capítulo 15

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Hyunjin estaba concentrado en el ritmo de la música, sus movimientos fluidos siguiendo cada golpe de la melodía de su último lanzamiento. El espejo del estudio reflejaba su destreza, el sudor perlaba su frente, pero no se detenía. Estaba en su zona, donde nada más importaba. Pero entonces, el ruido de una puerta abriéndose con fuerza lo sacó de su trance.

—Vaya, siempre tan perfecto, ¿no? —dijo una voz desde la entrada.

Hyunjin no necesitaba mirar para saber quién era. Jinhyuk. Sabía perfectamente que venía con una sola razón: fastidiarlo. No era la primera vez que intentaba provocarlo desde el maldito viaje de la semana pasada, cuando Felix lo había dejado en ridículo delante de todo el equipo para defenderlo. Desde entonces, Jinhyuk había estado buscando cualquier oportunidad para hacerlo explotar.

Hyunjin siguió moviéndose al ritmo de la música, fingiendo no escuchar los comentarios, con su expresión altanera de siempre, casi como si estuviera por encima de cualquier cosa. Si había algo que sabía hacer bien, era mantener la calma frente a gente que intentaba hacerle perder los estribos, claro, exceptuando a cierto Doraemon punketo de personalidad sarcástica y humor ácido. Era parte de su encanto. Parte de lo que lo hacía "Hyunjin, la diva."

Jinhyuk empezó con lo habitual: rozándole los hombros "accidentalmente" cuando pasaba cerca, lanzando comentarios sobre lo "predecible" de su estilo de baile, sobre lo "insípido" que era su nuevo single. Hyunjin solo se reía entre dientes, sin siquiera prestarle demasiada atención, como si los comentarios fueran un simple zumbido molesto en el fondo.

—¿Sigues ignorándome? —preguntó Jinhyuk, claramente frustrado porque no estaba consiguiendo la reacción que quería—. Vamos, Hyunjin, ¿nada que decir? ¿No te pones nervioso cuando te mencionan? ¿O cuando te recuerdan que tu fama solo es por tu cara?

Hyunjin le lanzó una mirada breve por el espejo, con una ceja levantada y una sonrisa sarcástica. —¿Eso es lo mejor que tienes? Deberías esforzarte más. —Su tono goteaba desprecio.

El rostro de Jinhyuk se crispó, pero no se detuvo. —Oh, ya sé, claro. El "intocable" Hyunjin, tan ocupado siendo perfecto que ni siquiera puede ser real, ¿verdad? —Jinhyuk dejó escapar una risa amarga—. ¿O será que estás tan acostumbrado a esconderte detrás de esa fachada que no sabes cómo reaccionar cuando alguien te llama lo que realmente eres?

—¿Y qué soy, Jinhyuk? —Hyunjin siguió sin perder su tono burlón, aunque sus manos ya empezaban a cerrarse en puños.

—Un fraude. Un fraude y... —Jinhyuk bajó la voz, acercándose más—. Un... gay de mierda que se esconde detrás de su fama.

Hyunjin se echó a reír, una risa fuerte, casi teatral, que resonó en las paredes del estudio. —¿Eso es lo que crees que va a molestarme? ¿Insultarme por algo que ni siquiera me molesto en ocultar? Vas a tener que hacerlo mejor, Jinhyuk.

Pero entonces Jinhyuk cambió de táctica. Su sonrisa se ensanchó de una manera cruel, y Hyunjin notó algo en sus ojos que lo hizo tensarse.

—Oh, ¿debería intentarlo con tu pequeño accesorio raro entonces? —dijo Jinhyuk, inclinando la cabeza—. Con su cabello azul de payaso y esa ridícula actitud de punk de baja categoría. Me sorprende que lo tengan en la empresa. No tiene talento, no tiene nada de lo que se necesita para estar aquí. Tal vez lo único que tiene es un nombre que arruinar... o a ti para colgarse.

Las palabras hicieron que algo cambiara en Hyunjin. La calma que había mantenido hasta ese momento comenzó a desmoronarse. Los músculos de su mandíbula se tensaron y dejó de fingir que no le importaba. Felix. No era un tema del que nadie pudiera hablar tan fácilmente, y mucho menos con desprecio. No frente a Hyunjin.

Tras Bastidores || hyunlix ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora