capítulo 5

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La entrada al barrio de Felix es un claro contraste con la personalidad del chico, era completamente diferente de lo que Hyunjin creyó que encontraría. Aquí no habían grafitis, ni papeles tirados en la calle, ni gente vestida con jeans rotos. Todo es impecable, desde las aceras hasta los jardines perfectamente cuidados. Las casas, todas enormes, parecen competir por quién tiene la fachada más imponente. Hyunjin, con la boca ligeramente abierta, gira su cabeza de lado a lado, impresionado, mientras el auto se adentra más en el vecindario.

—¿Sabes? —comenta Felix con una sonrisa ladeada, notando la expresión de Hyunjin—. No sabía que el príncipe encantador pudiera sorprenderse por algo.

Hyunjin lo mira con una mezcla de desconcierto y diversión. —No sabía que los "rebeldes sin causa" vivieran en… —hace un gesto con la mano, indicando el barrio a su alrededor—… palacios.

Felix suelta una carcajada corta. —Oh, cariño, a veces los "rebeldes sin causa" también tienen familias ricas que los financian. Bienvenido al lado oscuro, donde la gente rica también se cansa de ser perfecta.

Hyunjin lo observa con una sonrisa burlona. —Claro, claro. Pero, dime, ¿quién te crió? ¿El tío Phil de 'El Príncipe de Bel-Air'?

Felix sacude la cabeza. —Más bien la versión coreana de Miranda Priestly, cariño. Así que buena suerte con eso.

El auto se detiene frente a una mansión moderna de varios pisos, con un jardín que parece sacado de una revista de diseño. Hay una gran puerta de madera oscura y ventanas con cristales tan limpios que parecen inexistentes. Hyunjin lanza un largo silbido.

—Vaya… ¿Segura que esta no es la embajada? —Hyunjin comenta con una risa nerviosa.

Felix, visiblemente tenso, aprieta los labios en una sonrisa sarcástica. —Cállate. Y recuerda sonreír mucho. Ellos aprecian la gente con dientes bonitos.

Hyunjin percibe el nerviosismo en Felix; nota cómo se ajusta su chaqueta y respira profundamente. Está claro que, bajo toda esa fachada de chico rudo, Felix se siente pequeño. Hyunjin no puede evitar sonreír un poco, aunque con cierta empatía.

—Ey, tranquilo. No vamos a una audición de 'American Idol'. Son solo tus padres.

Felix frunce el ceño. —Sí, claro. Tú solo actúa como si no fuera nada. Para ellos, soy la decepción más grande desde que se inventaron los jeans rasgados.

Felix toma una última respiración profunda y toca el timbre. La puerta se abre casi al instante, revelando a su madre, una mujer delgada, alta y con el cabello perfectamente recogido en un moño apretado. Lleva una blusa de seda blanca impecable y unos pantalones negros. Su expresión es neutra, aunque sus ojos tienen un destello crítico que se clava en Felix.

—Felix —dice su madre con voz firme, pero educada. Ella es la definición misma de la frialdad profesional—. Llegas tarde.

Felix suelta una risa forzada. —Sí, mamá. Lo siento, el tráfico... —Luego hace un ademán hacia Hyunjin—. Este es Hyunjin.

La madre de Felix, la Dra. Lee, asiente brevemente, examinando a Hyunjin con una mirada fría, como si estuviera evaluando a un espécimen bajo el microscopio. Su padre, el Dr. Lee, se acerca desde el salón. Él es un hombre alto, con el cabello gris bien peinado y lentes delgados, vestido con un traje oscuro. Tiene una expresión severa que parece permanente en su rostro.

—Bienvenido —dice su padre, con una voz monótona y autoritaria, extendiendo la mano hacia Hyunjin—. ¿Así que tú eres…?

—Hyunjin —responde él, con una sonrisa diplomática mientras estrecha la mano del padre de Felix—. Es un placer conocerlos, señores Lee.

Tras Bastidores || hyunlix ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora