•. ✶ Sanemi Shinazugawa (2

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⊹──⊱ ✧゜・。✧ ⊰──⊹¡Advertencia de Lemon!

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¡Advertencia de Lemon!


- Dios Sanemi, ¿Que te sucede? - Hablo con desagrado Iguro al ver la actitud tan torpe de su amigo.

- Mierda Sanemi, ¿Encerio te enborrachaste? - Le preguntaste al peliblanco quien se encontraba acostado en la mesa del lugar mientras asentía torpemente con la cabeza. - Te dije que no tomarás tanto idiota. - regañaste pero no recibiste ninguna respuesta del contrario, suspiraste cansada, ¿tanto le costaba contenerse?

Habían salido a cenar con Obanai, los tres eran buenos amigos asique al terminar de comer pidieron unas tres botellas del sake, aunque este era terriblemente fuerte tu y Iguro no sufrieron tanto los efectos puesto que ambos tenían una alta resistencia al alcohol, pero no se podía decir lo mismo del peliblanco.

- Será mejor que lo llevemos a su finca - Le Dijiste al pelinegro quien solo asintió.

Con dificultades pararon al Shinazugawa cada uno poniendo un brazo de este al rededor de sus hombros.

- ¡Sultenme! ¿Acaso me ven cara de inválido?

Tu y Obanai rodearon los ojos haciendo oidos sordos a las palabras de Sanemi quien gritaba la primera cosa que se le cruzaba por la mente.
Al llegar a la finca del peliblanco y este ya un poco más despabilado por el aire que había tomado lo soltaron de a poco.

- Puedes irte tranquilo Iguro, yo me encargaré de el - Dijiste en un suspiro.

- ¿Segura? - te pregunto viendo de mala manera al peliblanco quien se encontraba observando el lugar tratando de saber dónde se encontraba.

- Si no te preocupes.

Obanai solo asintio para disponerse a irse de la finca.

- ¡Espera! ¿Dónde vas? - pregunto Sanemi viendo como su amigo pasaba por su lado dirigiéndose a la salida. - ¡Me cambias por Kanroji maldita serpiente! - Iguro volteo a ver al peliblanco con una mirada asesina y tú no pudiste contenerte soltando una sonorosa carcajada.

- Mejor cállate y entra a dentro. - De un empujón mentiste al Shinazugawa dentro de su finca, como era de noche no se podía ver mucho solo lo que la luz de la luna permitia asique buscaste algún faro o vela para encender, al encontrar un faro sobre la mesa lo encendiste y tomaste la mano de Sanemi para comenzar a caminar hacia su habitación.

- Recuestate ahí - Le indicaste la cama y este solo hizo caso - Te traeré un café. - te dirigiste hacia la cocina prendiendo los faros de la finca para poder ver bien, una vez ya listo el café se lo diste al peliblanco quien hizo una mueca de disgusto al probarlo.

- Está terriblemente cargado - Se quejo y tu frunciste el seño en respuesta.

- Si no ubieras bebido tanto no tendría porque estar así, ahora tómalo.

ONE-SHOTS KNYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora