capítulo 23

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Chan estaba sentado en uno de los sillones de la sala de descanso común, su portátil sobre las piernas, con los dedos tecleando a una velocidad vertiginosa, pero su mente estaba lejos de lo que aparecía en la pantalla. Las palabras de Felix seguían dando vueltas en su cabeza, cada una más insistente que la anterior. Había pasado la noche sin poder conciliar el sueño, dándole vueltas a la conversación que tuvo con su hermano, y al final, la conclusión a la que había llegado era dolorosamente clara: Felix tenía razón.

Si no hacía algo pronto, el amor de su vida se iría para siempre.

Había dejado que sus inseguridades, y peor aún, las opiniones de sus padres, dominaran cada una de sus decisiones. Ellos siempre habían estado presentes, incluso cuando ya no vivían bajo el mismo techo, susurrándole al oído lo que era correcto o incorrecto. Había permitido que influyeran en su relación con Seungmin, alejándose por miedo a fallar, a no ser suficiente. Pero ya no más.

Felix estaba intentando superar esos miedos, enfrentando sus propios desafíos. ¿Por qué él no podía hacer lo mismo?

Como si de repente recibiera una descarga de valentía, Chan se levantó de golpe, cerrando la pantalla de su portátil de un tirón. Su corazón latía con fuerza, y aunque sus manos sudaban, sintió que, por primera vez en mucho tiempo, estaba tomando el control de su vida. No podía dejar que Seungmin se le escapara, no sin al menos intentarlo.

Casi corriendo, Chan salió de la sala y recorrió los pasillos hasta llegar al estudio, donde sabía que Seungmin estaría. Cuando abrió la puerta de golpe, interrumpió una conversación entre Felix, Minho y Seungmin. Minho, sorprendido, levantó una ceja y abrió la boca para preguntar qué le pasaba, pero Chan ni siquiera lo miró. Su atención estaba completamente enfocada en Seungmin.

Seungmin dio un par de pasos hacia atrás, claramente confundido y algo intimidado por la actitud repentina de Chan, que avanzaba hacia él con una determinación que rara vez se le veía.

—¿Qué pasa? —preguntó Minho, mirando a Felix en busca de alguna explicación.

Felix, que captó el cambio en el aire, alzó una mano para detener a Minho antes de que dijera algo más. Le lanzó una mirada significativa, y cuando Minho intentó hablar de nuevo, Felix tomó el bolígrafo más cercano y se lo tiró, haciéndole un gesto claro para que se callara. Este no era su momento.

Chan, sin perder un segundo, se plantó frente a Seungmin, que lo miraba con los ojos bien abiertos.

—Sé que he sido un idiota —empezó Chan, su voz un poco temblorosa al principio, pero firme a medida que seguía—. He negado lo que siento y lo que significó esa noche para mí. No quiero seguir fingiendo que no fue importante, que tú no eres importante.

Minho, quien estaba completamente fuera de la conversación, frunció el ceño.

—¿Qué noche? —preguntó, desconcertado.

Felix, frustrado, se volteó hacia él y le lanzó una mirada de advertencia. Sin mediar palabra, volvió a arrojarle otro bolígrafo, esta vez con más fuerza, y gesticuló para que dejara de interrumpir.

—Seungmin —continuó Chan, ignorando el caos a su alrededor—. Si estás dispuesto a darme una oportunidad, te prometo que haré todo lo posible por hacerte feliz. Pero si decides que prefieres estar con Changbin o con alguien que no haya sido tan tonto como yo... lo entenderé. Te deseo lo mejor. Solo... no quería quedarme sin intentarlo, sin decirte lo que siento.

Seungmin lo miró durante unos segundos que a Chan le parecieron eternos. Luego rodó los ojos, con una expresión que parecía diversión.

Cuando Chan estaba convencido de que Seungmin lo iba a rechazar, este dio un paso hacia él, esbozando una sonrisa.

Tras Bastidores || hyunlix ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora