capítulo 24

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Jeongin llegó a la casa de Changbin con el corazón palpitante de preocupación. El mensaje críptico que había recibido del mayor no le había dejado en paz, y su imaginación lo había llevado a los peores escenarios posibles. Sin embargo, cuando Changbin abrió la puerta, su expresión tranquila y despreocupada hizo que Jeongin soltara un suspiro de alivio. Nada grave había sucedido. Pero la molestia se apoderó de él rápidamente, reemplazando su preocupación inicial.

—¿Por qué me mandaste ese mensaje, Changbin? —preguntó Jeongin tan pronto como ambos se sentaron en el sofá. Su voz era más dura de lo que pretendía, pero no podía evitarlo—. Me dejaste preocupado.

Changbin simplemente se encogió de hombros, con una actitud casi indiferente que solo enfureció más a Jeongin.

—No sabía cómo llamar tu atención —dijo Changbin, mirándolo de reojo—. Sabía que si te pedía que vinieras, me ignorarías. Como lo has hecho últimamente.

Jeongin sintió un tirón en su pecho. Sí, había estado evitando a Changbin, pero con motivos más que justificados. Intentaba protegerse, poner distancia entre ellos después de haberle confesado sus sentimientos y recibir nada más que una confusión dolorosa a cambio.

—¿Y por eso envías un mensaje así? —replicó Jeongin, levantándose bruscamente del sofá—. Sabes lo que he estado pasando, ¿y aun así juegas conmigo? No tienes derecho, Changbin.

Cuando Jeongin se dio la vuelta para irse, decidido a no soportar más de esa montaña rusa emocional, sintió la mano de Changbin agarrar su muñeca con fuerza. La desesperación en el toque de Changbin le hizo detenerse, pero no giró para mirarlo.

—Espera, por favor, Jeongin —dijo Changbin con voz temblorosa—. Solo... escúchame.

Jeongin permaneció inmóvil, su cuerpo rígido, pero al final asintió lentamente, aunque la frustración seguía bullendo bajo su piel.

Changbin se levantó detrás de él, nervioso, como si no supiera por dónde empezar.

—No sé lo que me pasa —empezó Changbin, su voz quebrándose un poco—. Desde que me dijiste cómo te sientes... todo ha cambiado. Nunca me di cuenta de nada antes, pero ahora que lo sé, estoy... confuso. No sé qué sentir.

Jeongin se giró lentamente, la ira volviendo a encenderse en sus ojos.

—¿De verdad? —espetó, su tono ácido—. ¿Eso es lo que tienes para decirme? ¿Que estás confundido? Changbin, lo único que logras con esto es hacerme sentir peor.

Cuando Jeongin intentó marcharse nuevamente, Changbin lo sostuvo con más fuerza, esta vez con ambas manos, sus ojos llenos de arrepentimiento.

—Lo siento, soy un idiota —murmuró Changbin—. No quería hacerte daño, te juro que no. Pero no sé cómo manejar esto. Nunca he sentido algo así por nadie. Nunca me importó alguien como me importas tú.

Jeongin se detuvo, el calor de las lágrimas presionando contra sus ojos, amenazando con desbordarse.

—¿Por qué me dices esto ahora? —preguntó con la voz rota—. ¿Por qué eres tan cruel? Si no sabes lo que quieres o lo que sientes, ¿por qué sigues haciéndome sufrir?

—No es mi intención hacerte daño —respondió Changbin desesperado—. Lo único que quiero es... a ti. No sé cómo manejar esto, porque soy torpe y nunca he hecho algo así antes. Nadie como tú se había fijado en mí antes, Jeongin. Y me cuesta creer que sea real.

Jeongin finalmente dejó caer las lágrimas que había estado conteniendo, la confusión y el dolor mezclándose con la rabia. Se apartó de Changbin y lo miró directamente a los ojos, su voz temblando mientras hablaba.

Tras Bastidores || hyunlix ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora