Capítulo 39

32 5 0
                                    

"Sensualidad, manipulación y deseo... Las perdiciones más grandes de los hombres" -Lmdlm.

El charco de sangre bajo la cara del hombre al que acabo de asesinar se detiene. Reúno todo el aire para limpiar la hoja de mi cuchillo con mi manga. Invadimos propiedad rusa. Un cartel pequeño, pero peligroso.

Avanzo con agotamiento hacía el punto de extracción. Tengo sueño y mi estómago pide comida. El tobillo molesta cuando piso. Arrugo la cara en una mueca de fastidio. Lejos, visualizo a Enzo.

Su cabeza tiene un corte, nada grave, pero la sangre que derramó fué mucha. Tiene el traje rasgado, sus botas llenas de tierra y polvo. Los guantes teñidos de sangre y expresión cansada.

-Mi señor -me rodea la cintura con su brazo para ayudarme.

-Agente -ahogo un quejido por el movimiento de mi brazo sobre su hombro-. Es un golpe. No pasa nada -digo al ver su rostro lleno de preocupación.

-Estos idiotas son peor que las ratas -comenta cómo si fuera lo peor, y sí que lo era-. Aún no comprendo de dónde salieron tantos. Siendo un cartel pequeño.

-Fuimos muy confiados -digo para reírme a carcajadas.

¿Es el cansancio? Probablemente

-Casi nos quitan la cabeza -se une en carcajadas conmigo.

Los agentes de la agencia están sentados en lo que queda de la entrada del lugar. Trevor corre en nuestra dirección y me sorprende verlo intacto. Sus ojos nos recorren, abriéndolos tanto, cómo si, acabara de ver un fantasma.

-¿Que mierda les pasó? -exclama.

-Rusos -respondemos unísono.

-Oh, a mí me invadió una cucaracha -relata y me siento en el suelo-. Casi se me mete en la boca, que asco.

-¡Eh, imbécil! -protesta Evans-. A nadie le interesa si te gustan los bichos.

-¡Que te den! -le saca el dedo del medio.

-¿Alguna novedad del jefe? -García llega con nosotros, cojeando una pierna.

-¿Agente?.

-Estoy bien señor, fue un mal movimiento en pelea -sonríe para tirarse al piso-. Un descuido.

-Espero no se repita -amenazo.

Algo que no me gusta de las misiones, es ver a mis hombres heridos. En poco tiempo se ganaron mi cariño. Claro, no se los digo. Pero ellos lo saben. Mi preocupación cómo una madre. Mis regaños. Mis peticiones a que mejoren. Es para no tener que perderlos.

-¡Atención! -grita Evans y todos lo miramos-. El equipo de extracción estará por llegar. Ganamos un batalla, más no la guerra.

-Si, si, dictador lunático -se queja Scott-. Ya sabemos que apenas la guerra inicia. Lo dices a diario.

-Te voy a...

-Basta -concluyo con tono hostil.

Sujeto mi costado derecho con delicadeza. Recibí un gancho y me dejó una enorme molestia en las costillas. Genial. Más dolor que soportar.

Septiembre era caluroso, Rusia es un país frío, salvo cuando estás peleando por salvar tu pellejo. La sangre corre más rápido, calentando tu rostro, llenándote de adrenalina, haciendo que olvides todo, salvo cuidar tu guardia.

-Al llegar, te llevaremos a emergencias -comenta Enzo.

-Ustedes también irán -agrego.

Asienten y las avionetas llegan. Ascendemos alto, evitando ciertos radares y con ello, salimos de rusia. Descanso en el trayecto del viaje.

2:Argent [El origen de la muñeca]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora