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- ¿Que te parece este? Es lindo, ¿No lo crees? - Te pregunto el gran hombre apuntando un sombrero a tu parecer algo extraño que se encontraba en su cabeza.
- Si, no lose Uzui, ¿Ya podemos irnos? - Preguntaste aburrida de opinar sobre cada cosa que el mayor tomaba.
- ¿Que? ¡Porsupuesto que no! Aún queda mucho por ver - Rodeaste los ojos maldiciendo el momento en el que habías aceptado pasar por esa feria. A reganiadientes seguiste a Uzui quien no paraba de gastar dinero a lo loco.
Luego de una misión de tres días ambos volvían a la aldea pero por desgracia pasaron por aquel pueblo y su estúpida feria dónde Tengen te rogó que echasen un "vistazo", odiabas comprar cosas con Uzui, cada objeto que le gustaba lo compraba y nisiquiera el sabía para que los quería.
- ¡______! ¡Mira este jarrón! ¡Es extravagante! - Afirmó mostrandote la vasija y tú solo masagiaste tu cien con notorio cansancio en tu rostro, llevaban más de media hora en ese lugar.
- Es horrible Uzui. - Recibiste una mala mirada por parte de Tengen gracias a tu amarga respuesta. - Vámonos, porfavor Uzui, ya compraste muchas cosas. - Dijiste apuntando a la bolsa llena de cosas que portaba Uzui en sus manos.
- No, ¡Sigamos viendo!
- Vámonos.
- No
-Si
- No
- ¡Si!
- ¡No!
- ¡Tengen ya vámonos! - Intentaste empujar el pesado cuerpo del contrario sin tener mucho exito.
La jente los miraba con risas en sus labios, su discusión era un tanto vergonzosa para su edad pero así eran ustedes.
- Bien ya ya ya - Uzui te tomo de la cintura poniéndote delante de el para que dejases de empujarlo. - Vámonos.
Una pequeña sonrisa se formo en tus labios por la respuesta positiva que habías obtenido hacia tu petición, ambos caminaron fuera de aquella feria encaminando nuevamente su paso a la aldea.
- Mejor lleva esto tu - Sin más Uzui te arrojo la bolsa llena de cosas haciendo que un quejido saliese de tus labios y tu seño se frunciera de más.
- ¡Son tus cosas llévalas tu! - Dijiste con un gran tono de molestia en tu voz lanzando la bolsa al suelo.
- Wow, si que estás enojada hoy - Tu lo miraste con el seño fruncido y este solo se acercó a ti dándote palmaditas en el hombro - ¿Porque estás así? Acaso es... ¿Porque no compre nada para ti? - El peliblanco volvió a ganarse una muy mala mirada de tu parte haciendo que este soltase una ligera carcajada. - Bien calmate.., no es así, mira.
