Capítulo 4

318 25 8
                                    


◇No olviden votar y comentar ◇

Avisos de próximas actualizaciones en la tabla de conversaciones. Si nos siguen, ¡les llegará el aviso de a qué horario vamos a publicar!

Disfruten el cap.

★★★★★★★★★★★★★★★★★

★★★★★★★★★★★★★★★★★

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.






Actualidad

Narra Tina.

Sigo a Dani, o mejor dicho, a Plex, escaleras arriba, mientras intento prácticamente correr detrás de él porque, con las patas largas que tiene, va de a tres escalones por vez. Mientras subimos, sigo peleándome con él por asuntos de suma importancia.

—¿Plexín, me estás cargando? ¡No podemos compartir cuarto! —le digo, exagerando con cada palabra—. ¡Onda, ¿dónde voy a poner todas mis cosas?! Peor aún, ¡MIS COSAS están en Argentina, y yo estoy en España! ¡Me voy a morir! ¿Qué hago sin mis cosas? ¡Me traje una sola valija! ¿Entendés la gravedad de esto? ¡No, no! Me tengo que volver; no puedo repetir outfits.

Hablo con voz dramática, como si el mundo estuviera por acabarse.

Me atraso un poco en subir las escaleras, porque claro, no todos tenemos patas de tres metros. Cuando entro a lo que supongo es la habitación de Yosoylelo, lo veo sacándose la remera. Uy, qué poca ventilación hay en este cuarto, de repente hace calor.

—Tu padre ya se encargó de tus cosas, Tina. No me toques los cojones —me dice, irritado, mientras ignoro completamente lo que acaba de decir y me concentro en sus abdominales. Lo detestamos, pero ciega no soy. Tengo que controlarme para no dejar salir un comentario acompañado de baba.

—¿Qué hacés, nene? ¡Ni un minuto podés aguantar! No va a haber luna de miel, pibe. Si pensás que me vas a tocar, te aviso que estás equivocadísimo —le digo mientras lo miro de arriba abajo, sin poder evitar un tono sarcástico.

Dani se me acerca, todavía sin la remera, y me susurra:

—No toco a niñas pijas —dice con desdén. Nos miramos por unos segundos, y antes de que yo pueda replicar, la puerta se abre, dando paso a Adri.

—¡Ala, disculpa, bro! No sabía que se había calentado el asunto —dice Adri con una sonrisa pícara.

Nos alejamos rápidamente, cada uno en direcciones opuestas, como si nos hubieran agarrado con las manos en la masa, solo para dejar clara la situacion hipotética; las manos son mis manos y la masa son sus abdominales.

—¿Qué sucede, Adri? —pregunta Dani, con un tono que denota irritación.

—Nada, tronco. Solo que hemos pensado en salir un rato a hacer un drinking pa celebrar a los recién casados —responde Adri, sin perder la sonrisa.

—¡Sí! —digo yo al instante, mientras Dani dice al mismo tiempo:

—No.

Lo miro fijamente, y a pesar de que me lanza una mirada fulminante, le digo con tono provocador:

—Dale, esposo de mi corazón —me acerco y lo agarro como puedo de los hombros, sacudiéndolo un poco—. ¡Dale, dale, dale, dale! ¡Copate, porfaaa!

Dani suspira y termina cediendo al toque, resignado.

A ver tío qué si vamos pero en un rato que todavía es temprano. Dice dani.

Una vez que Adri sale del cuarto, solo hay una cosa en mi mente. Bueno, dos.

La primera: voy a extrañar las jodas argentinas.

La segunda: esta fiesta es la ocasión ideal para empezar mi plan contra Dani.

Bueno, en realidad, estoy pensando en una cosa más...

Pero no creo que sea necesario volver a mencionar el abdomen de mi esposo.

¿O sí?

★★★★★★★★★★★★★★★★★

Breve pero de calidad.

Déjenme saber su opinión en los comentarios. ♡

-Viso

El Contrato -yosoyplex- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora