Eso le decían a mi hermana

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Cap. 4 Nada de qué preocuparse

—Puuuffff jajaja papá tiene razón, cuando haces bromas jajaja eres la mejor, Gaz ¡jaja! —una vez pasado el shock inicial junto al horror, sólo podía reír para tratar de conservar cordura ante la idea de que su hermana se sintiera atraía por ese gritón, psicótico, maniaco, egocéntrico extraterrestre—que te guste Zim, oh no, no, ¡me matas!

— ¡Dib, no estoy bromeando! ¿Puedes parar? —el rojo de su cara era imperdible, pero la razón no estaba clara, podía ser por la vergüenza de que su propio hermano se riera de ella cuando estaba asustada de sí misma y esas extrañas sensaciones, frustración por la brillante idea de gustarle el irken, o la ira de todo en conjunto. La situación era engorrosa, tuvo la confianza de llegar con él para buscar explicación a esa sensación de mariposas en el estómago, pero su hermano cabezón sólo reía y reía, acabando con su paciencia. Resultado: un golpe directo al estómago.

—De acuerdo...Dib serio...copiado—murmuro contra la almohada sosteniendo su estómago.

—Maldita sea...—buscó en los cajones del escritorio de su hermano sin encontrar lo que quería, fue directo al de los innombrables— ¿tienes fuego?

— ¿Para qué? —preguntó recuperándose. Gaz sostenía entre los labios uno de sus cigarrillos Unlucky Strike. Dib se recuperó al instante—No, Gaz, no debes fumar. Ven, siéntate y explícame, prometo no reírme.

— ¿Y prometes no enloquecer? —Dib se rascó la parte posterior del cuello con un gruñido incomodo—dame los malditos cerillos.

— ¡De acuerdo, de acuerdo! No voy a enloquecer, demonios Gaz, ábrete—su hermana le golpeo el hombro, pero igual se sentó a su lado abrazada a sí misma, tenía frío, un extraño frío en la boca del estómago y el pecho.

— ¿Hablaste con el Doctor Seldon o algo así? Maldita terapia y toda esa mierda de externar los sentimientos.

—Sinceramente me agrada más que digas lo que sientes—las manos le sudaban y su pierna no se estaba quieta golpeteando con el pie, no digamos la mente del chico cabezón, estaba haciendo cálculos mentales sobre calibraciones de su computadora y escáneres. No quería descartar la idea de que Zim estuviese detrás de todo en un estúpido plan para llegar a él.

— ¿Aun cuando se trata de algo tan horrible como que me guste...Zim? —Sus mejillas se pintaron cuando lo dijo en voz alta y casi se atraganta al decir su nombre

—A decir verdad, no me molestaría que salieras con un extraterrestre siempre que este te respetara, te hiciera feliz y viniese de una buena familia ¿o...galaxia? ¿o sistema? —empezó a divagar, Gaz tuvo que darle un codazo en las costillas para que se centrara—El punto es que no me importaría, ser cuñado de un alienígena sería genial—midió un poco más sus palabras internas, ¿realmente estaría bien en el caso que ese alienígena fuese su rival de toda la vida? Alejó el pensamiento, centrándose en su hermana menor—pero es Zim de quien hablamos, la maldad es parte de él, está demente y es idiota y no sabe lo que es el amor terrestre y la última relación en la que estuvo le terminó arrancando los ojos al pobre Keef.

— ¡Oye! Ellos no estaban saliendo.

—No es lo que yo escuché en los pasillos.

—Si creyera todo lo que dicen en los pasillos, tú hubieras salido de la casa de la risa más de 5 veces por haber tenido atentados en escuelas pasadas.

— ¿Es lo que dicen sobre mí? —la verdad no le sorprendía.

—Y que tú y Zim están implicados en una relación amor/odio desde que estamos en 6to grado y la vez que acabaron golpeados por el equipo de futbol fue porque uno de ellos llamó a Zim marica y tú les dijiste que eran unos cabrones y que Zim la tenía más gr...

El Universo en Perspectiva || ZaGr || Invasor ZimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora