Capítulo 9

326 26 28
                                    


◇No olviden votar y comentar ◇

Avisos de próximas actualizaciones en la tabla de conversaciones. Si nos siguen, ¡les llegará el aviso de a qué horario vamos a publicar!

★★★★★★★★★★★★★★★★★

★★★★★★★★★★★★★★★★★

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Narra Tina

Estaba perfectamente dormida, pero, como siempre, hasta el sol está en contra de que Tina descanse. Y no me quedó otra que recibir un rayo de sol en plena cara. ¡Me quiero matar!

Para colmo, llevan tocando la puerta desde hace tres minutos. Yo en esta casa no sobrevivo, ¡Dios mío!

Intento moverme para bardear al que sea que está golpeando la puerta como un desquiciado, pero algo me lo impide.

Más bien, alguien me lo impide.

Tengo a Dani encima mío. Sin remera. Con la cara enterrada en mi cuello. Y las manos abajo de mi remera.

Las dos manos.

—Dani... —le digo, mientras trato de sacudirlo—. Despertate, nene, dale.

—Uhh... un rato más, linda... —murmura, hundiendo más su cara en mi cuello.

A ver, no voy a mentir, en otras circunstancias lo hubiera dejado, pero soy fiel a mi propósito, así que no me dejo engatusar por el señorito que tengo encima. Le pego en la cabeza y le digo:

—¡Salí de acá, depravado!

Es solo en ese momento que Dani reacciona y se levanta. Apenas mira la situación, se disculpa:

—Perdón, Tina, que no me había dado cuenta, en serio. Aparte, tú eres la que no me dejaba moverme anoche, no me eches toda la culpa, pija... —y me tira una sonrisita.

Ay, esa sonrisa...

Concentrate, Tina, concentrate.

—Dale, nene, dejá de romper y anda a ver quién mierda está tocando la puerta —le digo.

Él va y abre la puerta. Desde la cama, intento escuchar la conversación. No recuerdo que me hayan presentado al señor que interrumpió mi hermoso sueño, así que trato de prestar atención.

Veo que el tipo lo mira de arriba abajo y le dice:

—¿Interrumpo?

Después, su vista cae en mí, y yo levanto la mano para saludarlo. ¡Qué mala primera impresión! Cualquiera que nos viera así pensaría otra cosa.

Dani, rápido, se pone frente a la puerta para que no se vea más del cuarto y le responde:

—¿Qué va, Paconi? No interrumpes nada, ¿por qué lo dices?

El Contrato -yosoyplex- Donde viven las historias. Descúbrelo ahora