El Contrato 《 yosoyplex 》
Argentina Gandini y Daniel Alonso se conocen desde la infancia, pero nunca han sido amigos. Los padres de Daniel han trabajado para la familia de Tina, lo que lo mantenía siempre en la periferia de su vida. Sin...
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Narra Tina.
Me gustaría decir que mi sueño es interrumpido por los rayos de sol entrando por la ventana, que por alguna razón siempre nos olvidamos de bajar.
O quizás prefiera la manera en que me estoy despertando.
O tal vez llevo unos minutos despierta, pero por alguna razón me niego a abrir los ojos.
O, simplemente, estoy disfrutando más de lo que debería, sintiendo cómo Dani me está dejando besos en el cuello desde hace... ¿tres? Capaz cinco minutos.
Parece que alguien se levantó con calor, y no precisamente por el sol de la ventana.
Entreabro los ojos y, mirando a la garrapata gigante que tengo pegada al cuello, digo:
-Basta, nene, bajá un cambio, que es temprano todavía.
Lo único que recibo a cambio es una carcajada y sus brazos apretándome contra él.
-Vamos, bajemos a desayunar -me dice con esa voz ronca de recién levantado, que me hace querer de todo menos levantarme.
-¿Buen día, no? -le digo burlona mientras él se levanta de encima, dejándome espacio para moverme.
Me paro de la cama mientras él se sienta, quedando frente a frente.
-Días -lo escucho decirme, mientras pone sus manos en mi cintura y me acerca a él, dejándome entre sus piernas.
Pongo mis manos alrededor de su cuello y le acaricio el pelo.
-Sabía que eras medio cortito, pero no pensé que tanto como para que me digas "días" en vez de "buenos días" -lo molesto, mientras veo cómo apoya su cabeza en mi abdomen y me abraza la cintura.
-Días, porque buena estás tú -murmura sin despegarse, levantando la mirada y dejando un beso en mi abdomen.
-Te hacés el canchero, eh -le digo, con una sonrisa burlona.
-Voy a cambiarme y ahora bajo -le digo, dándole una palmadita en la nuca.
Después de esa charla, voy al baño y hago todas mis cosas para estar "presentable", abro comillas, cierro comillas, ajaja, re caro pardiaco.
Cuando ya estoy con cara de persona decente y vestida, salgo del cuarto. Apenas pongo un pie en el comedor, me encuentro con todos los chicos, cada uno con una cara de resaca bastante importante.
