Charmed: The Bloodline - Temporada 8

7. Jaque Mate

La Mansión Halliwell vibraba con la intensidad de la batalla. Los demonios de la Hermandad de la Espina, liderados por Marlowe, habían irrumpido, y la tensión era palpable en el ático. Chris y Paige Jr. se movían con precisión, usando cada truco aprendido para mantenerse a la altura del enfrentamiento.

- ¡No se detengan! - Gritó Paige Jr., mientras usaba su poder de telekinesis para lanzar objetos pesados hacia los demonios, logrando deshacerse de algunos que se acercaban demasiado.

Maggie se movía rápidamente, canalizando su empatía para desorientar momentáneamente a los demonios, confundiéndolos y aprovechando esa pequeña ventana para que Macy lanzara un ataque más agresivo. Macy, controlando su lado demoníaco y los elementos de la naturaleza, lanzó una ráfaga de viento y fuego, empujando a varios enemigos hacia atrás.

Bianca se encontraba peleando cuerpo a cuerpo, utilizando su agilidad y habilidades físicas superiores. Desaparecía y reaparecía con rapidez, atacando en puntos vitales para derribar a los miembros más fuertes de la Hermandad.

- ¡Necesitamos concentrarnos en Marlowe! - Exclamó Chris, usando su telequinesis para evitar un ataque dirigido hacia Darryl, quien estaba ayudando a Natalie a levantarse.

Darryl, aunque limitado en cuanto a poderes ofensivos, utilizaba su habilidad de whitelighter para orbitarse alrededor de sus aliados y sanar sus heridas. Sabía que cada segundo contaba, especialmente porque no tenían idea de lo que estaba sucediendo con Wyatt y su grupo.

- No tenemos tiempo que perder, Chris. - Dijo Darryl, mientras sanaba rápidamente una herida en el hombro de Paige Jr. - Si no los detenemos aquí, quién sabe qué harán después.

Marlowe, viendo que su grupo estaba comenzando a perder terreno, sonrió con malicia.

- No importa cuántos de nosotros derroten, siempre estaremos un paso adelante. - Dijo, su tono lleno de seguridad.

Paige Jr. lo miró fijamente, sabiendo que detrás de esa confianza había algo más. Pero no podía perder el foco, la batalla continuaba, y tenían que encontrar una manera de vencerlos.

De repente, un fuerte estruendo sacudió la mansión. El suelo tembló y una energía oscura emanó desde el centro de la casa, como si algo más grande estuviera por llegar.

- ¿Qué fue eso? - apreguntó Bianca, mientras observaba a su alrededor.

Chris sintió un escalofrío recorrer su espalda. Algo no estaba bien. Wyatt y el grupo seguían desaparecidos, y aunque sabían que estaban en algún lugar peligroso, no tenían ninguna pista de su paradero.

- No lo sé, pero no me gusta nada. - Respondió Chris, preparándose para lo que vendría.

La batalla no solo se trataba de detener a Marlowe y la Hermandad de la Espina, sino de encontrar a su familia, antes de que fuera demasiado tarde.

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Mientras tanto, en lo profundo del pueblo demoníaco, Wyatt y su grupo seguían explorando las extrañas calles desiertas. Las grietas en el suelo brillaban con una luz roja inquietante, y cada paso que daban parecía acercarlos más al peligro.

- No veo a nadie. - Comentó Lucy, con preocupación.

- Este lugar no está abandonado. - Respondió Wyatt, su mirada fija en las grietas. - Algo está mal aquí.

El aire a su alrededor se sentía denso, cargado de una energía oscura. Penélope Jr. miraba nerviosa, intentando mantenerse firme junto a Sebas, Erik, y los demás.

- Lo que sea que esté sucediendo aquí... No es natural. - Añadió Abigail, mientras observaba las grietas con cautela.

Wyatt lo sabía muy bien. Sentía la energía oscura fluyendo por debajo de sus pies, como si todo el pueblo estuviera construido sobre algo mucho más siniestro. Sabían que se enfrentaban a algo grande, pero no tenían opción. Debían seguir adelante, porque el destino de su familia y el mundo dependía de ellos.