🔞🖤💙 ~Drama, secuestro, violencia 🔞⚠️Vegas trata de recuperar a Pete de las manos de la Mafia Italiana "Ndrangetha". La vida de Pete depende de la gracia del Jefe de esta mafia. ¿Podrá salvarlo Vegas?
Disclaimer : Nada de los personajes me pertenecen, ni la música, ni las imágenes que usaré para las escenas. Y cabe recalcar que no apruebo este tipo de conductas. Simplemente es parte de la trama. Y tendrá un final feliz. Por ahora estoy cocinando lo lento unos tres o dos capítulos, porque quiero escribir una pareja nueva para un nuevo fic. Pero eso será para otra charla!!!!
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Nothing more than human I am sweat, flaws Iam veins, scars I am Human
by Sevdaliza
—¡No me toques! —grita de repente, como si cada palabra fuera un estallido, su voz ahogada se mezcla con el movimiento brusco de su cabeza hacia un lado, mientras sus hombros la siguen en un gesto de rechazo. Todos sus músculos se tensan, como si el roce del dorso de sus manos contra su mejilla fuera una cuchilla que se clava en su pecho.
—Pete —responde con un tono de reproche paciente, y eso solo agrava la situación. La expresión que se dibuja en su rostro al dar media vuelta es un torbellino de confusión y el tipo de dolor que acompaña al rechazo.
A Pete le revuelve el estómago en cuanto lo besa por detrás y la lengua parece grotesca en cuanto la desliza por su columna vertebral.
—¡No! —interrumpe—. ¡Déjame en paz, por favor, se lo suplico...— Lucca desestima las súplicas con un gesto en el rostro. —Que no dijiste que lo harías todo para que dejé en paz a tu amiguito. ¿Quieres que viva, verdad?
A Pete se le hace un nudo en la garganta mientras traga. Con un poco de esfuerzo, deja de ponerse rígido y asiente con la cabeza, relajándose como el esperaba que lo hiciera.
—Está bien, yo...haré lo que usted diga.
Los labios de Lucca se curvan en una sonrisa indulgente, casi cariñosa, haciendo que Pete tiemble de nuevo. Sus ojos y su cuello giran para mirarlo con un odio desmesurado. Lucca le ofrece más que una simple mirada; es como si el demonio sonriera mientras lo devoraba, con cierto afecto, y Pete solo desea doblarse sobre sí mismo y vomitar.
—Me gusta ese pensamiento —dice, casi con una voz radiante de orgullo. El demonio mantiene sus dedos entrelazados, apoyados en su cintura— Y no estoy equivocado; sé que hay un fuego en tu vientre. Aunque intentes negarlo, sé que te gusta. Por otro lado... no necesitas tener miedo.
El cazador sabe que el primer paso es atraer a su presa, y el segundo, tranquilizarla; un animal asustado no es bueno para la carne. Pete tarda un momento en reaccionar; lo más sensato es dejar que su cuerpo funcione en piloto automático mientras su mente se enfoca en otro lugar.
Y eso sera imposible porque Lucca no solo reclama su cuerpo, exigía respuestas y su participación en el juego.
—Pete, ¿quieres ser libre? —Esa es la verdadera traba que lo detiene. —Sí, pero… siento que no puedo creerte —resopla, mientras Lucca presiona su cuerpo con más fuerza.
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