El Contrato 《 yosoyplex 》
Argentina Gandini y Daniel Alonso se conocen desde la infancia, pero nunca han sido amigos. Los padres de Daniel han trabajado para la familia de Tina, lo que lo mantenía siempre en la periferia de su vida. Sin...
Avisos de próximas actualizaciones en la tabla de conversaciones. Si nos siguen, ¡les llegará el aviso de a qué horario vamos a publicar!
Espacio para abrir hilo de como volver a nacer siendo Tina :(
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Actualidad
Narra Tina
Decidí que ahora le voy a decir Plex. Bueno, no puedo... me da risa. En fin, Plex salió a entrenar, supongo que sigue en eso para mantenerse después de su Youtupelea. A ver, no es que nos llevemos y hallamos hablado todos estos años, pero no vivo en una nube como para no estar al tanto de la velada del año. Además, me cae bien Ibai, se ríe como yo. Y aunque no quisiera, era imposible no ver a Yosoyelpsicópata... o sea, ¡estaba en todos lados!
Decido aprovechar este tiempo a solas para organizar mi plan. Básicamente, voy a hacer una remake de Cómo perder a un hombre en 10 días. Es ahí cuando decido que lo voy a pensar mientras me baño, porque soy una chica multitareas. Mi idea era darme una ducha rápida, pero entiéndanme: el preshampoo me retrasó, así que cuando salí de la ducha con solo mi ropa interior y la toalla enroscada fue porque no creí haber tardado tanto como para que Dani estuviera de vuelta en el cuarto. Y no estaba solo.
Adri estaba en la cama con la computadora encima, mientras que Plex... bueno, se reía de algo en su celular. Tenía el pelo mojado, así que supuse que también se había dado una ducha rápida.
-¿Qué andan haciendo? -les pregunto mientras entro a la habitación.
Dani me ignora, mientras que Adri responde sin levantar la mirada:
-Editando.
A ver, repito. Mi idea era una ducha tranquila, pero Plex literalmente me estaba IGNORANDO, y solo yo puedo hacer eso. Así que decidí que mi plan de llevarlo al límite empezaba... ahora.
Dejo caer mi toalla, quedando en mi, por cierto, divino conjunto de encaje. Repito, no fue intencionado, pero me gusta la ropa interior linda, y más cuando voy a salir.
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Narra Dani
Por mi propio bien, decidí que lo mejor sería tratar de ignorar a Tina el mayor tiempo posible. Conociéndola, va a estar el doble de cabrona solo para hartarme.
Después de entrenar un rato, decidí darme una ducha rápida en otro baño porque escuché el ruido de mi ducha encendida, lo que supuse que era a causa de Tina. Joder, hombre, a lo mejor que una ducha y se relaja.
Estaba equivocado.
Después de ducharme, me cambié en mi vestidor y llamé a Adri para que editáramos juntos. Así era más sencillo corregir los "horrores" de ortografía, como diría mi profe de lengua. Pasamos un buen rato editando y, cuando escucho que la puerta del baño se abre, cojo mi móvil, porque si no la veo, no me rompe los cojones.
Tina preguntó qué estábamos haciendo, a lo que la ignoré, pero Adri le dijo que estábamos editando.
-Eh, Adri, tío, eso va con tiras negras y música dramática, como en una peli. ¡Va a quedar tochísimo! -le digo, volviendo a mirar mi móvil. Solo que, después de unos minutos, noto que Adri no reacciona.
Decido levantar la mirada para encontrarme, nada más ni nada menos, que a la pija paseándose en ropa interior delante nuestra como si nada. A ver, hombre, que la vista me molaba, sí, pero no me gustaba que a Adri le molara también. Luego de unos segundos, logré vencer mis instintos de seguir mirándola, solo para pararme y decir:
-¡Eh, Adri, tápate los ojos, chaval! Pero, ¿qué cojones, Tina? ¿No ves que está Adri en la habitación? -me acerco a ella y recojo la toalla del suelo, envolviéndola rápidamente en ella.
-Adri, como no cierres los ojos y salgas ya de la habitación, me voy a encabronar.
-Ya, tío, no veo nada -responde Adri, antes de girarse para añadir-. Mira, bro, que a lo mejor lo mío no eran las españolas y me llama la Argentina.
Luego de eso, escucho a Tina reírse y a Adri dejarnos solos.
-Tina, ¿pero qué cojones contigo? -le digo mientras la volteo, aún sosteniendo la toalla.
Ella me mira con esa cara de "estoy buenísima y lo hice a propósito."
Y madre mía... me cago en los muertos, pero que razón tenía.
