Infierno, ni siquiera de la realidad. Aquí todo se distorsiona. Puede que estés en una dimensión intermedia, o puede que hayas caído en una trampa creada por alguien muy poderoso. — Hace una pausa antes de agregar — Pero te sugiero que no te quedes demasiado tiempo preguntando. Las cosas aquí tienden a encontrar a los que dudan.
Con esa advertencia, los demonios se giran para continuar su camino, dejando a Erik solo una vez más en ese paisaje inhóspito y surrealista. Mientras observa cómo se alejan, siente que, aunque lo han salvado, no puede confiar plenamente en ellos. No en un lugar como este.
Erik toma un respiro profundo y decide seguir adelante, su mente llena de preguntas sin respuesta. Pero una cosa queda clara: quienquiera que lo haya traído aquí, lo ha puesto en una situación donde las reglas normales no se aplican. Y si quiere sobrevivir, tendrá que adaptarse rápidamente a este nuevo y aterrador entorno.
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Charmed: The Bloodline - Temporada 8
FanfictionOctavo libro de Charmed: The Bloodline ⚠️ Atención: para leer este libro, lean las anteriores primero • Tras los últimos acontecimientos, los hijos de las Embrujadas tratan de sobrevivir y continuar sus caminos. Una oscuridad acecha, unos enemigos...