Charmed: The Bloodline - Temporada 8

8. Final, principio

Nueva York

Adara se encuentra en su habitación mientras se encuentra pensando sobre su padre. Su padre habia muerto y había prometido a su madre alejarse de la familia Halliwell y en especial de Michael.

En otro lugar de la mansion, Katherine se prepara para el funeral y Lilith observó todo, resulta que la hermandad de La Espina no se ha extinguido, ya que hay un nuevo líder, pero Katherine está pensando en terminar la alianza para proteger a sus hijos.

- Ella se equivoca. - Decía Draco tras escuchar la conversación de su madre. - No podemos dejar que una derrota tras la muerte de nuestro padre nos afecte. - Decía Draco que no está de acuerdo mientras habla con Lilith, su hermana menor.

- Yo creo que deberíamos dejarlo. No es necesario seguir los pasos de nuestro padre. - Responde Lilith mientras observa a su hermano mayor.

- ¿Es eso lo que piensas? No me digas que la tontería de nuestra hermana Adara de hacer el bien te haya afectado. - Responde Draco todavía muy orgulloso de lo que es.

- Nuestro hermano Ezra murió y ahora nuestro padre. Deberíamos cambiar. - Continúa Lilith aún sin saber que camino tomar, pero la idea de Adara de hacer el bien, era el mejor camino, aunque tampoco olvida de su pasado de los que hacía.

Adara permanecía en su habitación, tratando de calmar su mente, pero los recuerdos y la voz de su padre aún la atormentaban. Sabía que la promesa que había hecho a su madre de alejarse de la familia Halliwell iba a ser difícil de mantener, especialmente cuando su corazón la traicionaba cada vez que pensaba en Michael.

En otra parte de la mansión, Draco y Lilith continuaban su conversación en el pasillo, rodeados de una atmósfera tensa y cargada de emociones. Lilith seguía debatiéndose entre el legado que su familia había construido y la creciente influencia de las ideas de Adara en su vida.

- El bien nunca ha sido nuestra senda, Lilith. - Dijo Draco, su tono reflejando un desprecio profundo hacia la posibilidad de cambiar. - Si cedemos, seremos débiles. Y los débiles no sobreviven. ¿Eso es lo que quieres para nuestra familia?

Lilith permanecía en silencio, observando a su hermano mayor con una mezcla de tristeza y determinación. Las palabras de Adara seguían resonando en su cabeza, pero sabía que desafiar abiertamente a Draco podría tener consecuencias imprevisibles.

- No se trata de debilidad, Draco. - Respondió Lilith, finalmente, con la mirada firme. - Se trata de hacer las cosas de forma diferente. Adara... tal vez tenga razón.

Draco soltó una carcajada seca, incrédulo ante lo que estaba escuchando.

- No puedo creer que realmente pienses que el camino que Adara ha tomado sea una opción para nosotros. - Dijo, acercándose a ella con un aire intimidante. - Padre está muerto, pero eso no significa que debamos traicionar lo que él nos enseñó.

- Tal vez, padre estaba equivocado. - Murmuró Lilith, sin apartar la mirada de los ojos de su hermano. - Quizás haya otra manera de mantener nuestra fortaleza sin destruir todo a nuestro paso.

Draco la observó por un largo momento, tratando de descifrar si Lilith estaba verdaderamente comprometida con lo que decía o si solo era una fase temporal, influenciada por el dolor de la reciente pérdida. Sabía que su hermana menor era fuerte, pero temía que Adara hubiera sembrado dudas que podrían poner en peligro todo lo que habían construido.

- No puedo creer que estés considerando traicionar a nuestra propia familia. - Dijo Draco, bajando la voz, su tono frío y amenazante. - Si eliges ese camino, Lilith, no habrá vuelta atrás.

Lilith tragó saliva, sintiendo el peso de las palabras de su hermano, pero se mantuvo firme. Sabía que estaba en una encrucijada, y que lo que decidiera a partir de ese momento podría cambiar el destino de la familia Blackthorn para siempre.