El Contrato 《 yosoyplex 》
Argentina Gandini y Daniel Alonso se conocen desde la infancia, pero nunca han sido amigos. Los padres de Daniel han trabajado para la familia de Tina, lo que lo mantenía siempre en la periferia de su vida. Sin...
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Narra Tina
Hace un rato se fue Tobi, y aunque tenía la intención de invitarlo a dormir antes de que se vaya, Plex se encargó de despedirlo antes de que yo pueda abrir la boca.
Ya sé, es un amor.
Como todos ya habían comido algo y yo me llené con los panqueques de Dani, subí directo al cuarto.
Así que acá estoy. Con mi pijama puesto, lista para dormir. Pero no, tengo una charla pendiente, así que no me queda otra que esperar a que Dani termine de cambiarse.
Lo espero sentada en la cama.
Y después me dice a mí que tardo, pero él se demora una banda.
Me quedo en la cama mirando mi celular. Algo tengo que hacer mientras este pibe se decide a terminar.
Me distraigo un rato hasta que escucho cómo la puerta se abre, y al fin lo veo salir del vestidor con su pijama puesto.
Va. Si es que a un short se le puede considerar pijama.
Pero bueno, no me quejo.
Obviamente, estoy concentrada en la conversación que tenemos pendiente. Porque aunque quisiera, hay cosas que no puedo evitar hablar. Pero mientras tanto, me detengo a pensar en lo que le voy a decir...
O al menos lo intento.
A quién quiero engañar, claramente le estoy mirando los abdominales, jeje.
Y es en ese momento cuando me doy cuenta de que quizá me distraje demasiado. Me doy cuenta porque siento cómo Dani toma impulso y prácticamente se tira encima mío.
Más que abrazarme, me está aplastando. Pero bueno, lo que cuenta es la intención.
—Tinitaaa —escucho que me dice desde el abrazo—. Perdóname por lo que te he dicho hoy. Me he pasao', no era mi intención decirte esas cosas.
Mientras lo escucho, solo puedo pensar en lo mucho que me gustaría que las cosas fueran distintas entre nosotros... Pero no lo son. Y es hora de que ambos lo entendamos. Aunque me duela.
Con las pocas fuerzas que me quedan, lo separo de mí.
—Acepto tus disculpas, pero... —Y veo cómo su mirada se apaga casi de inmediato. Todos sabemos que después de un "pero" viene la verdad—. Lo mínimo que pido de esta "relación" —digo haciendo comillas en el aire— es que hablemos las cosas.
