Capitulo 7: Separación.

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Todos estaban desayunando en la mesa, Arlecchino era quien cocinó, se tomó el tiempo de preparar la comida favorita de cada uno, incluso la de furina. Después de su abrupto despertar lyney mordió a furina, dejándole una marca en el brazo, por lo que el ambiente era un poco tenso. Después de todo lyney era el único alfa en esa casa, fréminet era un Omega y Lynette una beta, por lo que otro alfa entrara a su "territorio" le hacía activar un instinto de proteger lo suyo. Furina, por instinto, terminó lanzando a lyney contra la cama, causando que se golpeara la pierna dejándole un moreton. Después de desayunar furina se levantó de la mesa, fue hasta la cocina y lavó su plato. Volvió al comedor y habló.

Furina: lamento lo que pasó lyney- dijo viendo al pequeño alfa- no creo que esto pueda funcionar, me iré.

Arlecchino: furina... No tienes por...

Furina: s-sabes muy bien por que me tengo que ir... Lo lamento.

Las lágrimas comenzaron a brotar de sus mejillas mientras caminaba hacia el garaje para tomar su maleta. Arlecchino trató de convencerse a si misma de detener a furina, pero su cuerpo no le respondía, su Omega interno no dejaría que alguien que había lastimado a sus cachorros se quedará en su hogar. Fréminet estaba temblando de miedo, Lynette trataba de calmarlo. Lyney estaba orgulloso de si mismo, había hechado al alfa que trataba de meterse en su territorio. Tan pronto como salió del hogar de Arlecchino, furina sacó su teléfono y realizó una llamada. No quería hacerla, pero quería estar lo más lejos posible de sus hijos, no los quería volver a lastimar.

Raiden: furina? Ya saliste de prisión?

Furina: si- dijo tratando de ocultar sus soyosos- t-tu oferta aún está en pie?

Raiden: por supuesto, piensas aceptarla?

Furina: mas o menos... Puedes llevarme allí? Ya no tengo dinero.

Raiden: en donde estas?

Furina: Sneznaya, creo que en la capital.

Raiden: ve a Monstad, allí podré mandar un avión para recogerte.

Furina: te llamaré cuando llegue.

Furina emprendió su viaje a Monstad mientras que de maldecía a si misma por haberle causado daño a uno de sus hijos. Cuando estuvo algo lejos de la casa de Arlecchino se dio la vuelta, esperaba un milagro, un infantil y pequeño milagro, que Arlecchino saliera corriendo de su hogar y le pidiera que se quedé con ella. Pero nada pasó, ya era demasiado tarde para retroceder. Luego de nueve días caminante finalmente llegó a una de las fronteras de Sneznaya con Monstad. Allí tuvo que infiltrarse en un camión que importaba gallinas de Sneznaya al viñedo del amanecer. Después de tres días finalmente llegó a la capital de Inazuma.

Por otro lado, Arlecchino estaba esperando que furina entrara por la puerta diciendo que no volvería a irse de su lado. Pero eso no sucedió. Sabía que la había perdido, por poco la tuvo a su lado, por poco casi hacia que aceptara ser su pareja. Por un tiempo comenzó a ignorar a sus hijos, dejándolos al cuidado de la casa de la hogera, un orfanato que ella misma dirigía. Estaba en un conflicto interno, amaba a furina, pero Furina había lastimado a sus hijos. Amaba a sus hijos, pero lyney había hecho que furina se fuera. Sabía que era probable que lastimara a sus hijos en ese estado, por lo que le mejor los dejó en el orfanato a cargo de Columbina, directora interina. Pasaron los días y las lágrimas no abandonaban el rostro de Arlecchino, el olor de furina ya había abandonado el lugar y no se encontraba allí. Pero Arlecchino extrañaba a furina, extrañaba a su alfa.

Los años pasaron y ambas siguieron con su vida. Furina como una ermitaña en una pequeña isla de Inazuma y Arlecchino como la estricta directora de la cada de la hogera. Ambas cambiaron, demasiado a ojos de alguien. Furina, la persona más sociable y alegre que alguna vez, ahora vivía deprimida y solo convivía con Raiden Ei, que la visitaba una vez cada tres meses. Arlecchino por otro lado se había vuelto distante con sus hijos, especialmente con Lyney. Las reglas en la casa de la hoguera se volvieron más estrictas, los castigos inevitables y pocas veces podían convivir con Arlecchino. El único que seguía manteniendo una buena relación con la sota era fréminet, ya que a Arlecchino le recordaba a furina, cosa que ponía celosos a Lynette y lyney, sobre todo a este último. Pasó de tener todo el afecto de su su madre, vivir en la casa de su madre y poder ser consentido por ella, a ser completamente ignorado si se presentaba algo, ahora estaba viviendo en la casa de la hoguera y casi nunca podía ver a su madre. No entendía por que su madre había cambiado tanto de la noche a la mañana.

Lynette: feliz cumpleaños lyney.

Lyney: feliz cumpleaños Lynette, que quieres para celebrar tus 16 años?

Lynette: Quisiera... Volver a ver a padre.

Lyney: yo también, pero sabes cómo es Arlecchino.

Lynette: no, no hablo de nuestra madre, sino de nuestro padre.

Lyney: oh, sabes que Arlecchino nunca nos dijo nada de él, por que te preocupas por un alfa que lo se hizo cargo de sus hijos?

Lynette: bueno... Es complicado- ve como fréminet entra en la habitación, después de un incidente en el pasado los gemelos tenían prohibido ver a fréminet- que haces aquí, fremi?

Fréminet: padre... No, nuestra madre nos ha llamado, a los tres.






Notas del autor: como están? Espero que bien.

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